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Un gong sonó, la gran criatura alada sostenía su bastón con sus últimas fuerzas esperando restaurarse, sus ojos cubiertos en una máscara permanecian perturbados mientras miraban al vacío infinito en el que habitaba.

Derrumbada en el piso escucho el último gong sonar, unas garras enormes aparecieron en su visión obligándola a cerrar los ojos, algo mareada visualizando el cuerpo sin vida.

¿Qué era ese ser grande?

¿Quién era aquella de rojo en el piso?

El ligero tintineo de los cascabeles de su bastón sonó haciéndola olvidar sus pensamientos, se levantó con renovadas fuerzas alzandolo, estaba lista para la siguiente.

.....

Poco a poco lograba entender más a su protegida, ella solía contarle como eran sus días cuando vivió en la tierra, le contaba como era su padre los pocos días que permitían verlo, ella lo llamaba sus días buenos.

Solía tener alguna merienda ya preparada para cualquier ocasión, solía acompañarle a dónde fuera, intentaba prever cualquier mínima necesidad que tuviera estando lista para servirle.

A los ojos de los demás era una sirvienta.

Aunque a los ojos de su mamá seguía siendo solo una mascota.

Se dió el tiempo de enseñarle las labores que debía hacer diariamente para que Sunny pudiera estar más tiempo a su lado, era eficiente, aprendía rápido y nunca se quejaba.

Su madre viendo aquello quizo instruirla de otra manera.

Si es tan eficiente, puede ayudarte en otras cosas.

Claro, a la deidad mayor le molestaba que una mascota aprendiera las labores de una deidad normal por lo que con un permiso comenzó a enseñarle a la terrestre lo que ella consideraba eran las verdaderas funciones de una mascota.

No teniendo poder para objetar y viendo el entusiasmo de Sunny por aprender accedió que su madre le enseñará lo que creyera conveniente, evidenciando que debía de estar al tanto de todo lo que aprendiera queriendo evitar alguna incomodidad en su protegida.

Sunny con cada lección aprendida volvía irradiando felicidad, le mostraba cada progreso que tenía ya sea en un baile, algún instrumento o nuevos trazos de alguna pintura.

— Y fin — con una última vuelta Sunny se apoyo en sus cuatro cascos dando por terminada la demostración de baile — me costó un poco aprender esta coreografía ¿Le gustó?

— Eres buena bailando — felicito la deidad, logrando que su protegida sonriera en grande — reconozco la canción, es buscandote en el cielo.

Sunny asintió, la deidad mayor le indicó que esa era una de las canciones favoritas de su dueña, por lo que se esmero mucho en aprender.

— Lo es...

Zephyrina sonrió suave, Sunny la veía expectante por lo que acercándose a ella levantó su casco con el cual acaricio delicadamente su rostro, obversando como ella cerraba los ojos ante la caricia inclinándose sobre su toque.

— Me gusta — la escucho murmurar — me gusta tanto que me hace tan feliz saber que bailando puedo hacerla feliz.

Movia su cabeza suavemente queriendo más contacto por lo que la rodeo con el brazo para que Sunny se apoyara en ella.

— Con que estés aquí yo soy feliz — depósito un beso en su frente — gracias por tu esfuerzo.

— Me gusta hacerlo — por fin su protegida abrió los ojos — aún no le demuestro lo mucho que puedo hacer por mi diosa.

Zipp y SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora