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Estaba curiosa por lo que ocurría, al principio pensaba que era un simple coincidencia, pero mientras más lo investigaba más estaba convencida de que era posible, pero ¿Cómo?

Cuando recién aprendía a volar y viajar de manera incógnita desde el faro hasta el castillo pudo moldear algunas nubes e incluso estás al tener contacto con ella simuló un peinado bastante particular, detalle que no tomo en cuenta, hasta que en otras de sus huidas quedó estancada en algunas, las cuales a penas las tocó se desintegraron, era muy curioso.

Quizás esa vez cuando uso las nubes para formar a un pegaso en el cielo cuando hizo su primera y unica clase de "la escuela de vuelo" pero de nuevo no le tomo mucha importancia, además que fue más un reflejo que otra cosa y como no lo repitió solo quedó como un detalle al aire, salvó que ahora que lo piensa su hermana también lo hizo, cuando documentaba todo lo que hacía en su día.

Será que ¿Aquellas historias eran reales? ¿La ciudad antigua de pegasos en las nubes existió alguna vez? ¿Aún podría existir?

Tenía que ponerlo a prueba, saco su grabadora y empezó a decir sus habituales grabaciones al momento de comenzar la investigación, necesitaba otros pegazos con los que probar su teoría, pero como llegaria a decirle a alguno si es que era capaz de dejar de volar y apoyarse en la nube sin poder asegurarse de que esté no caería.

Quizás pueda empezar con algo más simple, no es que Sunny tenía la libreta de su padre con preguntas sobre unicornios y pegasos? Porque si recuerda el día que las conoció en el castillo y lo que leyó de este cuando lo tuvo el diario en su poder, tenía mucha relación con las cosas que están pasando ahora que la magia volvió, necesitaba ese cuaderno.

A esta hora ella estaría casi terminando su turno en el puesto de batidos así que la iría a buscar, una plática casual y se lo pediría, que excusa le pondría? Mientras caminaba nada sonaba lo suficientemente convincente, después de todo el cuaderno de su padre e igual con aquel cuadro lo guardaba como un precioso tesoro.

— Hola Sunny — dijo nada más al verla terminar de cerrar el puesto.

— Hola Zipp, no sabía que venías a buscarme hoy — sonaba un poco confundida pero sin dejar de lado la emoción de siempre.

— Ya sabes, una paltica casual mientras caminamos a casa no le viene mal a nadie — se sintió patética.

— ¿No quieres hacer una carrera? Te aseguro que está vez puedo dominar bien mis alas — invoco la transformación de alicornio y extendió sus alas — está vez puedo hacerte frente.

— Suena genial y cualquier día lo podríamos hacer, pero de vez en cuando bajar la velocidad es bueno ¿No? — patética, ella en realidad le costaba ir despacio.

— Claro, aunque ahora que lo pienso debo pasar a la biblioteca para buscar unos libros, que tal si vamos por ahí? — sonrió y comenzó a caminar sabiendo que la pegazo le seguiría, no se equivocó.

— Según sabía ya tenías suficientes libros, quieres leer más? — cuestionó.

— Nunca son suficientes libros? — a pesar de que sonó más a una pregunta que una respuesta lo dió por válido y siguieron el camino.

Sunny aún transformada comenzó a explicar su día a día y como cada vez le agotaba un poco más atender a la gente, no es que no le gustará, simplemente su energía ya no se sentía como siempre y con más responsabilidades no podía actuar como siempre, Zipp escuchaba en silencio opinando cuando creía necesario, tan concentrada en lo que su compañera decía que no se fijó que habían pasado de largo la biblioteca y se dirigían a la playa, estaba con su mente concentrada en las palabras de la otra que por inercia su cuerpo se movía en la misma dirección que la alicornio lo hacía.

