Capítulo 2 Cambiando el rumbo Parte 1

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Un par de días después de los festejos de Independencia en Estados Unidos un joven de aspecto sucio, con vestimenta rasgada y maloliente recorría las calles de la ciudad en busca de objetos o cosas que la gente desechaba en la basura o que simplemente tiraban o se les caía en la calle sin darse cuenta. El joven vagabundo en su recorrido diario, pensaba si se inscribía en un concurso que le comentó un compañero de la calle; estaba muy indeciso y pensó en preguntarle por los detalles. Con el paso del día el joven encontró a su amigo Akil y se alegró de verlo. Akil le invitó un hot dog como agradecimiento por todo lo que le había ayudado. James le preguntó por los detalles del concurso, pero lo único que Akil tenía claro eran los requisitos de edad para dos categorías, la primera para jóvenes de catorce a diecisiete años y la segunda de dieciocho a veintiún años.

   Terminaron de comer y se dirigieron al lugar donde estaba la información del concurso; al llegar observaron los datos indicados. Se pedían tres requisitos para la inscripción en la primera edición del concurso "El Indigente Modelo". Uno de los organizadores era el gobierno estatal quienes querían reinsertar a los indigentes varones en los programas de ayuda al ciudadano. Pensaron en este evento para hacerse notar con la ciudadanía y así ganar más seguidores que abonaran a su capital político.

   Los tres únicos requisitos para poder inscribirse y competir eran: tener la edad de catorce a veintiún años, ayudar en un programa social que el gobierno indicara y escribir un texto en el que explicaran el por qué su actual situación de vida. Sólo los tres primeros ganadores de cada grupo recibirían la ayuda de los patrocinadores del evento. Los premios para los ganadores del grupo de catorce a diecisiete años correspondían a reiniciar estudios truncados o el comienzo de los mismos, dependiendo la situación del premiado; incluía beca completa más setecientos dólares mensuales durante el periodo de formación y enseñanza en la institución escolar asignada. Los premios para el grupo de dieciocho a veintiún años sería la incorporación a los estudios escolares con beca completa más quinientos dólares mensuales durante su formación y la oportunidad de ser modelo profesional en una empresa de marca de ropa muy valorada e influyente a nivel mundial. Al terminar de leer la información los dos conversaron de las ventajas de que James aceptara participar.

   Decidido y con ilusión, James regresó a su guarida en compañía de Akil, charlaron acostados sobre unas improvisadas cajas de cartón durante largo rato antes de dormir.

   El amanecer frío auguraba una mañana nublada. Con el ánimo incontrolable James se preparaba para asistir a registrarse al concurso. Akil percibía las ansias de competencia y de triunfo de James, algo que no había notado en el joven desde hace un largo tiempo. Los dos partieron al alba y al arribar al lugar donde James se registraría para el concurso. Akil lo espero un poco apartado de la fila. Pasaron unos minutos y se acercó el registrador con James para decirle que llenara el formato con sus datos y si tenía firma la incluyera. Así lo hizo el joven. El organizador le indicó que se presentara a las 9 de la mañana del lunes y llegara con su ropa habitual, explicó detalles del evento. James confirmó que había entendido todo y se despidió.

   James y Akil se retiraron del lugar, en el camino platicaron de la situación, se detuvieron al paso de unas calles para separarse y buscar y recolectar latas de aluminio y todo lo que se pudiera vender para los alimentos del día. Al terminar la tarde James cenó un sándwich casi completo que encontró fuera de un restaurante. Al llegar a su guarida se encontró con Akil, platicaron un rato. Akil estaba seguro que a James le iría muy bien en el concurso. Lo animó a tener una vida mejor y a aprovechar esa oportunidad que se presentaba:

—Tú sabes que te quiero como un hijo James, no importa que tú eres rubio y yo afroamericano. Desde que te conocí nació en mí el sentimiento de tener que proteger tu trasero blanco y estar al pendiente de ti, porque tú eres un joven de buen corazón, amable y simpático.

Los Jóvenes del SímboloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora