Me llevó a cenar a un restaurante muy elegante. Al principio tuve miedo de ser reconocido, no podía pasarme toda la cena con las gafas de sol puestas. Pero una vez en el local y tras ver que solo había gente mayor enfrascadas en sus conversaciones logré relajarme y disfrutar de la velada.
Le pregunté a Dylan acerca de ese proyecto en el que estaba trabajando, pero por más indicaciones que me daba me perdí en la primera palabra.
—Tienes que verlo en persona, sobre el papel no dice nada pero una vez construido el cliente quedará muy satisfecho—dijo Dylan sonriendo.
Asentí mientras cogía mi copa de agua y bebía despacio de ella. Había una cosa que quería pedirle y que me rondaba por la cabeza, pero mi timidez me impedía pronunciar palabra alguna...Dylan lo debió notar, porque dejó el tenedor sobre la mesa y me cogió una mano apretándola con fuerza.
—Dime lo que te ronda por la cabeza—suplicó en voz baja.
Dejé la copa sobre la mesa y cogí aire profundamente. Lo mejor era ir directo al grano, nada de rodeos innecesarios...
—Quiero hacer el amor contigo—dije en un suspiro.
Sentí como me apretaba la mano con más fuerza, pensando en cogerme y echar a correr hasta su apartamento y no parar hasta tenerme desnudo en su cama y bajo las sábanas....
Tal pensamiento me hizo soltar una risa nerviosa. Carraspeé y me sentó mejor en mi silla, esperando que Dylan reaccionara....o se negara...
—Chris—dijo al fin—No hay nada que deseé más en el mundo que hacerte el amor, solo esperaba porque me parecía que tú no querías ir tan rápido...hace dos días que nos conocemos y...
—Lo sé, y también sé que esto es lo que quiero—dije con firmeza.
Sería mi primera vez, y quería que fuera con él.
— ¿Esta misma noche?—preguntó Dylan alzando una ceja.
Me quedé sin habla. No esperaba que fuera tan rápido, además de que no había avisado de que iba a llegar tarde, o pasar la noche fuera...
Dylan vio mi nerviosismo y acarició mi mano que aún descansaba entre sus dedos.
—No hay que precipitarse. Disfrutemos de la cena y...
—Mañana—dije con un hilo de voz.
— ¿Mañana?—repitió Dylan alzando otra vez una ceja.
—Mañana—afirmé sonriendo.
Dylan asintió y seguimos cenando como si nada hubiera pasado. Luego fuimos a dar un pequeño paseo, nunca había estado en esa parte de la ciudad y para mí era todo nuevo. Seguía a Dylan, o más bien me dejaba llevar. Había puesto una mano sobre mi cintura y con el dedo pulgar me estaba subiendo la camisa para poderme acariciar mejor.
—Conozco un bar no muy lejos de aquí—empezó a decir Dylan—Vengo mucho, la música está bien y nadie nos molestará.
No entendí a que se estaba refiriendo, hasta que entramos en el mencionado bar. Eché un vistazo a mi alrededor, había muchas parejas y cada uno estaba a lo suyo. Y todos eran...
—Gays—dijo Dylan por mí.
Efectivamente, me había llevado a un bar de ambiente. No tenía ni idea de que hubiera uno tan cerca del apartamento, me los imaginaba en las afuera de la ciudad en algún local clandestino o algo parecido...
—Venga, tomemos algo y entremos en calor—dijo Dylan sonriendo.
Le imité con esfuerzo y dejé que me llevara a la barra. Aún me tenía cogido por la cintura y no me soltó hasta que el camarero nos sirvió lo que había pedido, una cerveza para él y una coca cola para mí.
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¿Quién soy yo?
RomanceEso mismo se preguntaba Bill Kaulitz. ¿Quién era realmente? ¿El famoso cantante del grupo de moda? ¿O el chico de 19 años que no sabía aun que era lo que no le gustaba de su vida?