— Y fue cuando la abuelita me dijo que debía tener cuidado al limpiar la licuadora porque podía cortarme, me parece muy tierno que siempre que valla me diga lo mismo, es lindo que siempre muestre la misma preocupación a pesar de que se le olviden las cosas — Zipp asintio a lo dicho — ¿Quieres saber lo más raro de mi día? — se detuvo mientras se sentaba en la arena, Zipp hizo lo mismo.

— ¿No lo habías dicho? — Sunny nego — Cuando el uninejo quiso volver a tomar batidos para llevarlos a Hitch — volvió a negar — ¿Entonces?

Solo soltó una risa suave

— Fue cuando llegaste a mi puesto para irnos caminando en lugar de las comunes carreras que tenemos una vez a la semana, sin contar que eso lo hicimos hace 2 días ¿Qué ocurre?

¿Era de esta manera en que debía hacerlo? ¿En la biblioteca?

Un segundo

— ¿Y la biblioteca? — escucho a Sunny soltar una fuerte carcajada — ¿De qué te ríes? — miro a su alrededor y se dió cuenta que estaban en la playa — ¿Por qué estamos en la playa?

— Quizás el verdadero motivo es porque no te gusta hablar cuando hay mucha gente alrededor, además de que es inusual estar las dos solas así que asumo que querías decirme algo importante — comenzó a responder soltando un poco más de aire de lo normal — así que soy toda oídos.

Zipp solo trago duro antes de soltar un suspiro intentado darse valor, era penoso que se pusiera así por cosas como estás, quizás Sunny piense que no confía en ella, solo debía decirle.

— Tú — volvió a tomar aire — ¿Aún guardas el diario de tu padre? — tonta y más tonta, era obvio que aún lo guardaba, no lo podía decir de otra manera?

— Claro que si — la miro extrañanada — siempre lo tengo conmigo — lo saco de su morral azul y se lo extendió a la princesa — ¿Pasa algo con él?

La princesa lo recibió y comenzó a echarle un vistazo con tal curiosidad, como si fuera realmente la primera vez que lo tomaba, hasta que dió con la página que estaba buscando.

— Nada — ¿Debería decirle? — es solo que estoy iniciando una nueva investigación, ya sabes, y necesito resolver unas cuantas cosas antes de llevarlas a cabo.

Sunny solo la observaba en silencio mientras veía un lado realmente inusual de la princesa, un lado casi avergonzado, casi la misma actitud cuando le mostró el horno pequeño rosado que guardaba cuando Sparky por accidente quemó las cosas en ese festival casero.

— ¿Puedo saber de qué trata?

Ella era conciente que todo lo que la princesa investigaba la mayor parte era solo para ella y compartía solo lo necesario con los demás cuando se necesitaba.

— Aún no, pero cuando pueda comprobarlo serás la primera a quien acuda — prometió.

— Entonces puedes llevarte el diario, sabes que me lo debes devolver, pero no tengo problema que te lo quedes un par de días, solo cuídalo mucho.

Eso era nuevo, nunca le dejaba su diario, si es que ella lo necesitaba lo veían juntas o cuando Sunny estuviera presente, quizás realmente se había ganado la confianza de la alicornio para que pudiera confiarle algo tan preciado como lo era su diario.

— Lo cuidare con mi vida — volvió a prometer — muchas gracias — sonrió con suavidad al notar la mirada de la otra.

— No es que tengas que arriesgar la vida, y de nada, sabes que puedes pedirme cualquier cosa.

Con un sutil movimiento de cabeza ambas se levantaron y emprendieron viaje al faro.

Quizás y solo quizás sus alas rozaron suavemente de forma sutil sonrojando a ambas.

Quizás y solo quizás caminaron más lento a propósito para disfrutar la compañía de la otra.

Quizás y solo quizás, está vez igual que las anteriores las palabras sobraban, con esas miradas, esos ligeros toques, esas sutiles sonrisas y ese brillo en los ojos era más que suficiente a las dos por ahora.

Zipp y SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora