Un personaje que reencarna en el mundo de Avatar la leyenda de Aang, lo único que quiere es tener una vida tranquila pero es arrojado una y otra vez a los problemas mas locos de ese mundo, además nace en la nación del fuego, el país de ¿los malos...
Chan era un chico que perdió a sus padres en un ataque del Reyno Tierra.
Su padre fue un soldado condecorado por su valentía y su madre hija del administrador del pueblo.
La muerte de su padre nunca le molestó, incluso se sentía orgulloso, murió en defensa de su pueblo con honor. Sin embargo, la situación de su madre era completamente diferente, el solo recordar lo llenaba de los más oscuros y terribles pensamientos, esto debido a la crueldad de los maestros tierra, recordaba vívidamente como la torturaron antes de sepultarla en un montón de piedras.
Fue acogido por el Jefe quien fue subordinado de su padre además de ser su aprendiz.
El Jefe al principio quería que se alejara de lo militar e intento que llevase una vida como un niño normal en Gaipan, tristemente sus habilidades sociales eran mediocres y nunca logro socializar, nunca hasta que Wan Lee apareció.
¿A qué pueblo pertenecía?
Cuando se le preguntaban, el siempre respondía de la misma manera: No lo recuerdo. Al parecer por alguna razón no recordaba el nombre de su pueblo natal.
Regresemos un poco el reloj justo al día cuando los soldados se separaron del circo itinerante.
Chan estuvo todo el día con el mantenimiento del equipo de los soldados, sin Wan Lee el trabajo era bastante pesado, se preguntó a si mismo ¿Como Wan podía hacerlo tan rápido y hacer parecer que era fácil?
Cuando termino por fin tuvo tiempo para darle mantenimiento a sus nuevos juguetes, las armas del bandido Jet, Wan las blandió, pero comento algo acerca del balance y de sus puntas curveadas lo que no lo convenció y se las entrego, según el Jefe eran un poco extrañas pero de calidad excepcional, el acero tenía flexibilidad y dureza, competía con las armas fabricadas por los hábiles herreros de la capital.
Al finalizar el día Chan tenía que hacer guardia junto con el Jefe, este se acercó a él y le dijo que era momento de entrenar.
Desde ese día comenzaría un entrenamiento en el cual se acostumbraría a sus nuevas armas, mientras practicaba con el Jefe podía notar como el balance era diferente, tenía que utilizar menos fuerza pero en un ángulo diferente, esta nueva arma no solamente podía ser usada como espada, podía ser utilizada como un gancho o como una lanza, incluso la empuñadura tenía filo, la parte posterior de las armas parecían una especie de dagas.
Algunos llaman a esas armas Ganchos con cabeza de tigre (Hutou-Gou/虎头钩)
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Empezaron a intercambiar golpes lentamente, bloqueo, estocada, desvío de ataques, era increíblemente difícil manejar estas armas, el Jefe sentía alegría al ver cómo el hijo de su mentor mejoraba, estaba blandiendo un arma diferente a la que habitualmente usaba y lograba seguirle el paso, pues sin que se diera cuenta poco a poco había incrementado la velocidad del combate hasta que ya no puedo más y terminó perdiendo el muchacho.