Capítulo 25 Remus

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Elizabeth había permanecido callada durante la reunión de la orden, tenía aun fresco los recuerdos que le hizo revivir Harry.

Elizabeth se apareció cerca de la casa de Remus, Voldemort le había ordenando vigilarlo y capturarlo, matarlo en el caso que se resistiera, no le había dicho los motivos, pero a ella ya no le importaba después de que Regulus desapareciera nada le importaba.

Había decidido seguir las órdenes de Voldemort para seguir vivía, mientras buscaba repuestas de lo que había pasado con Regulus, pero entre más meses pasaban, las esperanzas de que estuviera vivo desaparecían.

Fue para navidad que se dio cuenta y se dio por vencida, nunca habían pasado una navidad separados, desde que se conocieron.

Los dos tenían familias complicadas por eso se habían prometido pasar navidad siempre juntos como una familia, la familia que ellos escogieron.

Había cedido ante el dolor de perder a Reg y la oscuridad se había aprovechado de eso, se había vuelto una mujer fría, no se media en atacar y no había remordimiento en matar a quien se atreviera a interponerse en su camino.

Voldemort estaba fascinado con quien se había convertido, se había vuelto su mortífaga más leal, su mano derecha.

Le había puesto esa misión para probarla, si traía al licantropo o lo mataba sabría que podría confiar plenamente en ella, irían juntos a matar a los Potter.

Elizabeth se dispuso a atacarlo cuando noto que estaba solo, Remus se defendía, pero no lanzaba ataques para dañar a Elizabeth, solo quería detenerla, no dañarla. Elizabeth causó una explosión que derribó a Remus.

Estaba en el suelo, lastimado y sin su varita, Remus levanto las manos en forma de rendición aun en el suelo, Elizabeth lo apuntaba con su varita, sabía que tenía que llevarlo con Voldemort, pero el miedo en sus ojos la detuvo.

—Si vas a matarme hazlo rápido, porfavor.

La mano de Elizabeth tiritaba, él lo sabía, como ella había matado de la formas más crueles que existiera, no podía soportar que Remus la viera como un monstruo, bajo la varita despacio y retrocedió.

—Huye

Fueron las únicas palabras de Elizabeth antes de desaparecer, sabía que se ganaría un gran castigo, pero valdria la pena si Remus aún seguía vivo.

—Has estado muy callada durante la reunión. ¿Sucede algo? —Remus entró en la sala donde estaba Elizabeth sola.

—Solo estaba pensando.

—¿En que?

—En el pasado, cuando aún le servia.

Remus se acercó a ella y con voz calmada le contestó.

—Ya no eres esa persona.

—¿Cómo lo sabes? Estuve a punto de matarte Remus y tu pareces ver siempre mi lado bueno, soy un monstruo.

—No lo eres.

—No es lo que dicen ellos— señaló la puerta, donde se escuchaban las voces de algunos miembros.

—¿Cuando te ha importado su opinión? —Elizabeth hizo un gesto de molestia y Remus tomó su rostro para que lo mirara— no eres un monstruo, no para mi.

Ambos estaban muy cerca, sus narices se rozaban y podían sentir la respiración del otro. Remus bajo su vista de su ojos a sus labios, estaban a punto de cortar la distancia cuando los interrumpieron.

—Remus —Tonks estaba en la puerta con Sirius.

—Dumbledore quiere hablar a solas contigo, vamos Dora, Remus esta ocupado —Sirius se llevó a Dora al ver la mirada molesta de Elizabeth.

Sirius había probado una vez la furia de la pequeña Potter, creyó que no iba a poder tener herederos, despues de eso.
Cuando en quinto le hizo una broma a su hermano, una que causó que cayera de su escoba y se rompiera un brazo, Elizabeth se había enterado que él había hecho la broma y cobro venganza dándole un rodillazo en sus partes bajas.

—Debería ir con Dumbledore.

—Si, yo debería volver a Hogwarts.

Ninguno de los dos se movió, no querían apartarse, se quedaron viendose sin decir nada.

Elizabeth fue la primera en apartar la vista, dispuesta a irse, pero fue frenada por la mano de Remus.

—Espera, no te vayas aún—Elizabeth se volteo a Remus— quiero hacer esto antes.

Remus la tomó con cuidado de la cintura acercándola y besándola, Elizabeth llevó una de sus manos a su pecho y la otra a su cuello. Fueron interrumpidos por la tos de Dumbledore.

—Lamento interrumpir, pero necesito hablar con Remus.

—Yo ya me iba.

Elizabeth salio incomoda, se encontró a Sirius en el pasillo.

—¿Ya te vas? ¿No vas a despedirte con un beso?

—Cállate Sirius, no te tocaría ni con un palo.

—Yo también te quiero Eli, nos vemos en navidad.

—No me llames así y no pienso pasar las navidades aquí.

—Ya lo veremos, he invitado a Remus.

—Ni Remus me va a convencer de pasar navidad con un pulgoso como tu.

Elizabeth salio de la casa molesta, Sirius tenía el poder de irritarla aún en su mejor momento.

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