Capítulo ⅩⅠ

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Qué desdichada.

...

Al salir de la casa de Garu, Pucca se mantuvo firme sin soltar lágrimas alguna, le toco la puerta a la anciana de abajo para cobrarle el pedido. Ella se lo entrego y se despidió para irse en su motocicleta a la casa de Ching.

No quería ir donde sus tíos ya que probablemente irían dónde Garu y actualmente no desea ni quiere más problemas.

Al llegar, toco la puerta y Ching le abre, tiene su bolso y su abrigo ya puestos.

-¿A donde vas?-Le pregunta Pucca.

-Voy a salir con Abyo-Le responde, nota sus ojos negros rojos sosteniendo lágrimas amargas, preocupada le toma de la mano y le pregunta como buena amiga si se encontraba bien.

Ching al no oír la respuesta le invita a pasar a su pequeño apartamento.

NARRADORA PUCCA.

Me siento en su sofá y dejo mis cosas al costado, estaba apunto de decir palabra pero un nudo en mi garganta me lo impide, Ching cierra la puerta y se sienta a mi costado.

-¿Qué te ha ocurrido? Me preocupa- Me pregunta, hago una mueca y cubro mi cara con mis manos, siento que iba a explotar en lágrimas ante cualquier palabra.

-¡Pucca!- Se alarma, toma mis manos y ve como eran recorridas mis mejillas por lágrimas.

-Garu, él y yo hablamos, más bien discutimos, él rompió su voto de silencio.- Explicó, ella se acomoda y suspira, -Sabia que deberíamos hablar algún día pero jamás pensé que me dolería tanto, nos dijimos cosas hirientes y aunque dije lo que sentia me siento culpable. Sé que Garu no es un chico malo, y lo traté como si no fuese nadie, de igual manera él conmigo.- Finalizo con ademanes tratando de que se me entendiera palabra entre mis sollozos.

-Oh...- Me volteo y veo su expresión, no parecia sorprendida.

-¿Sabias algo?

-No exactamente. Hoy

-Otra más-Me quejó y acomodo mi flequillo,- ¿Qué, por qué esta mal debo guardar lo que siento? Pues no pienso hacerlo.

-Pucca... escuchaté, jamás permitirías que Garu sufriesé.

-Pues él si permitio que yo sufra...- Estaba apunto de alterarme pero suspiro para aliviarme, - No debes pagar mis desbalance emocionales, mucho menos mi rabia contra Garu, pero me duele Ching, me duele que ahora que yo estoy sufriendo y tratando de olvidarle él quiera intentarlo, cuando no quiso en más de cinco años de relación, ¿Qué le hizo cambiar de opinión? ¿La soledad?

Ching se levanta luego que dije aquello y vuelve con una taza de café, me la da y respira hondo para poder encontrar las palabras adecuadas seguramente.

-Pucca, sé que no soy la adecuada, ya que yo pese a todo aún estoy con Abyo, y no soy la más valiente cómo tú para terminar con Garu pero, quizá te debas alejar completamente de él, jamás le soltarás si estas pendiente.

-Pero no estoy pendiente de él, -Chinglza una ceja irónica, -Quizá un poco...

-Sé que te debe doler Pucca, pero debes aclarar tus ideas.- Le miro confundida, a que se referia? -Quizá puedas perdonarle si eso quieres, y hace que te mejores.

Love-Pucca Y GaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora