Capitulo 3(Nuevo)

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¿En qué momento un chico desconocido irrumpe en mi casa y sabe mi nombre? Ahora, ¿vendrá a robarme? O mucho peor a matarme.

—Michell, por favor, cálmate, escúchame —dijo el chico, acercándose lentamente, con cautela, como si intentara no asustarme más.

Sus ojos, de un azul profundo, tienen algo que debería calmarme, pero no es el caso. Sin saber por qué, bajo el libro que sostengo como arma; igual, probablemente no le habría hecho nada.

—¿Qué le pasa a este tipo? —susurra Ali a mi lado, analizándolo.

—¿Qué quieres? —pregunto, sintiendo cómo la ansiedad empieza a apretar mi pecho.

—Quiero que vengas conmigo a la Escuela de Dragones —dice, pasando la mano por su cabello.

—No te conozco, y no voy a ningún lado contigo. Y si vienes a robarme, créeme, aquí no hay nada de valor —aclaro mientras me agacho a recoger el teléfono del suelo, intentando mantenerme firme, aunque el pulso se me acelera.

—¿Sabes quién es tu madre biológica, Michell? —me suelta el chico, y sus ojos fijos en mí me hacen contener la respiración.

¿Cómo sabe algo tan personal? Esto significa que ha estado investigándome.

—¿Qué sabes de ella? —exijo, con el miedo y la curiosidad enredándose en mi mente.

—La directora de la escuela te responderá todas tus preguntas. Necesito que vengas conmigo —su tono es serio, una mezcla de urgencia.

Doy un paso hacia la ventana, buscando una salida, sintiéndome atrapada en mi propia casa.

—Mira, no sé si estás en tus cinco sentidos, pero vete ahora mismo, o llamo a la policía —le advierto, señalando la ventana. Espero que entienda la indirecta, aunque la inquietud no desaparece.

Él baja la mirada por un momento, como si mi amenaza le hiciera entender la seriedad de la situación.

—Michell, esto es más importante de lo que piensas. Tienes que escucharme —su tono es firme, casi suplicante.

Antes de que pueda responder, el chico saca una pequeña botella de vidrio de su chaqueta. Mueve los dedos con una destreza que me hace sentir incómoda. A simple vista, parece imposible lo que hace: juega con el agua, manipulándola. Sin darme cuenta, una gota brillante cae sobre mis labios, y su frescura me resulta extraña.

De pronto, un frío intenso recorre mi cuerpo y, en un instante, todo se vuelve negro.

Cuando abro los ojos, estoy en casa, pero es de noche. Veo a una mujer de espaldas en la entrada. La curiosidad y el miedo me obligan a acercarme. Cuando se da vuelta, mi corazón se detiene: es una versión de mí, pero no soy yo. Sus ojos son de un naranja profundo, con reflejos morados en el iris, y su cabello brilla como si estuviera en llamas. Viste una armadura negra y sostiene a una bebé envuelta en una manta blanca.

Con lágrimas en sus ojos, empieza a hablar:

—Mi pequeña, espero que puedas perdonarme. Te dejo aquí para que vivas, aunque no por mucho tiempo. Algún día, nuestro mundo te necesitará —acaricia la cabeza de la bebé con ternura.

Su voz está llena de amor. Siento una conexión indescriptible.

—Si alguna vez ves este recuerdo, escucha siempre tu corazón e instinto.

Se quita el collar de su cuello, idéntico al mío, y lo coloca alrededor de la pequeña.

—Mi espíritu estará contigo. Quiero que seas feliz, que aprendas de tus errores. La vida te llevará por caminos difíciles. Cuando llegue el momento, el destino te encontrará.

La Profecía De Dragones                           (NUEVA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora