Capítulo 5 La decisión del cambio Parte 4

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A la mañana siguiente, después de que ambos desayunaron, Rosario acudió a su típica misa dominical del mediodía, opción que Eliseo no quiso tomar, aun cuando su madre se lo reprochó. Él, solo la acompañó a la entrada del templo y de allí partió rumbo a casa de Santiago, para contarle todo lo que le ocurrió en su visita a la Perla Tapatía, ponerlo al tanto de sus ideas y convivir con su amigo.

   Media hora antes de que anocheciera, se despidió de Santiago y comenzó su caminata de regreso a casa. Cuando él llegó, Rosario le comentó:

—Ya oscureció hijo, que bueno que llegas. ¡Te tengo noticias!

—¿Buenas o malas, mamá?

—Júzgalas tú, vamos a sentarnos. Te cuento que luego de varios intentos al fin tu tía me contestó. La sentí muy alegre, me preguntó por ti y le dije que tú eras la principal razón de la llamada. Le conté todo lo que sucedió en tu viaje a Guadalajara y lo que te ocurrió al regresar aquí. Ella se asustó y muy preocupada me preguntó si estabas bien de salud y de tu ánimo, esto nos llevó al tema sobre los planes que tenían tu padre y ella de mandarte a vivir allá, a lo que me informó que tanto ella como su marido, habían dejado abierta una posibilidad en el futuro por si decidieras ir allá.

»Tu tía aceptó seguir adelante con los planes y sólo me pidió tiempo, un par de semanas para comentarle a Roy para ponerse de acuerdo con él y tratar de averiguar cuál sería la mejor opción para tu traslado, con el mínimo riesgo para todos. Al final, me pidió que no te preocuparas, ellos te apoyarían en todo lo que pudieran y que lo más pronto posible se comunicarían con nosotros. ¿Cómo vez hijo?

—Muy bien, mamá es una gran noticia y un alivio. Ahora tendré que contarles todo esto a Lili y Santi en cuanto pueda. Pero... ¡tu mamá! ¿me acompañaras en esta aventura? —preguntó Eliseo deseando que su mamá quisiera acompañarlo.

—No hijo, aunque ella me ofreció también un lugar en su casa, quedamos en que, primero serías tú y en cuanto se abra la oportunidad, también intentarlo. Te voy a dar al rato, tus papeles más importantes que tengo en el ropero, para que los pongas todos juntos con tus certificados de la escuela, si puedes hazlo antes de dormir, es mejor prepararse desde este momento y adelantarse a lo que se pueda.

—Sí, mamá, deja voy a hacer lo que me pides. Gracias por todo el esfuerzo y apoyo mamá, te quiero mucho.

   Eliseo le dio un abrazo tierno a su madre. Fue a su habitación a encontrar los papeles importantes y resguardarlos en una carpeta plástica. Los colocó debajo del colchón.

   Por la mañana, a medio desayuno, llegó Lili a casa de Eliseo. Él se asomó por la ventana y le sonrió antes de abrirle.

—¡Lili que bueno que estás por acá! ¿Estás bien?

—Sí, Eliseo, sólo quería ver si tú estabas bien, nos venimos de madrugada para llegar a tiempo por el trabajo de mi papá. Le pedí que pasáramos a ver como estabas, me sentía preocupada, de hecho, ellos también lo estaban.

—Todo está bien Lili, necesito hablar contigo ¿cuándo puedo verte?

—Ve a mi casa hoy por la tarde, después de las cinco. Quisiera aprovechar el momento y quedarme ahorita, pero no puedo hacerlo, tengo que llegar a casa y ayudarles a mis papás. Entonces, te espero por la tarde, ya me tengo que ir.

   Se despidieron y Eliseo al terminar el desayuno fue a su habitación para anotar los pendientes y proyección de su viaje y vida en California, en caso de que pudiera vivir con su tía. Luego hizo un poco de entrenamiento físico en casa mientras esperaba la hora de ver a Lili.

   Más tarde, Eliseo llegó en bicicleta a casa de Liliana, ambos se dirigieron caminando a un pequeño jardín público que se encuentra cerca de allí. En la caminata, platicaron del viaje de regreso a la ciudad. Cuando llegaron al jardín él comenzó a contarle con detalles, todo lo que le sucedió después de la visita a las Ruinas Arqueológicas. Le narró las veces que estuvo cerca de la muerte en días seguidos, luego de terminar de detallarle lo ocurrido, ella le dijo:

Los Jóvenes del SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora