16) Hora de decir basta

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16) Hora de decir basta

Mack:

— ¡Mack! ¡Mack! —Derek se acercó a nosotros con dificultad para respirar —. Lucas...

Inhaló profundamente.

—Nos tomamos una foto con unas chicas y Lucas se vio el maquillaje —colocó una mano en su pecho —. Tal vez quieras desaparecer un rato, porque te anda buscando.

Mi corazón aceleró la velocidad de los latidos. Volteé a mirar a Alexa para ver si ella me iluminaba con algún plan porque yo estaba en blanco. Lucas sin estar enfadodo parecía capaz de lanzar a alguien por un barranco. Estando enfadado no quería pensar en que podría ser capaz de hacer.

—El baño —indicó Alexandra y yo, sin pensarlo mucho, emprendí mi camino hacia allí.

Zigzagueando entre la gente me moví a toda prisa.

Dentro de la casa había tantas personas que me fue difícil localizar alguna puerta. La primera que encontré era un cuarto de limpieza, en el que me hubiese quedado sin ningún problema, si no hubiese habido dos personas intimando. En ese momento me di cuenta de algo. No iba a encontrar ninguna estancia cerca que no estuviese ocupada ya. Era una fiesta con demasiados invitados y la mayoría ya había nublado su juicio con el alcohol. Tendría que explorar el segundo nivel.

Casi sobrevolando los escalones llegué a la cima de la escalera. Pasé de un corredor a otro intentando abrir las puertas, sin éxito. Todas estaban bloqueadas.

Sin embargo, el universo no me dejó desamparada. Cuando estaba a punto de considerar subir al tejado, una pareja salió de una habitación dejando la puerta entreabierta. Refunfuñaban molestos al pasar por mi lado, pero lo único que entendí fue "aysysqycy idiota iwvhvbd coger ctcwtctc". Tampoco les presté mucha atención, mi instinto de supervivencia me incitó a no perder el tiempo y esconderme.

Miré a ambos lados antes de introducirme en la habitación y cerrar la puerta detrás de mí.

En realidad no era una habitación. Una vez dentro pude comprobar que se trataba de un cuarto de baño. No era gigantesco, pero sí bastante espacioso.

Desde donde yo me encontraba solo alcanzaba a ver la tina en el extremo opuesto y el inodoro cercado por unas paredes, en un sitio únicamente para el, a mi izquierda. Me introduje un poco más en la estancia, buscando el lavabo. El inmenso espejo en la pared captó mi atención, pero no tanto como el reflejo de la persona que estaba enjuagando el jabón de su rostro y en ese justo momento alzó la cabeza. Sus ojos se encontraron con los míos.

Nos miramos por unos segundos. Ninguno de los dos esperaba que yo apareciera aquí. Para mi sorpresa, él sonrió. Lucas sonrió. Lucas, el "desde que aprendí a hacer malas caras más nunca me he reído". Sin embargo, su risa no era amistosa, era más como: Atrapada.

—Yo... Me iba... Iba... —balbuceé retrocediendo hacia la puerta —. La cocina... Voy... Porque Alexa...

Le di la espalda y corrí a la puerta, pero no fui lo suficientemente rápida. Claro.

—No tan rápido —agarró mis hombros tirando de mi hacia atrás hasta que mi espada colisionó con su pecho. Cuando dijo lo siguiente noté que había inclinado su cabeza para que su boca estuviese más cerca de mi oído —. ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta prisa? ¿Has hecho algo malo, Mackenzie?

La piel de mi cuello, y de mi brazo derecho por completo, se erizó en respuesta hacia su tono de voz. El pánico que estaba sintiendo estaba haciendo lo suyo en mi ritmo cardiaco y mi frecuencia respiratoria.

Todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora