Don't Forget Me

11.

Claudia.

Después de cortar la llamada estuve ensimismada en ver cómo Troyd terminaba de echarle las verduras a la sopa y como condimentaba esta con sal y otras cosas más a las que no le presté atención.

De todas formas si las detallaba más no sabría que eran porque no tenía mucho conocimiento de especias.

Pero era algo cómico verlo, todo alto y fortachón, con su cara de hiper seriedad, con su mirada dura y concentrada, su vestimenta toda de color negro y todo complementado por un hermoso y delicado delantal color blanco con un pollito en el centro.

De cierta forma me daba remordimiento con él ya que normalmente cuidaba de mí cada día y descansaba en las noche turnándose con otro guardaespaldas que se aseguraba de hacer rondas por la casa y revisar las cámaras de seguridad.

Ya tenía dos noches que no dormía bien debido a mí fiebre y malestares, a pesar de no haberle pedido nada en sus noches de vela custodiandome desde el pasillo se mantenía atento y al pendiente.

Pero las ojeras bajo sus ojos delataban su cansancio.

_ Troyd, después de que prepares esto quiero que vayas a descansar, toma toda la tarde si quieres- mi voz salió ronca y el malestar en mí garganta me hizo fruncir el ceño mientras hablaba, Troyd por su parte estaba moviendo la sopa con una paleta de madera pero al escucharme la saco de la hoya y se giró para encararme.

_ Señorita, no la voy a dejar sin supervisión, su fiebre y malestar han empeorado estos últimos días- trató de justificarse y ya sabía que haría eso por lo que solamente lo miré impasible durante unos segundos para después suspirar sintiendo el aire caliente salir de mi boca.

_ Te aseguro que después de tomarme ese caldo iré a mí habitación y no haré ninguna locura- era verdad en ese estado no sería capaz de hacer mi travesura favorita, la cual era coger mi auto y ir al centro de abastos más cercano solo para compras gomitas, fácilmente lo haría si él me acompañaba pero si salía sin Troyd estaba segura de que al llegar me iba a sermonear, era tan parecido a un hermano mayor, sobretodo con ese gesto de entrecerrar sus ojos con desconfianza.

"No te creo"- esa miraba prácticamente decía eso.

_ Lo prometo- terminé por decir y él tardó unos segundos en ceder y asentir sin decir nada.

Regresó su atención a la cocina donde apagó la sopa y procedió a servirla en un tazón de vidrio para después acercarlo a mí.

_ Me retiro señorita, provecho- después de decir esto se retiró a su habitación y yo me quedé sentada en un banco en la isla de la cocina con la sopa humeante frente a mí.

Me quedo ensimismada un rato solamente viendo el vapor salir del tazón. Tuve intenciones de beberla poco a poco mientras la enfriaba, pero me encontré obedeciendo las palabras de la chica.

"Esperar un rato hasta que esté tibia"- repito las palabras en mi mente para después comenzar a moverla y buscando que así el líquido se enfríe pasado el rato.

A pesar de lo extraño de la situación la persona al otro lado nunca mostró disgusto o intenciones de cortar la llamada, también puedo atribuirlo a que estaba lo suficientemente confundida o desconcertada para no tener tiempo de pensar en lo que pasaba, pero eso seria lógico ya que estoy segura de que pasó media hora durante la llamada.

Otra cosa que no paso desapercibida para mí fue su particular acento, no era para nada español pero su forma de hablar y la pronunciación de las palabras en español en su voz era muy atrayente, de por sí parecía el sonido de una suave brisa que acariciaba con cuidado las palabras y los oídos de quien la escuchara.