Capítulo 2

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No pude negar que esa noche era muy especial. Nunca antes había podido tomar algo con alguien, ya fuera con Tom o mi mejor amigo Andreas, sin sentirme vigilado por la gente que me rodeaba.

No como en esos momentos, compartiendo una segunda ración de tara con un desconocido que "sutilmente" me estaba tirando los tejos. No paraba de flirtear conmigo, de tratar de cogerme la mano cada vez que la dejaba encima de la mesa a la que nos trasladamos para estar más cómodos.

La camarera nos sirvió un segundo café que Dylan me pagó encantado mientras trataba de sonsacarme de donde era y a que me dedicaba.

—Perdona mi curiosidad—me dijo al cabo de la quinta pregunta.

Sonreí como respuesta, me costaba inventarme una historia que fuera creíble. No quería delatarme, decir algo relacionado con el grupo y que dijera de repente que sabía quién era y le estaba engañando...

—Al menos dime... ¿vives cerca de aquí? ¿Puedo llevarte cuando deje de llover?—me preguntó sonriendo ampliamente.

Suspiré y asentí...

— ¿Si, qué?—me insistió Dylan.

—Que sí, que vivo cerca de aquí—contesté riendo.

—Genial, entonces cuando quieras te llevo—dijo Dylan cruzándose de brazos.

—Ya has hecho mucho por mí y ni siquiera me conoces...

—Sé que te gusta la tarta de manzana, que cuando te ríes se te ilumina la cara...que eres alguien muy especial...

Sentía que me sonrojaba con cada palabra que me decía. Solo pude separar los labios y suspirar. Era tan fácil..."intimar" sin miedo al qué dirán...

—Entonces vives cerca—dijo Dylan retomando su interrogatorio— ¿Vives solo?

—No, con mi hermano y mis co...—empecé a decir.

Me callé de golpe mordiéndome el labio, me había pillado con la guardia baja y había estado a punto de delatarme.

— ¿Con tus qué?—me preguntó Dylan mirándome fijamente.

—Mis....mis colegas—terminé mi frase.

—Compartes piso, eso está bien. ¿Estás muy unido a tu hermano?

—Sí, somos gemelos—dejé caer.

— ¡Gemelos! Yo también tengo una melliza—me explicó Dylan volviéndose.

Le vi señalar la barra con la mano y entendí de inmediato. Gina era su hermana melliza, la misma que no nos quitaba los ojos de encima sonriendo.

—Vivimos en el apartamento que hay encima del bar—me explicó Dylan—Era de nuestro padre y Gina se hizo cargo de el. Yo...bueno, hago trabajos sueltos. Terminé la carrera de arquitecto y me sale algo de vez en cuando.

— ¿Cuántos años tienes?—pregunté sin poder contenerme.

—Cumpliré 30 en dos meses, ¿y tú?

—Hice los 19 en septiembre—murmuré revolviéndome en la silla.

Tenía miedo de que me dijera que era muy pequeño para hablar con él de esa íntima manera, que regresara a la casa de la que me había fugado...

—Aún recuerdo cuando yo cumplí los 19....Dios, que borrachera me cogí—río Dylan.

Sonreí suspirando aliviado de que no le diera importancia a esa gran diferencia de edad.

—Cuéntame algo de tu hermano—me pidió Dylan de repente.

—Se llama...Tom—dije tras pensarlo un rato—Es 10 minutos mayor que yo...y aunque somos gemelos idénticos no nos parecemos en nada.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora