11) Con amigos así, ¿para qué novio?

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11) Con amigos así, ¿para qué novios?


Derek:

Cerré la puerta detrás de mí luego de entrar al departamento y suspiré. Era como si en las últimas dos horas hubiese estado conteniendo la respiración. Mi pecho se sentía oprimido, como si no llegara el oxigeno necesario hasta mis pulmones.

Encontrarme con mi madre había sido tan difícil como lo había imaginado. Yo intentando ignoras su expresión triste y ella queriendo, sutilmente, hacerme reconsiderar lo que estaba haciendo. Busqué cambiar de tema todo el tiempo. Le hablé de que vivía con Alexa sin mencionar que le mentía diciendo que era gay, y también de otras cosas, pero al final caímos inevitablemente en el tema de la música. Entonces me tocó decirle que si su insistencia por hablar era intentar hacerme cambiar de opinión para que volviera a casa a fingir que éramos una familia armoniosa, perdía su tiempo. Me despedí dándole un beso a la mejilla y regresé al departamento.

Lo primero que vi fue a Mack tirada en el sofá viendo la televisión. Se encontraba desarreglada, y eso llamó mi atención porque dentro de poco tendríamos que dirigirnos al bar porque tocaría con los chicos hoy.

— ¿Vas a ira así al bar?

Volteó a mirarme arrugando el entrecejo como si no me hubiese entendido.

—Tenemos que salir hacia allá en menos de media hora ¿Dónde está Alexa? —añadí.

—Ah. No, es que no iremos. Pensé que Alexa te había dicho —se mordió el labio inferior apenada —. Jonas la llevaría a un lugar, no sé, es lejos. Y yo no quiero encontrarme con cierto repelente con cara de funeral.

Hizo una mueca de asco mezclado con odio, posiblemente con el rostro de Lucas en su mente.

—Vale —asentí notando algo de decepción en mi interior antes de dirigirme a la habitación por mi guitarra.

#

Desperté en la madrugada asustado. Había tenido una pesadilla en la que a mi madre le sucedía algo terrible y me sentía tan culpable por no haberle dado lo que ella quería. Aún con los ojos abiertos la culpa no desapareció. Es terrible cuando otros tienen el poder de hacerte sentir mal sin estar haciendo nada malo. Solo quería cumplir mi sueño, estaba luchando por ello ¿En serio era eso tan malo?

Salí de la cama con cuidado de despertar a la chica que me había acompañado esta noche. Ya pensaría como sacarla en la mañana. Tal vez podría pedirle las escaleras al conserje. Estábamos en un segundo piso, no era tan alto. Aunque tampoco me llamaba la atención que la gente estuviese mirando como una chica descendía por mi ventana a las ocho de la mañana.

Tomé helado de la nevera, una cuchara, y me dirigí al salón para ingerirlo tranquilamente en el silencio que implicaba que fuese de madrugada. Sin embargo, no fui el único que pensó en disfrutar de esa soledad.

Di un brinco dejando caer la cuchara para llevar la mano a mi pecho, sintiendo mi corazón agitado por el sobresalto.

— ¿Cuál es tu problema con estar tirada en el suelo delante del sofá?

—Alivia la tensión de mi espalda y me relaja —susurró sin abrir los ojos para mirarme.

— ¿Qué haces despierta a esta hora? —me incliné para recoger la cuchara del suelo.

—Me estaba durmiendo.

— ¿En el suelo?

— ¿Te digo yo donde dormir a caso? —silencio. Llevé una gran cucharada de helado a mi boca y la saboreé lentamente.

Todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora