│RESUMEN
Akagami no Shanks y Dragon el Revolucionario tienen mucho más en común de lo que cualquier otra persona cree.
│ADVERTENCIAS/AVISOS
Sin lector Beta. Todos y cada uno de los fallos ortográficos corren por mi cuenta.
Advertencias: Muy breve alusión a temas como relaciones no consentidas entre Alphas y Omegas, Kurohige, secuestro y aborto.
𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑰𝑽: 𝑬𝑷𝑶𝑪𝑨 𝑫𝑬 𝑪𝑨𝑴𝑩𝑰𝑶𝑺
Todavía puede oír el ruido del bar, la música y las voces de sus nakamas que están disfrutando de la fiesta como si el mañana no existiese. Si se concentra, incluso puede oler el olor a alcohol concentrado en el aire, producto de todas las bebidas que los criminales han consumido. Todo esto, sin embargo, se está desvaneciendo de su mente a medida que aumenta la pasión de los besos. El resto del mundo se desvanece a medida que Shanks y el líder del Ejército Revolucionario exploran el cuerpo del otro, embriagándose con el aroma del contrario.
Ahora mismo, Shanks prefiere concentrarse en esta sensación tan placentera, una que finalmente ha conseguido acallar los recuerdos del pasado que resurgen con fuerza durante estas fechas. Le permite concentrarse en el presente, en vez de perderse en sus pensamientos y en recuerdos que, por más que así lo deseara, nunca serían nada más que eso: sólo recuerdos de momentos que vivió.
Shanks reprime un gemido de protesta cuando el revolucionario se aparta del beso y al instante, sus ojos se abren para mirar al hombre Alpha que lo sostiene entre sus brazos.
El agarre de Dragon es firme y gentil, pero de una forma que no lo hace sentir como si fuera una frágil rosa que puede marchitarse ante el más mínimo toque. Tampoco lo hace sentirse como si alguien estuviera intentando controlarlo, como un titiritero manejando su marioneta predilecta con una sonrisa condescendiente que oculta algo mucho más oscuro ▬ha sido testigo de esto, viendo como Alphas manejan y tratan a Omegas como posesiones, no personas▬.
Si se detiene a pensarlo detenidamente, teniendo en cuenta que apenas conoce al otro hombre, es un poco ridículo que se sienta seguro con Dragon. Supone que en cierta manera le recuerda a Alphas como los de su tripulación, o de la tripulación de Shakky. Alphas que nunca arrebatarían la libertad de un Omega, que no iniciarían un vínculo de apareamiento sin el consentimiento del otro participante, que jamás tratarían a nadie basándose en su género secundario. Por macabro y jodido que suene, ese es un comportamiento aceptado e incluso alabado en muchas partes de este mundo para los Alphas.
Con muchos otros Alphas, nunca hubiera cedido a acostarse, sabiendo que sus instintos podrían hacerse cargo y que carecería de la coherencia suficiente como para negarse a formar un vínculo de apareamiento o a ser marcado. Con Dragon, sin embargo, Shanks sabe que no corre el riesgo de que su libertad sea arrebatada porque el revolucionario no es ese tipo de Alpha.
No es el tipo de Alpha que actuaría como otras personas en estas mismas circunstancias. No es el tipo de Alpha que sí es el hijo bastardo de Shirohige, por mucho que el anciano no crea en sus advertencias. No, si algo ha aprendido después de horas conversando con él antes de iniciar su sesión de besos es una cosa: Dragon el Revolucionario es el tipo de Alpha que desprecia de todo corazón a esos Alphas.
Quizás, por este motivo, Akagami no Shanks confía completamente en que no será marcado sin su consentimiento.
Dragon se inclina para darle otro beso y Shanks tararea satisfecho, disfrutando de la mano que traza círculos en su espalda. O más bien, la mano que está trazando runas en su espalda. Puede que no haya sido capaz de reconocer tan siquiera un símbolo de todos los que el revolucionario ha trazado, pero Shanks sabe reconocer una runa porque una de sus figuras paternas fue Silvers Rayleigh.
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El Mayor Tesoro De Akagami
RandomAunque rara vez se expresa en voz alta, es una verdad conocida por todos que los hijos de los Yonkō siempre son sinónimo de 'migraña' para el Gobierno Mundial. Los Marines no pueden perseguirlos como a otros criminales. A menudo, los hijos heredan l...