Capítulo 10

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Me desperté muy nervioso al día siguiente, solo de pensar en la fantástica noche que me esperaba... Siempre y cuando Tom no me la estropeara, hacía que sintiera cosquillas en el estómago. Me levanté de la cama a pesar de que no eran ni las 9 de la mañana. David había sido bueno con nosotros y en vista de que habíamos pasado tres días enteros ensayando ese nos lo había dado libre. Lo necesitábamos...

Entré en el baño y me di una ducha larga. Cerré los ojos dejando que el agua caliente me relajara, sentía los hombros tensos y me dolía la espalda. Me mordí los labios para no sonreír al pensar que esa noche debía estar en buenas condiciones...

Corté el agua y salí de la ducha secándome a una toalla. Suspiré y me puse la ropa limpia que había dejado sobre el lavabo preparada. Incliné la cabeza y me sequé el pelo con otra toalla tras peinármelo y desenredarlo.

Estaba en esa posición cuando escuché que se abría la puerta de mi habitación. A los pocos minutos entraba Tom en el baño y se paraba apoyado en el marco de la puerta, observándome en silencio.

— ¿Querías algo?—pregunté sin incorporarme.

—Ver si estabas enfadado—contestó Tom resoplando.

¡Claro que lo estaba! Había insinuado que Dylan no me correspondía, que se acotaría conmigo y luego me daría la patada. Y no era así. ¡No lo era!

—Lo siento mucho, Bill—se disculpó Tom de todo corazón.

Entonces me incorporé y me quedé mirándole, esperando que se explicara por su comportamiento de la noche anterior.

—Soy el hermano mayor, debo velar por tu bienestar...

—Me sacas solo 10 minutos—le corté sonriendo.

—Fui el primero en nacer—dejó Tom bien claro—El primero que aprendió a andar, a montar en bici, el que dio su primer beso....y el primero en felicitarte por haber encontrado a esa persona tan feliz te hará...

Mi sonrisa se ensanchó, sabía que iba a pasar eso. Tom se desquitaría conmigo pero no pasaría ni un día en que viniera a pedirme perdón y explicar los motivos que le llevaron para hablarme de esa dura manera. Di un paso en su dirección y le abracé con mucha fuerza, siendo yo esa vez el que besara su mejilla suspirando.

Sentí que me rodeaba la cintura con sus manos y enterraba la cara en mi cuello repitiendo contra mi piel un "lo siento".

Me separé algo incómodo, la última persona que rozó mi cuello con sus labios había sido Dylan, y en esos momentos me parecía inapropiado que lo hiciera mi propio hermano. Esbocé una sonrisa con esfuerzo y salí del baño pasando por su lado.

— ¿Tienes algún plan para hoy?—preguntó Tom a mi espalda.

Negué con la cabeza. La verdad es que podía quedar antes con Dylan y pasar juntos todo el día, pero sabiendo cómo íbamos a terminar, prefería tener algo de tiempo para mí. Necesitaba meditar lo que estaba a punto de hacer, necesitaba tiempo para arreglarme con esmero....

—Podíamos hacer algo tú y yo juntos—propuso Tom.

Quería resarcirme por lo de la noche anterior, pero no estaba con ganas. Iba a negarme cuando pensé que hablar con él me haría mucho bien. Podría distraerme y que las horas se me pasaran más deprisa, y podría aconsejarme sobre algunas cosas...

— ¿Qué van a hacer los demás?—pregunté mirándole fijamente.

— Gustav creo que ha quedado con unos amigos, y Georg comerá con su hermana—me explicó Tom.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora