La sesión de fotos se alargó y para cuando pude ponerme en contacto con Dylan eran más de las 11. Primero me disculpé por haberle despertado, pero Dylan me aseguró de que no estaba durmiendo, que sabía que le iba a llamar y me esperaba estudiando.
— ¿Qué estudias?—pregunté con curiosidad mientras me daba la vuelta en la cama.
—No quiero aburrirte, es un curso que estoy haciendo sobre "Nuevas técnicas arquitectónicas"—me explicó por encima—Ando algo atrasado...
—Por mi culpa—murmuré chasqueando la lengua.
—Bueno, algo de culpa tengo yo también—se apuntó Dylan—Te vi aparecer una noche bajo la lluvia, empapado y tan guapo...sería tonto si te hubiera dejado escapar.
Solté un suspiro incontrolado, era la primera vez que alguien me llamaba guapo...alguien de quien yo estaba locamente enamorado...
—Mañana podrías estudiar todo el día, yo también tengo....cosas que estudiar—mentí suspirando.
—Tenemos poco tiempo para vernos antes de separarnos—comentó Dylan él también suspirando—Solo serán dos días, pero se me harán eternos.
—Bueno, luego recuperaremos el tiempo perdido—dije alzando una ceja.
—¡Mírale! Y parecía una mosquita muerta—rio Dylan.
—No me conoces, no sabes quién soy.... —empecé a decir.
Me mordí la lengua de inmediato. ¡Claro que no sabía quién era! Le estaba haciendo creer que era un chico normal y corriente que se había enamorado por primera vez, no sabía nada de mi verdadera identidad...
Que miles de chicas suspiraban por mí en vano, que tenía que esconder mis sentimientos por el miedo a que la gente me señalara con el dedo...que con la única persona que podía hablar en serio de cómo me sentía era con Tom, que me consolaba como bien podía...
— ¿Estás bien?—preguntó Dylan—Te has callado de repente...
—Perdona, me he distraído y ya no sé de qué hablábamos—contesté carraspeando.
—Ya es muy tarde y estarás cansado. Mañana te llamo y si podemos nos vemos—dijo Dylan entre bostezos.
Asentí y me despedí de él mandándole un gran beso. Colgué la llamada y me di la vuelta en la cama. No podía conciliar el sueño por más vueltas que daba, necesitaba hablar con alguien y solo había una persona, que estaba en la habitación de al lado.
Me levanté de la cama y caminé descalzo mientras me acomodaba mejor el pantalón de mi pijama. Salí de mi habitación y entré en la de Tom, que estaba leyendo en la cama. Alzó una ceja al verme y son mediar palabra levantó la sábana de su cama y me acomodé en ella suspirando.
— ¿Te molesto?—pregunté acurrucándome a su lado.
—Para nada—contestó Tom dejando la revista en el suelo.
Viendo que era ya hora de dormir, estiró una mano y apagó la luz. Le sentí acomodarse en la cama y ponerse de costado para verme mejor, y tratar de averiguar que me pasaba.
— ¿Le echas de menos?—preguntó de repente.
Asentí en silencio, la noche anterior a esas horas yacía en sus brazos exhausto por un orgasmo. No como en esos momentos, que echado al lado de Tom necesitaba con urgencia un abrazo y no sabía cómo pedírselo.
Pero entre nosotros nunca habían hecho falta las palabras y al momento Tom me estrechaba y suspiraba.
—Duérmete, ya verás que pronto llega mañana y le vuelves a ver—susurró Tom besándome el pelo.
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¿Quién soy yo?
RomanceEso mismo se preguntaba Bill Kaulitz. ¿Quién era realmente? ¿El famoso cantante del grupo de moda? ¿O el chico de 19 años que no sabía aun que era lo que no le gustaba de su vida?