Capítulo 6 Sentimientos encontrados y la insólita confrontación Parte 3

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Al instante Sagur y James se fueron hacia arriba del callejón y salieron del lugar. Mientras Sagur mandó al joven al apartamento a recoger el escudo, él lo esperó cerca y pensaba en la oportunidad que tenía de averiguar los nuevos detalles que se le habían presentado; tenía que saber la causa verdadera de las maniobras extrañas del Kideano. Sagur sabía que, si Anzu decidiera no confiar más en él, la siguiente vez que se encontraran lo llevaría sin resistencia a juicio por su rebeldía.

   Anzu decidió regresar a la nave y terminó de averiar a propósito su localizador para no despertar sospechas con el sexto dirigente al mando, que se encontraba cerca de la atmósfera esperando los informes de la situación actual. Ella retiró el cadáver del Kideano y comenzó a desintegrar la membrana que cubría la entrada del callejón.

   Al mismo tiempo, James entró al apartamento, recogió el escudo y le dejó una nota a Akil en una servilleta que decía "salí por unos pendientes"

   Pasada la media noche, ellos se trasladaron al noreste de la Ciudad hasta el bosque, con ayuda de un pequeño aparato propulsor que tenía Sagur ajustado en el dorso, controlado por su energía corporal. Al llegar al punto se adentraron en el bosque, dirigiéndose cerca de la zona donde James vio impactar el bólido. Allí acamparon para esconderse por unas horas y recobrar fuerzas. Antes de que James durmiera un par de horas le preguntó a Sagur:

—¿Por qué me ayudas y cuál es tu historia?

—Provengo de un cuadrante estelar muy distante a este planeta, de igual manera es la procedencia del Kideano. Todavía no puedo revelarte mi pasado, pero sí puedo decirte el tuyo y así comprendas la razón de auxiliarte, al igual que puedo explicarte sobre los Kideanos.

—¿Por qué no puedes decirme de ti?

—Aún no es pertinente y por el momento sólo debo decirte lo necesario. Tenme confianza, sabrás más de mi vida hasta que le demos asistencia a tu madre. ¿Estás de acuerdo?

—Está bien. ¿Sabes una cosa? Todo lo que me está sucediendo es algo muy loco, fuera de la realidad. Por poco te pateaba el trasero esa criatura enorme al igual que el ser similar a ti.

—¿A qué te refieres con eso de trasero?

—Es una de tantas maneras de decir que estuviste cerca de perder la pelea.

—Tienes mucha razón. Normalmente los Kideanos tienen esa talla anatómica, ellos son una raza con características de manejo armónico de la energía corporal, se alimentan de lo que ustedes le llaman aura, la consumen y la utilizan para recargar y aumentar su vitalidad, uniéndola a su energía interior; y dándole un plus a su capacidad de combate.

»Ellos viven a una distancia de nuestro mundo de unos veinte años luz, e históricamente nuestras razas son de razonamiento contrario; ellos no tienen respeto por la diversidad de vidas y son extremadamente hostiles y consumistas. Es extraño que los altos mandos aceptaran tal aberración de colaboración entre ambas razas.

»Anzu es una añeja compañera, es como mi familia, crecimos juntos en el aprendizaje, nos fortalecimos y compartimos nuestro desarrollo general. Fuimos testigos de nuestro ascenso ante el linaje real, pero ahora estoy solo, no tengo su amistad, sólo quedan recuerdos y un poco de confianza entre nosotros.

»La actual misión que ejecuto se originó hace siete ciclos solares terrestres, cuando un científico soviético, amante de las teorías de la probable existencia de vida en otros mundos, tuvo la ocurrencia de mandar una onda de radio al espacio profundo; éste fue un mensaje dirigido clandestinamente a una de las constelaciones más cercanas al planeta Tierra. Esta señal enviada decía "sabemos que no estamos solos, somos seres amigables". Este científico llevaba un registro de los avances de cada investigación que realizaba y al morir todo quedó guardado en los archivos del gobierno de ese país.

Los Jóvenes del SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora