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Ericka.

Pasaron 8 años.

Hoy era víspera de Navidad, y aparte mi cumpleaños. En vista de que nisiquiera yo recordaba esa fecha mamá y papá establecieron esa fecha, no lo entendí hasta que me lo explicaron.

Para nosotros eres un regalo de Dios, el más hermoso regalo que pudo darnos, por eso queremos que tú cumpleaños sea en navidad, para festejar la llegada de nuestro más precioso tesoro.

Aún tenía 4 años para ese momento y era justo la llegada de la fecha que para mí era la más especial del año.

Hoy estaba con mamá preparando la comida para la cena, solo la ayudaba pasándole unos ingredientes. A través del marco de la cocina podía ver la sala donde ahora estaba el hermoso árbol de navidad, mamá y yo lo habíamos armado y decorado esa misma tarde.

_Ya llegué- escuché la voz de papá y corrí a recibirlo con un abrazo, él sonrió estrechandome entre sus brazos mientras reía un poco- hola pequeña- saludó mientras yo reí feliz- feliz cumpleaños para mí hermoso deseo de navidad cumplido.

_ Gracias papá- al separarme de él vi la bolsa de regalos y salté feliz para después correr a la cocina con emoción- ¡Mamá, mamá, mira lo que me trajo papá!- estaba demasiado feliz y eso se manifestaba en un ataque de hiperactividad.

_ Oh, veamos el regalo cariño- ánimo mamá al momento en el que papá llegaba a su lado- hola cielo, feliz navidad- mientras ellos se saludaban yo abrí la bolsa sacando una pijama de color blanco con copos de nieve dorados, era una camisa de mangas largas y un pantalón largo, la tela era cálida, era la ideal ya que para esas fechas el frío era azotador, la calefacción lo hacía más llevadero- ¿Cómo estuvo el trabajo hoy?- escuché preguntar a mamá, fui a mí habitación para cambiarme, y me vi en el espejo que mamá me compró confirmando que la pijama me quedaba bien, corrí a la cocina donde mamá comenzaba a servir la cena siendo ayudada por papá.

_ ¡Mamá, papá! ¿Cómo me queda?- extendí mis brazos a los lados, ambos rieron levantando sus pulgares.

_ Ericka, llevas el espíritu de la navidad en tí- dijo papá acercándose para cargarme y llevarme con él hasta el banco del mesón y sentarme ahí.

_ Ahora serás mi copito de navidad- dijo riendo mamá acercándose para besar mi mejilla.

Minutos después estábamos cenando, papá contaba momentos de su trabajo y yo de vez en cuando también les contaba momentos de mis clases. Después de la cena estuvimos hablando un rato para después ir a acostarnos.

Durante las noches había dejado de tener esas pesadillas con sombras y voces, eran menos frecuentes, pero aún permanecían ahí. Con el tiempo había aprendido a ignorarlo.

Pasé una noche tranquila y a la mañana siguiente movimientos frenéticos en mi cama me levantaron, junto con varios lengüetazos en mi rostro y una respiración jadeante y chillidos.

Abrí mis ojos para encontrarme con un hermoso cachorro de husky el cual era el origen de tanto ajetreo desde temprano.

_ Oye, oye, hola buenos días- saludé mientras el cachorrito aún seguía olfateandome y caminando por toda la cama siempre volviendo a mí para lamer mi cara y chillar de felicidad- jajaja dios, eres hermoso, Santa Claus se lucio esta navidad- me senté en la cama y lo tomé en brazos para ir a la sala y encontrarme con mamá y papá desayunando, papá tenía el dia libre, así que podría pasar todo el día en compañía de los dos- mamá, papá buenos días, miren esto- levanté al cachorro el cual ladró un poco reclamando que lo bajara.

_ WoW pequeña, eso sí es una sorpresa- escuché decir a papá, él llevó su mirada a mamá la cual se encogió de hombros sonriendo, comencé a jugar con el cachorro, era un juego de corre y atrapa, se escondía entre los muebles debajo del árbol y siempre regresaba a mí habitación para subirse a mí cama y correr encima de ella mientras ladraba y chillaba, era demasiado tierno.

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora