《Melodía del Amor》

Capítulo 5 - Socios de canto (2)

Veneer estaba feliz de poder contarle todo esto a Floyd, este no entendía muy bien hasta que le explicó a detalle lo que significaba. Sin embargo a pesar de estar alegre empezó a ponerse nervioso por aquello, realmente nunca se ha presentado ante nadie y mucho menos en público, ¿Si no lograba hacerlo? ¿Si lo arruina?

Menos mal Floyd estuvo ahora para animarlo a hacerlo y que sorprendería a todos, le dio más confianza en sí mismo.

Empezaron a planear juntos la presentación.

— Por cierto, me pediste una de esas pastillas para ser uno de los míos, aquí tienes, puedes probarlo si quieres. Tengo curiosidad por ver como vas a lucir. — Las pastillas eran pequeñas, Veneer tuvo cuidado de que no se perdieran.

Floyd metió uno a su boca y se sorprendió de que tuviera un sabor dulce. Aparte de eso no hubo ningún cambio, pero recordó que en Veneer tardó un rato.

Entonces empezó a hacer efecto, su mundo se sintió diferente y se mareo un poco mientras crecía.

Casi se cae antes de que Veneer lo ayudara a sentarse.

— ¿Y qué tal luzco? — Floyd le preguntó, fue entonces que miró la expresión de Veneer, este se miró atontado y tenía las mejillas algo sonrojadas.

— O-obviamente luces bien. — Floyd se sorprendió por su reacción, de hecho pareció adorable.

— Gracias, ¿Tienes un espejo? — Floyd le señaló un lado de la habitación, caminó hacia ahí y se vio. Realmente estaba sorprendido por cómo se veía, era muy parecido a la gente de Mount Rageous solo que aún mantenía algunos de sus rasgos como por ejemplo sus orejas puntiagudas.

Veneer ya le había explicado que si bien las pastillas lo ayudaban a permanecer entre las personas de aquí aún ellos sabrían que no es de aquí por que siempre habría rasgos que se notarán, en los trolls eran sus orejas.

Entonces se escuchó un llanto y todos miraron que era Ramón, él había estado durmiendo y cuando despertó no encontró a su hermano por lo que empezó a llorar.

— Ramoncito soy yo, aquí estoy. — Floyd se acercó y levantó a su pequeño hermano, este lo miró un rato, parecía dudoso.

— ¿Floyd?

— S-si, ¿Recuerdas que Veneer se tomó unas pastillas para parecerse a nosotros? Bueno, tome las mismas para parecerme a él.— Floyd trató de explicar para que Ramón pudiera entenderlo.

Este dejó de llorar y lo miró, parecía sorprendido por lo alto que era su hermano, de hecho era un poco más alto que Veneer.

Estaban conversando cuando escucharon la puerta siendo tocada, Veneer se asustó y empujó a Floyd al armario junto con Ramón, era raro que alguien viniera a su cuarto.

Fue aún más extraño ver a su hermana entrar.

— Hola tonto.

— ¿Velvet? ¿Qué haces aquí? — preguntó con duda, ella se cruzó de brazos mientras tocaba sus cosas y las movía o las tiraba sin consideración.

— Nada, ¿No puedo venir a verte? Eres mi hermano.

— Ja… Es así que fue una buena broma, ya dime qué haces aquí.

— Estás saliendo más de lo normal, ¿Qué estás haciendo exactamente? — Veneer frunció el ceño ante la acusación.

— ¿Y desde cuándo te importa? No te hagas la pretenciosa. ¿Qué quieres? — Velvet hizo pucheros.

— Quiero salir a una fiesta con mis amigos, pero todo el mundo me vigila.

— ¿Y? ¿Qué quieres que vaya contigo para cuidarte?