Reencarnado en el mundo de Avatar la leyenda de Aang

14.1 Vacaciones

Punto de vista de Fat

Ha pasado un mes desde lo sucedido y para mí no ha sido más que un terrible tedio, entre tener que entrenar a los críos, tener que ir con los soldados a repetir una y otra ves la misma versión de los hechos y encargarme del mantenimiento de la mansión del maestro no puedo más, sin mencionar que Wan me chantajeo para que un día a la semana entrene a todos los demás alumnos, simplemente ya no puedo más envidio a mi maestro y espero mi sacrificio de sus frutos y sus planes salgan a la perfección.

En el entrenamiento del trio e intentado de manera mezquina e infantil vengarme del causante de mi desdicha, mientras a Yun y a Chan los puse a practicar los movimientos mas letales del estilo de espada del Maestro a Wan con la excusa que es muy rígido y sus reflejos están por detrás de los de sus amigos, en especial de los de Yun, lo he obligado a realizar el entrenamiento final y más complicado del estilo del Maestro, "el combate sin vista".

Le mostré al trio los movimientos y después le vende los ojos a Wan y lo obligue a repetir los movimientos una y otra ves (sin mencionar que ese chico siempre lleva pesas cuando entrena), después cada que tengo la oportunidad hago que sus dos amigos lo ataquen al mismo tiempo sin contenerse, esto me causa mucha gracia y alivia un poco la carga que lleva mi espíritu, cuando lo veo con moretones, adolorido y golpeado me cuesta trabajo no sonreír.

Desafortunadamente uno de los problemas que enfrento son los soldados que no se terminan de creer mi testimonio, además de que creen que me aprovecho de la buena voluntad que tiene Wan al convencerlo de mi versión de los hechos, el otro día cuando trate de continuar con la investigación que me dejo a cargo el Maestro e intente ir a "Jang Hui" para mirar la purificadora de agua y mas importante la refinería de metal, me encontré con el "Capitán Kuzon", nuestra charla fue más o menos así.

· Me alegra que nos visite de nuevo maestro de la espada Fat, pero nuevamente tendré que rechazar su petición de entrar a ver la refinería de metal, es según Wan un secreto industrial.

· Creo que no te has enterado de la nueva situación pero actualmente yo soy el maestro del sujeto que te dio esas órdenes, así que te ordeno que me permitas entrar.

· Jajajajaja, Wan dijo que usarías ese argumento, no me malentiendas, él no es nuestro superior, el máximo representante de la refinería soy yo, Wan solo es nuestro asesor, claro que le tenemos mucha confianza y le hemos otorgado voz y voto, sin embargo, yo soy la máxima autoridad cuando se refiere de este asunto, si tiene algún inconveniente tendría que venir con una orden firmada por alguien de rango de Almirante o superior.

· Entiendes que a pesar de que no tengo un rango muy alto dentro del ejército, la reputación de mi estilo de pelea me precede.

· Jajajaja ciertamente he oído historias aterradoras, en especial de tu maestro, sin embargo, eso no tiene mucho valor en este momento, a menos que esto sea una amenaza.

· Yo no he dicho eso, pero dejare que lo interpretes como desees.

· Jajajajaja, hombre no seas así, si no fuera yo el encargado, el cual me estoy tomando tus palabras a broma, ya estarías en graves problemas, justo ahora algunos soldados de elite se preguntan sobre la lealtad de tu maestro y si se corriera la noticia que su leal amigo y discípulo anda amenazando a indefensos y trabajadores soldados, no habría margen para negociar con los altos mandos y lo declararían un traidor.

· Ahora parece que el que amenaza eres tú.

· Pues que puedo decirte, tratas de meter tus narices donde no debes a pesar que ya te hemos dicho cortésmente que no, según testigos tardaste demasiado en ayudar al chico que ha hecho posible que la calidad de vida de todos en esta región mejore, algunos creen que lo engañaste o lo ilusionaste con entrenarlo para que te apoye en tu versión que esta llena de agujeros, sin mencionar una chica llamada Rina que conozco muy bien asegura que el entrenamiento que le das al chico parece que esta enfocado en causarle daño mas que en enseñarle algo.