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Ericka.

Desperté temprano como de costumbre para hacer mi rutina de ejercicio y alistarme para ir a la universidad.

Sentí mi cerebro cansado como si no hubiese dormido nada en la noche, aparte de que en determinados momentos escuchaba voces pero no estaba soñando nada.

Parecían un grupo de técnicos dando diagnósticos de sistemas operativos de una computadora.

Ya iba saliendo cuando recordé que olvidé coger el pañuelo de Gia, regresé a la habitación donde lo había dejado doblado después de lavarlo y secarlo.

Al tenerlo en el bolso volví a salir ahora con dirección a la universidad, de camino estuve viendo las noticias por mi móvil de una en particular captó mi total atención.

Ministro de educación visitando las instituciones de Madrid....

Detuve mi lectura cuando el auto frenó de momento haciendo rechinar las llantas en el asfalto, el taxi esquivó un coche que cambió de carril de manera abrupta.

Casi golpeó el costado derecho delantero del taxi, detrás del auto no habían coches cercanos de modo que no ocasionamos ningún accidente de transito a causa del conductor negligente.

Dejé mi móvil en el bolso y el resto del camino estuve al pendiente de cualquier imprevisto.

Al llegar pagué y bajé del auto, la universidad se veía solitaria por lo qué comencé a andar hasta llegar a la entrada y recorrer los pasillos hasta encontrar algún lugar en el cuál estar tranquila y pasar la media hora que falta para la primera asignatura.

Recorrí los pasillos hasta recordar ese salón del día de ayer, a esta hora estaría tranquilo por lo que sin pensarlo mucho me dirigí a ese lugar.

Ese salón estaba a tres pasillos a la derecha del aula donde veo las clases, cuando estaba cruzando el segundo pasillo casi llegando ví a Gia caminando hacia mí.

Venía metida en su celular y con su entrecejo arrugado, parecía leer algo con atención y molestia a la vez, por un lado quise que levantara su mirada y se acercara a hablar conmigo por otro lado los nervios comenzaron a jugarme una mala pasada haciendo sentir mis piernas temblorosas.

¿Que me está pasado?

Apreté las correas de mi bolso fijando toda mi atención al frente, quizás por ahora sea mejor ignorarla.

Solo faltaban 5 pasos y yo estaba a nada de salir corriendo en cualquier dirección con tan de dejar de sentir que ella se volvía poco a poco una especie de criptonita para mí.

Pasó por mi lado derecho y pude sentir percibir su perfume en ese momento, es cítrico es un poco más alta que yo, quizás solo unos tres centímetros y eso a mi parecer le suma atractivo.

Su paso es veloz pero solo ecuchos tres pisadas fuertes antes de que se detengan abruptamente. Y yo trato de seguir mi camino disimulando que toda mi atención está en lo que pueda estar haciendo ella a mi espalda, incluso hasta mis pasos bajaron su velocidad aprovechando de que sus pisadas eran más fuertes que las mías y por ende hacían más eco.

_Pensé que me saludarías- escucho su voz a mi espalda y la vergüenza crece cada vez más hasta que capto algo oculto detrás de esa frase.

_Pensé que no me estabas prestando atención- suelto girando sobre mis talones solo para quedar de costado pero con mis ojos puestos en ella. Y me trago mi sonrisa cuando ella desvía la mirada después de escucharme- Buenos días, Gia.

_Buenos días- escucho que responde pero su voz ya no tiene la fuerza que tenía al principio, su vergüenza solo me reafirma mi suposición- ¿A dónde ibas?- está vez regresa su mirada a mi para después caminar hacia mí.

Don't Forget MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora