Capítulo 13

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El tiempo acompañaba a la felicidad que estaba sintiendo en esos momentos, era un día soleado y me quité la cazadora una vez en el parque. En mis manos llevaba el helado que Dylan había comprado y que compartimos entre los dos. Casi no había gente y pudimos pasear cogidos de la mano, hasta que llegamos a una zona en donde un gran árbol daba una agradable sombra.

No sentamos bajo ella, pero una vez terminado el helado nos recostamos y abrazamos. Estábamos ocultos a miradas indiscretas y dimos rienda suelta a la pasión que nos embargaba en esos momentos. Nos besamos y rodamos por el suelo, hasta que protestó mi estómago y Dylan resopló resignado.

—Lo siento....estoy hambriento...—me disculpé entre risas.

Dylan suspiro y levantándose de encima de mí me ayudó a ponerme en pie. Recuperé las gafas que había perdido en nuestra "lucha" y me las puse ante la mirada de Dylan, que se reía sin saber yo de que.

— ¿Qué te hace tanta gracia?—pregunté "enojado".

—Tienes el pelo lleno de hojas—contestó Dylan levantando una mano.

Empezó a quitármelas, aprovechando para tirarme con suavidad del pelo.

—¡Cuidado!—le reñí entre risas.

—Lo llevas muy largo—comentó Dylan pasándome un brazo por los hombros.

—Lo he llevado de mil maneras, corto, con mechas...—empecé a decir sin darme cuenta.

—Ya me enseñarás alguna foto—me cortó Dylan.

Me mordí los labios, no pensaba hacerlo...de momento. Hasta que Dylan no supiera quien era realmente yo no le podía contar nada de mi pasado sin mentir. Cambié de tema de improvisto, agradecido de que el puesto de perritos calientes apareciera ante nuestros ojos.

—Me muero de hambre—dije tirando de Dylan.

Dylan rio por lo alto y atrayéndome a su cuerpo me besó en la frente suspirando.

Compramos dos perritos calientes y una botella de agua. Pagué yo esa vez, no entendía porque tenía que hacerlo siempre Dylan, más si estaba seguro que ganaba yo más que él...

Volvimos a nuestro escondite y comimos allí sentados en la hierba. A nuestra derecha había unos columpios y unos niños jugaban allí riéndose por lo alto. Terminamos de comer y viendo que los habían dejado nos miramos y asentimos.

Ocupamos un columpio cada uno y nos columpiamos riendo como dos niños pequeños. Pasamos casi toda la tarde en el parque paseando por él como dos enamorados cogidos de la mano. Regresamos al bar a disfrutar de una cena rápida que nos preparó Gina. Dylan se ausentó para ir al baño y fui sometido a un interrogatorio.

— ¿Qué tal la noche?—me preguntó Gina sonriendo.

Me quedé mirándola sin saber que contestarla, estaba claro que no me lo preguntaba por curiosidad, sino porque se preocupaba por la felicidad de su hermano.

—Nunca antes había visto sonreír así a mi hermano—siguió diciendo antes de que contestara—Te ama, Bill. No le hagas daño...

—Eso sería lo último que quisiera—dije de inmediato—Yo también le amo y quiero contarle la verdad. La próxima semana, estaremos dos días separados y a la vuelta se lo diré.

—Yo te apoyaré, no permitiré que te deje escapar—dijo Gina con firmeza.

—Muchas gracias, te debo una...bueno, dos—comenté sonriendo.

—Con una foto tuya dedicada me conformo—rio Gina por lo bajo.

Asentí encantado. En esos momentos se estaba portando como una fan ilusionada ante su ídolo. Dejamos de hablar cuando salió Dylan y terminamos de cenar los dos solos en una mesa apartada.

—Será mejor que vuelva ya a casa—dije suspirando.

Miraba el móvil de vez en cuando, pero no tenía ningún mensaje de Tom diciendo que David nos necesitaba de inmediato. Pero ya eran casi las 9 y por mucho que me pesara, debía volver a mi otra vida.

—Te echaré de menos esta noche—susurró Dylan cogiendo mi mano.

Se la llevó a los labios y la besó él también suspirando. Nos levantamos resignados y tras despedirme de Gina con la mano salimos del bar. Llamé a un taxi, Tom me pidió que le llamara pero no le quería molestar. Podría estar ya en la cama, aunque lo dudaba, era muy temprano pero aun así estaría descansando.

Me despedí de Dylan con un profundo beso en los labios y subí al taxi resignado. Cuando entré en el apartamento encontré a mis compañeros cenando en la cocina con Tom. Me senté con ellos, estaban tomando helado de postre y tomé una ración recordando con una sonrisa en los labios el que había compartido con Dylan.

— ¿Dónde has estado todo el día?—me preguntó Georg alzando una ceja—Por no decir...toda la noche...

—Tenía cosas que hacer—murmuré sin atreverme a mirarle.

Sentía mis mejillas arder...

— ¿Qué cosas?—insistió Georg con una sonrisa maliciosa.

—¡A ti te lo va a decir, pervertido!—intervino Tom para alivio mío.

Georg rompió a reír y le acompañó Gustav. Puse como excusa que estaba cansado y me iba a la cama, lo que les arrancó más carcajadas que ignoré mientras echaba a correr escaleras arriba.

Me desnudé y puse mi pijama. Me metí en la cama tras mandarle un mensaje de buenas noches a Dylan. Sabía que en cuanto llegara me entretendrían y no me quiso molestar con unos de sus mensajes, aunque jamás me molestaría que me dijera "te quiero" una vez más...

Cerré los ojos y me quedé esperando...a los pocos minutos entraba por la puerta Tom. Le sentí tumbarse en mi cama pero seguí dándole la espalda. No porque estuviera enfadado, sino porque me daba vergüenza mirarlo....

— ¿Te lo has pasado bien?—le escuché preguntar en voz baja—Quiero decir...que si has disfrutado...no, esto...

Reí ante su tartamudeo, dijera lo que dijera iba con segundas y sabía que esa no era su intención. Me di la vuelta en la cama y asentí con la cabeza. Había pasado un día agradable, mis mejillas estaban sonrojadas por el sol que había tomado y mis labios esbozaban una sonrisa cada vez que suspiraba.

Tom asintió de nuevo y tras darme un beso de buenas noches en la mejilla me dejó para que descansara, no sin antes darme la mala noticia.

—Mañana sesión de fotos, estaremos todo el día de aquí a allá—me explicó resoplando.

Resoplé yo también, esperé a que se fuera y entonces le mandé un mensaje más a Dylan pidiendo perdón por no saber si nos veríamos al día siguiente. Esperé su respuesta, que no tardó en llegarme.

"Aprovecharé para adelantar un proyecto, pero si tienes un hueco te invito a cenar en mi cama"

Acepté de inmediato. Tenía ocupado todo el día, pero la noche...estaría libre para poder disfrutar de sus besos una vez más....

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