¿Quién soy yo?

Capítulo 17

— ¿Chris?—repitió Dylan más alto.

Vi que David se le quedaba mirando sonriendo...

—Dylan, te presento a Tokio Hotel. Él es Gustav, Georg, Tom...y su hermano Bill Kaulitz, cantante y líder—nos presentó David.

Vi como Dylan abría más los ojos y me miraba con una expresión de decepción en la cara. Acababa de descubrir que le había estado mintiendo durante todo este tiempo, haciéndome pasar por alguien que no era....

Pero eso no era del todo cierto, con él había podido relajarme y mostrarme tal y como era. Aunque no hallaba las palabras para poder explicárselo, no dejaba de tratar de esconderme tras Tom, que al ver lo que estaba pasando me había cogido con firmeza de la mano y me la apretaba con cariño.

— ¿Tienes ahí los planos?—preguntó David ajeno a lo que estaba pasando.

Vi como Dylan pestañeaba y murmuraba un "si" por lo bajo. Le tendió a David la carpeta que llevaba en sus manos y una vez abierta comenzó a explicarle como había pensado construir la parte del decorado que le habían encargado....y que yo ya había visto cuando me la enseñó en su portátil.

Georg y Gustav se acercaron a echar un vistazo, pero yo no pude moverme del sitio. Dejé que Tom me llevara de la mano a un rincón apartado y en el me derrumbé entre sus brazos.

—Todo...todo se ha acabado...—sollocé sin poder controlarme.

—No digas eso, se ha llevado una sorpresa inesperada. Ya verás cómo os reís de lo ocurrido cuando se aclaren las cosas—me consoló Tom en vano.

—No lo creo—susurré alzando la cara—Le he mentido con todo el descaro, si quiero empezar una relación con él ha de ser basada en la mutua confianza, y ya desde el primer momento le he contado una mentira...no sabrá cuando estoy diciendo la verdad o volviendo a mentir...

—No has mentido—aseguró Tom con firmeza—Solo que no has contado parte de la verdad. Habla con él, explícaselo y ya verás cómo te perdonará.

Dudaba de sus palabras, era muy fácil decir que todo iba a ir bien cuando yo no lo sentía así. Suspiré resignado y me limpié las mejillas de lágrimas. No iba casi maquillado, motivo por el cual Dylan me había descubierto de inmediato. Mis ojos estaban apagados y mis mejillas ausente de color, estaba muy pálido, como si me acabaran de dar la peor de las noticias...

Regresamos al lado de nuestros compañeros justo en el momento en que se despedían de Dylan.

—Es un buen trabajo, habla esta tarde con los técnicos y mañana mismo supervisas la obra—dijo David a modo de despedida.

Vi cómo se estrechaban las manos y tras dirigirme una mirada de soslayo, Dylan me dio la espalda y salió del recinto.

—Chicos, volvemos al hotel—anunció David como si nada—Descansáis y esta noche os la dejo libre, pero nada de trasnochar. Al día siguiente tenéis una entrevista, sesión de fotos y por la tarde actuaréis en directo.

No sé cómo pude seguir a los demás al hotel, mis pies se movían como si tuvieran vida propia, mi mente estaba a kilómetros de distancia. Solo quería tener un momento a solas para llamar a Dylan y tratar de explicarme si me dejaba.

No quise salir por la noche, no estaba para celebraciones. Tom se quedó a hacerme compañía poniendo como excusa que le dolía la cabeza. Georg y Gustav no se lo tragaron, la de noches que había pasado con una fan incluso teniendo fiebre...

Me miraron a mí, que estaba cabizbajo. Entendieron que me pasaba algo y Tom se quedaba para averiguarlo. Se despidieron de mí y solo cuando se cerró la puerta de mi habitación pudimos hablar Tom y yo.

—Llámale—dijo Tom.

—No—negué en voz baja.

—Estará esperando tu llamada—insistió.

—Está enfadado conmigo, lo último que querrá será oír mi voz—explicando alzando la cabeza—Además, ¿qué le puedo decir? Le he mentido, no puedo mentirle de nuevo y decirle que Chris....yo que sé, no puedo pensar.

Llevé las manos a la cara y me escondí tras ellas rompiendo a llorar. Se había cumplido el presentimiento que tuve la última vez que abracé a Dylan, no le iba a volver a ver nunca más...

Unos golpes en la puerta me hicieron levantar la cabeza y mirar a Tom con los ojos llenos de lágrimas. Le vi asentir e ir él mismo a abrir.

—Hola...Dylan—murmuró dejándole pasar.

Me puse de pie de inmediato, pero no me moví del sitio. Dylan caminaba hacia a mí como si viniera a cámara lenta, cuando lo que yo quisiera era que echara a correr y me estrechara en sus brazos...

—Así que te llamas Bill—empezó a decir Dylan.

Asentí con la cabeza mordiéndome los labios, sentía las lágrimas bajar por mis mejillas, pero ni eso le ablandaron.

— ¿A qué has estado jugando?—explotó Dylan—No me lo digas, te aburrías y decidiste tirarte al primer pringado que se te cruzara por el camino.

—No...escúchame, no fue así...—susurré.

—Me has defraudado Chris....Bill o como te llames—dijo Dylan calmándose un poco—Me gustabas de verdad, pero ahora ya no sé qué pensar. No te conozco en absoluto...

—Mi hermano es el mismo chico del que te has enamorado—intervino Tom para asombro mío—Es muy dulce y tierno, ha hecho el amor por primera vez contigo porque estaba muy enamorado. Ha cometido un error y se lo estás echando en cara, sin importarte que esté llorando sintiendo mucho lo que ha pasado.

—Debiste decírmelo el primer día—murmuró Dylan—Darme la opción de elegir si quería salir con el famoso Bill Kaulitz.

—No era tan fácil. Siempre escondiéndome de la gente, pero contigo pude mostrarme tal y como soy—dije limpiándome las lágrimas—Todo lo que ha dicho Tom es verdad, te amo y has sido el primero en probar mi cuerpo. Me has tratado muy bien, y...no quiero perderte, Dylan...

Dejé de hablar porque se me quebró la voz. Me quedé mirándole a la espera de que dijera algo, que hiciera algo...

Pero solo le vi negar con la cabeza y salir de mi habitación dando media vuelta.

Sentí que el suelo se abría a mis pies y caí a el de rodillas. Vi a Tom correr hacia mí con una expresión asustada en la cara.

—Que vuelva—susurré entre lágrimas—Tom...no dejes que se vaya...

Pero Tom no podía hacer nada, solo estrecharme en sus brazos con fuerza y besar mi pelo, murmurando contra el cuanto sentía que me hubieran roto el corazón en mil pedazos...