《Melodía del Amor》

Capítulo 14 - Pequeños planes.

A Ritz le tomó un tiempo poder contactar con Ramón sin que fuera realmente sospechoso, no podía simplemente ir a la casa de Floyd para no verlo a él, además hablar con Ramón directamente le hizo saber que Floyd guardó la carta demasiado tiempo.

Ya era tarde de todos modos por lo que le dijo que abriera la carta incluso si era para Floyd.

Más tarde cuando lo volvió a contactar le dijo que Floyd se veía decaído y había dejado de ir a sus ensayos. Ritz tomó sus cosas y fue a verlo, fue Ramón quien lo recibió.

— Hey… pequeño secuaz no tan pequeño, ¿Y Floyd? — Ramon se alegró de verlo y lo dejó pasar, señaló la habitación y no dudó en entrar, la habitación estaba desordenada lo cual no era propio de Floyd.

Lo vio recostado en la cama, dio un largo suspiro antes de acercarse y tirarlo de la cama haciéndolo caer al suelo, este claramente se quejó.

— ¿Qué rayos te pasa? Esto apesta amigo. Osea yo soy algo desordenado pero esto, esto es otro nivel. Dios que es esto viscoso… sabes que, ni quiero saber. — Ramón se asomó por la puerta y luego rápidamente se fue. — Dios, estás dando una imagen del asco.

Ritz lo jalo del brazo para que se levantara aunque este parecía desanimado.

— ¿Sabías lo de la carta? — preguntó desanimado.

— No el contenido, pero lo entendí más tarde… al principio pensé que de verdad no querías verlo pero ahora mismo viéndote se que simplemente eres un idiota. Ahora debes tomar un baño mientras limpio este lugar. — La voz de Ritz sonó autoritaria y no parecía tener intención de ceder por lo que Floyd camino al baño.

Ramon apareció con un pequeño traje de limpieza.

— Rayos no sé qué haría sin mi pequeño secuaz. Ahora limpiemos esto y ayudemos a tu hermano a recapacitar. — Ramon asintió y empezaron a limpiar mientras Floyd se bañaba.

Floyd pareció tardar una eternidad, incluso hasta lograron limpiar todo y sacaron la basura. Ritz decidió preparar el desayuno mientras escuchaba a Floyd salir se bañó, mandó a Ramón a que lo llamara, este se tardó y suspiró cuando lo miró.

— Floyd… luces fatal, ¿Esto es por lo de la carta?

— Yo… nunca quise lastimarlo.

— Lo sé, Veneer lo sabe, nadie te está culpando. Con respecto a la carta… Veneer piensa que ya no quieres tener nada que ver con él. — Floyd se preocupó.

— ¡No! Eso no es cierto, yo tuve miedo de leerlo y cuando lo hice me sentí como un completo imbécil, fui a aquel lugar pero por supuesto no estaba ahí.

— Obviamente. — Ritz le dio algo de comer, dudaba que hubiera estado comiendo bien. — Pero amigo, quedarte en cama no soluciona nada, ¿Qué tal si tu le escribes otra carta? Si realmente te preocupas tanto como dices no será algún problema.

Floyd lo miró con duda pero entendía el punto, asintió lentamente y Ritz miró a su secuaz quien ya tenía papel y todo listo.

— Qué eficiente mi pequeño secuaz, ahora mientras escribes eso prepararé el desayuno. — Floyd volvió a dudar pero empezó a escribir, fue sincero con todo y que él de verdad lo apreciaba, incluso explicó el por qué no fue aquella vez.

Cuando Ritz sirvió el desayuno y vio la carta sonrió.

— ¿Quieres que se la envíe yo?

— Si por favor. — Floyd aún no se veía del todo bien pero se veía más animado. Incluso Ritz le trajo un postre de su abuela antes de irse.