Capítulo 22

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Al día siguiente me levanté mucho más animado. Me metí en el baño y me di una larga ducha caliente sin dejar de tararear por lo bajo. Me lavé el pelo con los ojos cerrados, pensando en el largo día que me esperaba.

David nos vio tan cansados del viaje que hoy no teníamos nada programado, y con los demás tampoco habíamos hecho planes para ensayar ni nada parecido. Estaba libre y pensaba disfrutar de ese día.

Bajé a desayunar luciendo una amplia sonrisa. Georg me miró extrañado y esperando a que me explicara, pero negué con la cabeza y me senté a desayunar al lado de Tom, que solo me guiñó un ojo a modo de "buenos días".

Esperé a que nos dejaran solos y entonces cogí aire antes de pedirle el inmenso favor que necesitaba.

—Tom, Dylan regresa esta mañana...—empecé a decir.

— ¿A qué hora te llevo?—preguntó Tom sonriendo.

—A las 12 y media estaría bien—contesté imitándole.

Tom asintió y se levantó. Me dio un beso en la mejilla y subió a cambiarse de ropa. Subí tras él, me había puesto un chándal para desayunar y además tenía que secarme el pelo y alisármelo.

Para las 12 en punto paseaba nervioso como un león enjaulado. Georg y Gustav habían salido a comer fuera y me dirigieron una extraña mirada al verme en ese estado. Les ignoré a propósito, no quería tener que explicarles mis planes.

Casi grité aliviado al ver salir a Tom. Me puse la cazadora que llevaba colgada del brazo y salimos del apartamento en silencio. Entramos en su coche y unos minutos más tarde aparcaba delante del bar.

— ¿Quieres entrar?—pregunté aún sin quitarme el cinturón de seguridad.

— ¿Quieres que entre?—preguntó Tom a su vez.

Asentí con la cabeza, no le había presentado formalmente a Dylan, solo le había visto besándome y saliendo de mi habitación tras dejar la cama deshecha.

Salimos del coche y entramos en el bar. Le vi hablando con Gina y sentí que me daba un vuelco el corazón. Solo llevaba sin verlo un día y era como si hubieran pasado 20 años.

Corrí hacia él y le planté un beso en los labios sin pensármelo. Había poca gente en el bar, y Tom y Gina eran de confianza.

—Te...te he extrañado mucho—suspiré contra sus labios.

Dylan asintió sonriendo y me soltó tras darme un breve beso. No sabía en qué momento del beso había puesto sus manos sobre mis nalgas y apretaba mientras me besaba...

Un ligero carraspeo me hizo sonrojarme de arriba abajo. Tom me estaba mirando como si esperara la presentación formal que yo también llegué a pensar, pero que en esos momentos me parecía innecesaria.

— ¿Os pongo algo?—preguntó Gina rompiendo ese tenso silencio.

Miré a Tom y le pedí en silencio que se quedara a comer con nosotros. Gina sonrió ampliamente cuando se lo dijimos y entre todos preparamos una de las mesas. Enseguida degustamos un plato de pasta que Gina tenía preparado. Se sentó al lado de Tom y le contamos como iba a ir la gira.

Terminada la comida, regresamos a la barra a pedir algo de postre.

—Yo quiero un trozo de tarta de manzana—se apuntó Tom al momento.

Asentí ante la mirada de Gina y tomé asiento al lado de Dylan, dejándole en medio entre Tom y yo.

—Y entonces, ¿ya está terminado el escenario?—preguntó Tom con mucho interés.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora