23) ¿Fin de la guerra?

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23) ¿Fin de la guerra?





Alexa:

—Tenemos que ir —sentencié —. O mejor no.

—Ay, Dios, llevas así media hora, ya decide —se quejó Mack, pero ella no tenía idea del lio en mi cabeza.

—Es que, si traen buenas noticias no quiero arruinar su felicidad y, si traen malas noticias, no quiero amargar más su día.

—Alexa, Derek no te odia —espetó —. No eres su enemiga. Solo ha puesto distancia entre ustedes porque tú lo besaste de la nada.

—Ya lo sé. No me lo recuerdes.

—Entonces deja de creer que no puede ni verte.

—Ayer corrió a su habitación cuando escuchó la puerta de mi habitación abrirse.

—Le incomoda estar a solas contigo ¿lo puedes culpar?

—Mack, deja de darme tanto apoyo —ironicé.

—A ver, no quiero hundirte. Solo te estoy dando un panorama realista de la situación porque tú estás cegada por la culpa y la nostalgia —se defendió —. Solo le está tomando tiempo volver a sentirse totalmente a gusto a tu alrededor. Hay personas así, que les cuesta pasar página. Pero, oye, no se ha ido del departamento, ¿eso no te dice nada?

—Tienes razón —me lo pensé un par de veces más —. Iremos. Estaremos ahí cuando salgan de su reunión y los apoyaremos.

Mack asintió sin decir una palabra.

— ¿No pondrás resistencia? —pregunté enarcando una ceja en su dirección —. ¿No pondrás alguna excusa para no ir y evitar encontrarte a cierto chico de cabello negro más acido que un limón?

—No —negó jugando con un mechón de su cabello —. Es que no pienso dejar que sus malas vibras me limiten —argumentó.

Esta vez fui yo quien asintió sin decir una palabra.

—Es la verdad —agregó.

—Vale, vale.

#

Pasé las palmas de mis manos por mis pantalones por vez... Había perdido la cuenta. Estaba muy ansiosa. Echando vistazos a cada segundo hacia la entrada de las oficinas donde estaba teniendo lugar la reunión de los chicos. Decidimos no entrar para tener un tiempo de analizar sus expresiones en tanto los veíamos salir y porque yo no me podía quedar quieta.

Y no estábamos solas. Al llegar nos encontramos con el padre de Lucas acompañado de una bonita chica rubia, una señora que se presentó como la madre de Taylor, una pareja que tenía un parecido evidente con Jason, por lo que supimos que hacían aquí antes de que confesaran que eran sus padres, y un chico con el cabello verde, el hermano de Chase. No pude evitar notar que familiar directo de Derek no había ninguno. Y, no pude evitar pensar en como se sentiría él cuando se encontrara en esta situación al salir. Para ser sincera, se me formaba un nudo en la garganta.

—Ahí están —me susurró Mackenzie.

Dirigí mi mirada de golpe en la dirección a la que todos miraban sonrientes. Los chicos se acercaban relajados luego de habernos visto a nosotros. Debía admitir que se veían bien como una banda, contrastaban el uno con el otro y, cuando los observabas estando juntos, era difícil no quedarte mirándoles fijamente.

Intenté adivinar por la expresión de sus rostros como les había ido, pero todos coincidían en sus expresiones ilegibles. Cuando llegaron a nuestro lado el padre de Lucas se separo de la chica rubia y dio un paso adelante. No fue hacia su hijo, se dirigió a todos en general. Este hombre los recibía en su casa constantemente, la había dejado a disposición de ellos y de su sueño de ser una banda. Era obvia que vivía esto con casi tanta intensidad como ellos. Y que, aunque Lucas era su único hijo, se preocupaba por el resto como un padre.

Todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora