Capítulo 8 La nueva alianza Parte 3 (Final)

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Prontamente, comenzó la pelea. Para Sagur, era notable la mayor capacidad de combate de ese Kideano, en comparación al que venció frente a Anzu, entre más grosor y longitud de las púas mezcladas en el pelaje abundante, más fortaleza tendría.

El Kideano se abalanzó sobre Sagur con un fuerte golpe con su puño izquierdo, seguido de otro con el puño derecho, alternado con una patada frontal que ocasionó empujar dos pasos hacia atrás a Sagur, quien logró resistir los embates con su escudo protector que construyó con su energía interna. Un poco resentido, Sagur planeaba sus primeros movimientos de ataque, a la vez que el hostil regresaba a él para seguir al acecho; Sagur se concentraba en captar su energía corporal para reunirla e incrementarla lo mayor posible para dirigirla a sus extremidades y tener mejores ataques, ideando de esta manera soportar esta terrible batalla y acumulando lo suficiente hasta el final.

El Kideano trataba de acercarse y lesionar a Sagur, pero este comenzaba a esquivar la mayoría de los golpes y los que no podía evitar los soportaba cubriéndose con su escudo. Sagur se movía rápidamente como si estuviera en el agua, logrando evadir los ataques y de esta forma adquiriendo tiempo valioso para recuperarse y a la vez cansar al hostil.

Después de varios minutos de lanzar y recibir golpes, ambos contendientes comenzaban a desesperarse y fatigarse, en busca de dar el último golpe sin falla. De repente, la mente de Sagur desvarió por el cansancio, agitando un poco de lado a lado su cabeza, dando señales de debilidad al Kideano, quien aprovechó y logró acercarse lo suficiente para propinarle una potente patada en el abdomen, sofocándolo y dejándolo sin defensa alguna. Sagur, tirado en el suelo, trató de reaccionar y levantarse, pero velozmente se aproximó el hostil y lo sujetó de un brazo para acercarlo hacia él y abrazarlo interrumpiendo alguna opción para atacar o zafarse.

Ciñendo a Sagur de la parte superior, el Kideano se esforzaba al máximo para doblegarlo. En ese instante, emergió de la cueva Anzu y observó que Sagur estaba a punto de desfallecer. Ella inmediatamente se acercó a Isatum y le pidió que le ordenara al Kideano soltara a Sagur y no lo dañara más. Isatum hizo caso omiso a la petición de Anzu y siguió en espera de su victoria.

Mientras eso sucedía, James vio un pequeño tronco, de uno de los árboles cercanos, de buen grosor y con una de las puntas cercenada por su desprendimiento. Moviéndose sin ser detectado, James consiguió empuñar el pedazo de madera y lo escondió detrás del cuerpo, esperando el espacio exacto para tratar de ayudar a Sagur, de manera similar a como ocurrió la primera vez.

Isatum le ordenó a Anzu que regresara a custodiar dentro de la cueva y a ella, no le quedó más remedio que obedecerlo, pero antes de retirarse lentamente hacia el fondo de la caverna, se percató de la intención de uno de los jóvenes para interrumpir la batalla y, por el bien de todos, le advirtió a Isatum, quien prontamente buscó hacer contacto visual con James y al lograrlo le comunicó a señas que no se metiera o morirían en ese preciso momento.

Moribundo por el grave apretón que recibía, Sagur pudo enterarse de que alguno de los jóvenes quería ayudarlo, imaginándose que pudiera ser James por la cuestión de su madre y por estar en la posición más cercano a él, Sagur le lanzó una diminuta y susceptible descarga eléctrica a su localización, pidiéndole que no se metiera en la riña porque todo saldría mal y que confiara en él, que era capaz de ganar la batalla. Luego, el Kideano comenzó a desapretar a Sagur por el agotamiento en la pelea y decidió preparar con su púa principal, la succión de energía vital para su rápida recuperación. Prontamente, aluzando con un tono naranja en la punta de esa púa, la dirigió hacia la parte superior de la cabeza de Sagur y antes de que empezara la succión de energía, Sagur reaccionó con un doble y simultáneo rodillazo en el vientre del hostil, haciéndolo titubear en su esfuerzo de seguir oprimiéndolo, ocasionando que Sagur se soltara de la apretadura del Kideano e inmediatamente asestándole un golpe fuerte con el escudo protector, generando alejar por un par de pasos al hostil.

Los Jóvenes del SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora