Fifty- Eight

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Sentí un fuerte golpe en mi rostro, caí en el frío suelo. No tenía las fuerzas para poder levantarme, todo mi cuerpo duele, desde mis piernas, brazos, abdomen y rostro; no se cuantos días llevó aquí encerrada pero cada día es una tortura diferente por él.

Jong-in.- Eres valiente al soportar tanto - habló secamente 

Dos pasos, dos pasos, se acercó a mi y con solo una mano me tomó de mi sudadera y me elevó al aire. Era increíble la fuerza que tiene él, siempre había sido catalogado como un hombre débil a comparación de Sehun y de Taeyong, Jong-in siempre fue un hombre perezoso para hacer ejercicio pero las apariencias engañan.

Jong-in.- Varios días y no dices nada - me miró fijamente 

Y...no te..lo..diré... - hablé cansada

En su mirada muestra odio y rencor, la misma que yo tengo hacía ellos. No solo yo, Jenn, Yoongi y Jimin son los principales que también tienen esa mirada.

Jong-in.- No importa - una sonrisa apareció en sus labios - Yo mismo me encargaré de ella

Nuevamente me dejo caer de golpe, mi espalda chocó contra el suelo y gemí de dolor; me jalo del cabello y me llevó a donde siempre. A la húmeda esquina, esposo mis manos, me dio una última mirada del día y se dio la media vuelta para salir de la habitación.

Abrió la puerta y antes de salir, apagó la luz, mis lágrimas comenzaron a salir, mi respiración comenzó a faltarme, intentaba moverme bruscamente pero era inútil.... Jong-in volverá mañana por la mañana mientras que yo estoy en pánico, la oscuridad, el ruido y las gotas caer y haciendo eco lograron alterarme desde el segundo día que estoy aquí.

El pedir ayuda era inútil, pero al menos pude enviar a tiempo la información a Jon, las esperanzas de salir eran nulas, Jong-in tiene protección cada veinticuatro horas, mi única opción era morir aquí.

Supongo que moriré aquí, golpe tras golpe


Pero al menos mis amigos podrán hacer justicia por mi padre.

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Mi estomago rugía, la falta de agua me estaba matando, no se cuántos días más pasaron pero cada golpe que Jong- in y Taeyong me daban, las palabras de mi padre sonaban en mi cabeza.

¿Has pensado que estudiarás? - me preguntó

Dejé de escribir en mi libreta y lo miré pensativa.

Aún no lo sé - respondí 

Pude ver como se levantó de su lugar del comedor y tomó asiento a lado mío, miró mi libreta y levantó su mirada para verme.

Lo que sea que estudies sabes que siempre te vamos apoyar - aseguró con una sonrisa en sus labios

Lo sé - respondí tranquila

Besó mi cabeza y me ayudó con mi tarea que me faltaba.


Cada azote en mi espalda lograba revivir los recuerdos de mi familia, dolía aún más por cada azote, las heridas no sanan y cada vez son más fuertes. Mis lágrimas salían mientras que ellos golpeaban.

Taeyong.- Me sorprende que aún siga viva - habló molestó 

Se detuvieron y jadee agitada, giré mi cabeza y los miré de reojo. Sus miradas conectaron con la mía, pude ver a Taeyong, el odio que le tenía lograba mantenerme viva en estos momentos.

Taeyong.- Todo hubiera sido diferentes si estuvieras de nuestro lado - habló - Pero escogiste este lado 

Tomó el cinturón de piel y volvió azotarme, ahora mis gritos sonaban por toda la habitación, mi cabeza dolía, mi cuerpo ya no aguantaba y en uno de esos azotes, mi cuerpo cayó al suelo. Las lágrimas siguieron saliendo de mis ojos.

A esto yo le llamaba amistad, protegía a mis seres queridos, arriesgando mi vida aunque la culpa me mataba por una parte. Miyeon murió por mi, ella debía estar trabajando con normalidad, haciendo su vida pero ahora su luz se apagó, se la arrebataron en un segundo.

Jong-in.- ¿Deberíamos seguir? - le preguntó a él

Taeyong.- No - respondió - Morirá pronto

Escuché como dejó caer el cinturón y sus pasos sonaron, salieron de la habitación. Mi mirada estaba fija en una esquina, las gotas caían, había estado lloviendo desde ayer en la noche, pude sentir como algunas gotas de agua cayeron sobre mi frágil piel.

Ardía y dolía a la vez pero no tenía fuerzas para levantarme. Mi vista poco a poco comenzó a nublarse, quería mantenerme despierta pero no podía, pero el recuerdo de mi padre volvió aparecer, sonriendo como siempre, con su impecable uniforme, mirándome llegar de la escuela.

Si este era mi fin, pude hacer algo por ti papá.



Chico MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora