Capítulo 5 La decisión del cambio Parte 5

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Al arribar a tierra norteña tomó un carro de sitio para dirigirse rumbo a la ubicación indicada; media hora duró su trayecto. Minutos antes de las seis de la tarde, y sin ningún contratiempo, llegó al lugar: un puesto de hot dog cercano a la plaza comercial de la colonia. Comenzó a observar a la gente para localizar al coyote; sin prisa examinaba el lugar y trataba de mantenerse tranquilo. Eliseo logró identificarlo de acuerdo a las señales que le proporcionaron; playera holgada en color vino con las letras S F en color blanco al centro; tez moreno claro, estatura media, su oreja no tenía la parte superior izquierda; diseñado un tatuaje en el antebrazo izquierdo con las letras C A mayúsculas, entrelazadas, como símbolo alusivo de un equipo histórico y longevo de fútbol.

   Al contactarlo Eliseo se presentó y le entregó un pequeño papel con el nombre de Roy; éste era su pase para que el coyote lo llevara al otro lado, tenerlo en la mira y prestarle más atención que a los demás. Luego, poco a poco se fueron acercando personas con el coyote para darle dinero y hacerle preguntas. Eliseo retrocedió un poco y esperó a que el sujeto le diera indicaciones.

   Minutos después, el coyote se acercó con Eliseo:

-Mira morro, tus tíos y mi amigo me encargaron que te cuidara como si fueras mi hijo, y yo por la paga extra que me ofrecieron y por mi carnal que me lo pidió, acepté y les di mi palabra de que, si la situación se comprometiera difícil y gravemente, yo tomaría como prioridad tu cuidado para lograr llevarte sano y salvo. Así que, vas hacer lo que yo te diga y de la forma que te lo pida ¿me entiendes?

-Lo que usted diga, así lo haré -respondió Eliseo agradecido.

   Posteriormente, empezó a darle a Eliseo rápidamente los detalles de cómo harían los movimientos. Un par de minutos después se dirigieron con la gente abordo en dos camionetas, cada una de estas separadas por siete minutos de llegada al punto de partida: una casa ubicada a ocho calles al noreste de la plaza La Cachanilla y que se encontraba a unos metros antes de cruzar la línea fronteriza en donde llegarían en total trece personas con el deseo de llegar al otro lado. Allí se había simulado una tranquila y moderada fiesta por si algo saliera mal con las autoridades y tener el tiempo necesario para poder reaccionar en ocultarse y despistar la situación.

   Eliseo y los otros entraron a la casa y rápidamente se dirigieron al patio donde se encontraba un baño; allí una de las paredes tenía una pequeña parte expuesta y movible, pero cubierta por un mueble de madera viejo y pesado de un metro de alto. El coyote dio la indicación que pasara el primer grupo de tres personas a ese baño, entre ellos iba Eliseo, junto con uno de los dos ayudantes del sujeto a cargo. La acción la realizaron en grupos de tres cada tres minutos. El hombre los mandó cruzar la pequeña abertura de cincuenta centímetros cuadrados. Luego bajaron dos metros por una escalera metálica oxidada adherida en la pared, para después arrastrarse pecho a tierra recorriendo un sendero de siete metros que los condujo al inicio de un túnel de1.3 metros de alto por 1.1 metro de ancho y 108 metros de longitud;  los primeros metros del corredor en ambas paredes estaban acomodados en fila aproximadamente quince carros deslizadores de buen tamaño y resistencia. Su tarea consistió en que, al llegar a esa área tomó el vehículo más cercano y comenzó a pedalearlo por tres minutos, sorteando unas imperfecciones y unas cuantas piedras como obstáculos en el suelo, hasta llegar al final del túnel, ahí los esperaba una segunda persona que los guiaba en el recorrido que se encontraba adentro del sótano de la casa destino, ubicada al otro lado de la frontera en Calexico, a ciento veinte metros de distancia de la casa departida.

   Los indocumentados tardaron poco más de quince minutos en cumplir su tarea. En ese lugar esperaron durante seis horas, conteniéndose y deseando no ser descubiertos por la migra y realizar el siguiente paso: dar tiempo para que le saldaran los pagos al sujeto por cada persona introducida a la zona y también aguardar a que arribara una camioneta para iniciar los traslados. La camioneta era tipo Combi y estaba destinada para las personas que pagaron al coyote una suma superior al cobro normal, para alejar a los indocumentados hacia el interior de Estados Unidos, evitando correr más riesgos.

Los Jóvenes del SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora