Los Jóvenes del Símbolo

Capítulo 2 Cambiando el rumbo Parte 2

   El rating de la televisión era muy alto, ya se consideraba algo histórico en la ciudad de las oportunidades: Los Ángeles California. Los patrocinadores del evento estaban encantados por los resultados, que superaban las expectativas de ellos.

   Luego de una hora, cuando sólo quedaban los organizadores y participantes en el hotel sede, salió James en búsqueda de Akil para decirle que al día siguiente lo buscaría para festejar y planear por todo lo sucedido. Él tendría que quedarse en el hotel para recibir información completa y precisa de los pasos a seguir para el trámite de la beca de estudios, el apoyo económico mensual y del inminente primer contrato como modelo. Después Akil le demostró su alegría por la manera de concursar y le comentó que lo esperaría en su sitio de descanso para festejar, idear y proyectar la búsqueda de su madre si así aun lo quisiera.

   James se acercó con el moderador para preguntar por los detalles para recibir sus premios. Esperó en una fila hasta ser atendido. Mientras observó a sus compañeros. Llegó su turno y tras una felicitación le informaron los pasos a seguir. Debía poner su nombre: James Donson en los documentos. Le informaron de su beca de estudios al 100% y del apoyo económico de 500 dólares mensuales para la que debía conservar un promedio mínimo en el GPA de 3.0, así como tener buena conducta. Luego de llenar los papeles le informaron que al día siguiente recibiría más detalles de la escuela y de la empresa que lo apoyaría. Entre los premios contaba con el pago de un porcentaje para renta en un lugar digno para vivir. Podría vivir con un familiar o amigo siempre respetando el reglamento y evitando problemas. Recibió un vale por comida para los tres meses que correspondería por el tiempo de apoyo, lo mismo para el apartamento. Le entregaron un oficio con el sello del gobierno y la dirección del lugar donde debía acudir a presentarse para la firma del contrato por tres meses para ocupar el apartamento. Agradecido luego de firmar el papeleo James se retiró muy contento, como hacía mucho tiempo no lo estaba; se dirigió al restaurante del hotel para comer. Convivió con los otros ganadores; platicaron, jugaron un poco al dominó y al paso de las horas cenaron y se retiraron a sus habitaciones. James, antes de recostarse se encontraba sentado en la habitación pensando y planeando un poco más sobre la búsqueda de su madre para tener todas las ideas claras al momento de contarle a Akil.

   Por la mañana James acudió por la información restante de su premio, desayuno por última ocasión en el hotel, se despidió de algunos compañeros y tomó camino rumbo a donde se encontraba Akil.

   Mientras caminaba, metió la mano a su morral. Sacó un pedazo de roca muy pequeño, que siempre traía consigo; lo encontró en un meteorito que se había estrellado dentro de una reserva natural de la ciudad (en el Bosque Nacional de Ángeles) y empezó a recordar lo que sucedió ese día. Todavía no comprendía porque aquella tarde sintió la necesidad de recoger ese pedazo del bólido y tenerlo para él.

   Recordó que en esa ocasión se adentró en el bosque y lo recorrió más allá de donde las personas casi no llegan visitar. Se había recostado sobre el pasto mirando al cielo en su atardecer; se disponía a tomar su siesta. Estaba a punto de quedarse dormido cuando poco a poco entre pestañeos detectó un sonido extraño que subía de intensidad cada segundo y sintió que algo se acercaba extrañamente. De improviso vio pasar un objeto amorfo resplandeciente cerca de los árboles; al momento lo vio impactarse sobre una gran roca que se encontraba en el lugar, lo que generó un inmenso estruendo, polvo y humo. Ambas rocas se hicieron añicos y del impacto potente se desprendió del bólido uno de los pocos pedazos que no tuvo mayor daño, era un tanto peculiar. James lo notó cuando sin darse cuenta se acercó hacia él; lo miró a detalle por su extrañeza y el símbolo raro que se le veía. Sintió la necesidad de llevárselo, pero un tanto distraído al agarrarlo se quemó un par de dedos, dado que la pieza se encontraba todavía muy caliente. Lo guardó casi sin pensar y se retiró del lugar rápidamente pensando que llegarían las autoridades y quiso evitar verse envuelto en esa situación. En lo que recorría el sendero para salir del parque, observaba el objeto dentro del morral. No pudo evitar detenerse cuando se sintió lejos del lugar para tomar el objeto y mirarlo detenidamente.