Ericka.
Después de colgar la llamada con mis padres estaba un poco triste, ellos lloraron un poco después de decirme que me extrañaba mucho y eso ocasionó que mis lágrimas salieran. Segundos después alguien me habló y con vergüenza busqué en mi bolso toallitas húmedas que siempre cargo conmigo pero alguien me tendió un pañuelo de color azul marino.
Tardé un poco en aceptarlo, aún no veía el rostro de la persona que se dirigía a mi pero ante tanta amabilidad me volví un poco recelosa.
_Tranquila, está limpio- no había prestado atención a su voz pero ahora se me hacía un poco familiar.
Terminé aceptando su gesto y limpié mis lágrimas con rapidez y algo de vergüenza.
_Gracias- murmuré sintiendo mis mejillas arder, que pena que me vean así, mi primer día y ya estoy llorando en mi defensa pensé que la universidad estaría vacía a esta hora- no está ocupado, sí deseas sentarte- me digne a levantar la mirada encontrandome entonces con unos ojos grises, su tonalidad era clara lo que me permite ver su pupila, su piel es blanca su complexión es algo delgada no puedo notarlo mucho debido a su suéter, sus labios rosados su, nariz pequeña intenté ver algo de su cabello pero la capucha de suéter cubria su cabeza.
_Permiso- la escucho murmurar y procede a sentarse frente a mi permitiendome entonces seguir observándola sin ser tan invasiva o intensa- ¿Eres nueva aquí?- su pregunta me saca de mi escaneo hacia su persona y me centro en buscar en dónde escuché esa voz antes.
_Si, llegué hace unos días a España- respondo y los nervios ocasionan que mis dedos comiencen a moverse lo cual hago sin darme cuenta, siento el movimiento pero resulta algo casi imperceptible en este momento para mí cerebro.
_¿Y que tal te ha parecido?- me esfuerzo en relajarme para llevar la conversación sin titubeos o tartamudeos de mi parte, le cuento un poco de todo sin dar detalles específicos. La emoción me embarga cuando describo el como pensé que sería España y el como en realidad es, y que eso en lugar de desilusionarme me gusta más.
A medida que le cuento las expresiones en su rostro cambian cada tanto, algunas veces demuestra sorpresa pero no exagerada, sonrisas suaves, ojos concentrados en mi pero su mirada no es pesada, apoya sus antebrazos en la mesa y recarga un poco su cuerpo ahí.
Después de un rato ella retira sus antebrazos.
_Un placer conocerte...- su silencio y mirada me hacen saber que está esperando que le diga mi nombre, carraspeo un poco debatiendome en decirle mi nombre.
_Ericka Volkov- me presento y ella sonríe nuevamente.
_Un placer conocerte, Ericka- suspira y retira la capucha del suéter dejándome ver su melena negro con reflejos azules, esto termina de confirmar quien es y la impresión hace que me incline hacia atrás pues los nervios me provocan salir corriendo, ella por su parte permanece igual- mi nombre es Gia Lambert- extiende su mano hacia a mi y tarde unos largos segundos en aceptar el saludo, su piel se siente en poco áspera pero en el centro de su mano esta es suave soy capaz de sentirlo cuando retira su mano y las yemas de mis dedos rozaron esa parte- tenía ganas de decírtelo antes pero creo que es mejor ahora que te tengo de frente, tienes una hermosa voz- con eso ella se retira creo que va algo rápido, quizás tenia algo que hacer.
Yo solo soy capaz de respirar y lo hacía más bien por mero instinto, pero la estupefacción me deja mirando al frente hasta que mi móvil vuelve a sonar y lo encuentro cerca de mi mano, la cual ahora que veo aún sostenía el paño que Gia me prestó.
Quise golpear mi frente cuando me dí cuenta de que me quedé con algo de ella y que tendría que buscarla para devolverselo.
Pero ella es la chica con la que choque en la cafetería, ella es la chica con la que hablé y a la que le "enseñé" a hacer esa sopa, es ella la que me volvió a llamar y terminó pidiéndome el número para contactarme fuera del trabajo, la misma que en el estacionamiento de la universidad se quedó de pie mirándome por un momento que a mi me pareció algo largo.
ESTÁS LEYENDO
Don't Forget Me
General FictionElla nació para dedicarse al negocio familiar del cual aún no está enterada en su totalidad. En cambio ella nació con una misión en sus hombros, pero la dejaron vivir con normalidad durante un tiempo. Se conocen, se interesan... Se enamoran... Una d...