Al salir de la oficina de la Directora, Kai y yo no decimos una sola palabra. El silencio es denso, como si hablar fuera a romper algo que ni siquiera entendemos. Nos acercamos a los dormitorios, y finalmente él decide hablar.
—Tranquila, fuego, todo va a estar bien.
—¿Cómo lo sabes?
—Soy un dragón. Siento cosas... igual que tú. Además, soy tu protector, así que confía en que sé lo que digo.
—Sí, claro... y yo solo soy tu misión.
—La mejor de todas —sonríe, y aunque intenta bromear, siento su sinceridad.
Suspirando, le confieso mi inquietud.
—No sé, Kai... La directora, la profecía, todo esto encima... No sé si podré con todo.
—Un paso a la vez, como siempre te digo. La directora en el fondo no se opone a nosotros. Además, solo hay que lidiar con una cosa a la vez.
—No necesitamos su aprobación. Solo que... siento que esto no va a funcionar.
—¿La profecía o lo nuestro? —me pregunta, mirándome como si ya supiera la respuesta.
—La profecía —miento, aunque en el fondo lo que digo no es del todo cierto.
Él y yo somos agua y fuego. Dos fuerzas que, por más que intentan unirse, siempre terminan hiriéndose.
Kai toca suavemente mi hombro, hablándome con calma.
—Primero hay que entrenar. Vamos paso a paso, ¿de acuerdo?
—Sí, tienes razón. Es solo que... todo esto es abrumador.
—Descuida, me tienes a mí. Solo respira y descansa un poco.
Le sonrío, un poco más tranquila.
—Gracias, Kai. Y sobre Eduard... no le diremos nada sobre lo que podría pasarle. Estaré lista cuando llegue el momento.
—Así será —asiente, y antes de que entre a mi habitación, me da un beso rápido. Me sonríe antes de alejarse.
Al entrar, veo a Roci y Eva ocupadas limpiando.
—¿Cómo les fue en su viaje? —pregunta Eva, radiante.
—Bien —respondo.
—¿Solo bien? —Roci me lanza una mirada de curiosidad.
—¿A qué te refieres?
Eva sonríe de forma cómplice.
—Oh, vamos... ¿Nada interesante entre tú y Kai?
—¿Por qué hacen esas preguntas?
—Solo curiosidad —dice Eva, cruzando los brazos.
—No pasó nada... ¿o eso querían escuchar?
—¿Segura?
Pienso en cómo decirles que he salvado a su tribu, que Kai y yo nos besamos y estamos juntos en una profecía, pero no les he dicho ni quien es mi madre biológica, ahora mucho menos esto.
—¿Y Kai y tú no son pareja? —pregunta Roci, como si fuera lo más obvio del mundo.
—Solo somos amigos. Y ya, voy a desempacar.
—Lo que tú digas —dicen ambas con una risa.
La noche cae, y todos nos preparamos para cenar juntos. Mi teléfono suena; es un mensaje de mi mamá.
Mamá(Mensaje)
Te extraño. Cuídate, come bien y descansa.
Ali (Mensaje)
Te extraño también, pero... lamento decirte esto por mensaje. La universidad te sacó del programa por las inasistencias.
Igual ni asistí a una sola clase. Después de todo esto, me toca empezar de cero, y, según mi mamá, estoy en la universidad por los dragones. ¿Qué voy a hacer? Voy a acabar con Dion y me iré de aquí. Suena lo más fácil del mundo.
Una hora después, yo sin tener hambre, dejo que Eva y Roci me arrastren de la habitación hasta el comedor. Todos están reunidos en la mesa como siempre: Carlos discute con Eduard por alguna tontería, Kai en medio de ambos, Eva y Roci entre risas y charlas. Yo solo me quedo observando. Este tiempo me ha hecho crear nuevas amistades... espero que no termine mal. Eduard no puede morir, y voy a luchar para evitarlo. Siento que a Carlos le pasa algo; está más callado de lo normal.
—¿Y ustedes dos? ¿Cómo les fue en su viaje? —pregunta Eduard.
—Bien, gracias por preguntar —respondo.
—Lastima no terminaron juntos—murmura Eva haciendo un puchero
—Las cosas llevan tiempo — respondo siento la mirada de Kai sobre mi.
—Michell, ¿quién es tu madre? —pregunta Carlos de repente. Su tono serio me descoloca. Él es un dragón de fuego igual que yo. ¿Será que sospecha?
—¿Por qué tu interés? —pregunto, y Carlos me observa detenidamente
—Porque estos meses te he observado, y noto que nunca habías usado tu fuego control. Si tienes dieciocho años, ya deberías dominarlo a la perfección. Además, el poder se desarrolla desde que nacemos, y tú parece que apenas aprendiste a usarlo ahora. Lo más extraño es que no te he visto en ninguna tribu de fuego. Así que, Michell, ¿qué escondes?
Toda la mesa queda en completo silencio. Kai se tensa por completo, Eduard me mira fijo, y Roci y Eva me observan, esperando una respuesta. Yo solo suspiro, miro a Kai, y él niega con la cabeza.
—Sabes, Carlos...
—¿Por qué vienes a decir eso ahora? ¿Por qué te importa tanto? —Kai interviene, con los puños apretados.
—Kai, siempre la defiendes. ¿Qué oculta Michell? Y creo que tú también lo sabes.
—Eso no te incumbe —protesta Kai.
—Bueno, cada quien con sus motivos o cosas importantes. Y yo digo que cada quien tiene derecho a mantener sus cosas en privado, y como somos como una familia, respetemos eso —dice Eduard, calmando el ambiente.
—Sí, somos como una familia y nos apoyamos. Cada uno dirá lo suyo cuando crea que es el momento adecuado —dice Roci.
Carlos solo suspira, y el resto sigue con lo suyo. Eduard me ha salvado, pero queda la pregunta: ¿por qué Carlos preguntó eso? ¿Qué cambió?

ESTÁS LEYENDO
La Profecía De Dragones (NUEVA VERSION)
FantasyNueva Versión publicada el 12/12/2024 Sinopsis: Michell Anderson ha vivido una vida tranquila y protegida con su madre adoptiva, pero siempre ha sentido que hay algo más en su interior. Cuando descubre que tiene poderes de dragón y está destinada...