Reencarnado en el mundo de Avatar la leyenda de Aang

18.5 La Increíble Isla Kioshi (parte 2)

Punto de Vista de Zaho

Los pobladores de esta isla no son realmente consientes del poderío que tenemos, creen que con un par de guerreras pueden hacernos frente, encima no dudaron en desafiarnos, al menos tengo que reconocer su valor, se han ganado mi respeto, pero en la posición en donde estoy no puedo darme el lujo de continuar por mucho tiempo con la diplomacia.

En primer lugar mi ascenso a "Almirante" no fue gratuito, a cambio de el he prometido y pedido diversos favores, entre ellos prometí la caída de las "Tribu agua del Sur", en caso de no conseguirlo tendría que conseguir una Azaña de igual valor o de lo contrario podrían no solo degradarme, sino también arrebatarle toda la fortuna que tiene mi familia y conociendo lo despiadada que es la familia real no me sorprendería que a mi familia y a mi nos convirtieran en esclavos y nos mandaran a trabajar a las minas.

Siendo sincero no estoy convencido de seguir el juego de Wan, no dudo de su inteligencia, pero su intervención hasta ahora no ha hecho mas que traerme problemas, aun no veo ningún resultado, solo a estropeado las negociaciones previas que yo tenía.

Las razones que lo asisten para haber cancelado mis previas negociaciones son correctas (después de todo pretendían endeudarme con una deuda impagable por los altos intereses y con quitarme el hogar ancestral de mi linaje, en donde viven mis padres) o mejor dicho lo serian si yo no me encontrara tan acorralado.

Otro punto es que para mitigar un poco los descontentos con los altos mandos con los que había negociado en "La ciudad fuente de fuego", acorde con ellos que les compraría la materia prima, en especial el metal, para mi proyecto, pero como ban las cosas aun no tengo ni el lugar, no la mano de obra y mucho menos las fábricas.

Si esto de la diplomacia no funciona pretendo obligarlos, pero el chico se opuso a mi idea, según Wan, este lugar es protegido por una criatura ancestral llamada "Unagi", que es una especie de dragón de agua, aunque según palabras del chico mas bien es una anguila gigante, incluso él especula que puede ser una anguila eléctrica.

Sin duda enfrentar una criatura como la que describe seria muy complicado y lo mas probable es que sufriríamos bastantes bajas en dicha tarea, eso sin contar que las guerreras Kioshi al parecer tienen un nivel bastante alto como para subestimarlas.

Después de que regresara Wan de su paseo con esa hermosa chica lo llame para tener un duelo de entrenamiento, necesitaba desahogarme y él era el culpable de que se complicará todo, así que asustarlo no solucionaría nada, pero aliviaría un poco mi mal humor.

Después de nuestro duelo donde me deje llevar un poco e incluso utilice las algunas técnicas que me enseño mi antiguo maestro, algo que me sorprendió, pues a pesar de que yo siempre tuve la ventaja no se movía nada mal el muchacho, al finalizar le ocasioné algunas quemaduras leves y pasamos a lo importante.

Después del entrenamiento me conto la siguiente parte del plan, en el cual me dijo que sería lo que seguramente nos preguntarían y la manera en cómo deberíamos responder a sus interrogantes, después pasamos al preparativo de las tropas en caso de que ellas atacaran por sorpresa, teníamos que desembarcar a la mitad de la tropa, pues existía una posibilidad que los habitantes del pueblo intentarían usar a la criatura para atacarnos, los soldados que se quedaran en el bote tendrían que preparar arpones, armas y aceite para atacar con fuego a la criatura si se requería.

Después de algunas correcciones a su plan improvisado lo llevamos a cabo y me fui a dormir pues al día siguiente sabríamos si la diplomacia había funcionado o no.

Punto de vista de Suki

Por fin el día había llegado, me levante desde antes que el sol se asomara por el horizonte, me ejercite un poco para activar mi cuerpo y mente, para estar 100% alerta, desayune, tome una ducha, me vestí con mi armadura, me maquille, después de todo si las cosas salían mal tal ves esta seria nuestra última batalla y quería estar presentable si eso ocurría y siguiendo esa línea de pensamientos, tome la botella con la loción que me regalo aquel chico y me dije a mi misma "¿qué más da?" y termine colocándome un poco, la cual ciertamente tenia un olor bastante agradable.