Jung Ho Seok y Lee Nari son estudiantes de la carrera de Literatura en la Universidad de Seúl y la asignatura de Prosa Literaria los hace unirse. Llámenlo destino... para ellos es un infierno.
Nari es una escritora innata y muy dulce en su narrativ...
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Nari
Volvimos al hostal notando que no había casi nadie en el lugar y nos miramos cómplices de nuestros caprichos pasionales. Entramos a la habitación y cerré con seguro, nos acercamos el uno hacia el otro entendiendo lo que queríamos.
Nos desnudamos frente al otro sin siquiera besarnos hasta sentir la piel de otro rozarse curiosamente, piel contra piel y cuando ya estábamos unidos por un beso nos dimos cuenta que podíamos devorarnos el universo entre esas cuatro paredes.
Ho Seok recostó mi cuerpo sobre la cama y posicionó su miembro entre mis piernas entrando en mi sin titubeos a lo que yo gemí y cerré los ojos. Mi cuerpo liberó endorfinas de inmediato y un escalofrio recorrió mi espalda al sentir sus labios y lengua lamiendo mis pechos ya duros de tanta estimulación.
Su caderas tenían en vaivén ideal para el momento y veía su rostro relajarse, sus labios entreabiertos liberando suspiros y sus ojos llenos de pasión.
—Me encanta tu ardiente falo— dije entre gemidos y sonreí
—Y a mi tu cálida entrada— aumentó la velocidad de sus embestidas llegando más profundo en mi.
Sus manos firmes abrazaron mi cuerpo con fuerza para luego colocar su rostro contra el espacio de mi cuello y hombro besando aquella piel con deseo mientras no dejaba de mover sus caderas contra mi.
—No pares— gemí bajando mi mano hasta mi clítoris estimulándolo con ansias para llegar a mi orgasmo ya que sentía que él llegaría en unos momentos más.
—Nari...— Ho Seok alzó su rostro para dejarlo frente al mio, sabia que quería decir algo pero lo detuve.
—Solo bésame y acaba en mi— solté el control del momento sintiendo ganas de gemir más fuerte pero no podía, mordí su labio inferior, lo succioné y abrí más mis piernas para recibir las ultimas embestidas.
Mi cuerpo se retorció bajo el suyo y sentí la calidez de su esperma en mi por primera vez. Jamás había dejado que alguien se corriera en mi centro, pero con él me sentía segura de hacerlo y experimentarlo.
Ho Seok cerró los ojos y seguía moviéndose más lento, mis paredes vaginales se seguían contrayendo con regularidad, quizás eso le provocaba más placer.
Él se retiró de mi y miró como salía aquel liquido espeso blanquecino de mi y alzo la vista con algo de satisfacción.
—Escurre lentamente, como espuma— mordió su labio —Levántate— me tendió la mano y yo la tomé.—No puedes quedártela dentro
—¿Y si quiero hacerlo?— acaricié su rostro —Es la única forma que tengo de sentirte cerca—junté mi cuerpo con el de él.
—Perdón— besó mi mejilla y me habló al oído —Siento no ser lo que esperas
