2) Un compañero gay

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2) Un compañero gay

Derek:



—Oh, genial —la expresión de su rostro cambió de inmediato y me sonrió —. Disculpa que te reciba así. Aunque si al final te conviertes en mi compañero tendrás que acostumbrarte porque no suelo peinarme en casa. Pasa. Soy Alexandra. Dime Alexa.

Abrió aún más la puerta y se hizo a un lado dándome espacio para introducirme en el departamento. La verdad no era la gran cosa, pero no estaba nada mal, y todo se encontraba muy limpio y ordenado. Eso era importante para mí.

—Antes que todo necesito hacerte unas preguntas. Algo para asegurarme que encajas en el perfil —alcanzó una agenda que había sobre la mesa del salón y la abrió. Luego me dirigió una mirada extraña —. ¿Te vas a quedar ahí parado?

—No, no —reaccioné tomando asiento en el sofá con rapidez.

Yo no era así. Yo era un chico extrovertido y espontáneo. No me cohibía de hablar, ni me quedaba parado en medio del salón como tonto. Sin embargo, hoy no era Derek el de siempre, hoy era "Derek, el amigo gay de Natalia", y no sabía como actuar sin delatarme. Debía analizar cada palabra que salía de mi boca, cada acción que iba a realizar, para evitar ser descubierto y tener que dormir en mi estúpido auto sin techo.

—Bien. Eres amigo de Natalia, eso es un pro —apuntó algo en la agenda con un bolígrafo antes de morder el extremo más próximo a su boca —. Y eres gay. Otro pro.

Ella me miró como esperando que dijese algo.

—Me alegra que mi sexualidad te agrade —Solté sin pensarlo mucho e intenté sonreír sin parecer muy incómodo.

—Quizás te parezca extraño pero tengo algo en contra del los hombres heterosexuales y es muy importante las respuestas que me darás a continuación —Su mirada me estaba poniendo un poco de los nervios.

—Está bien.

Comenzó a caminar de un lado a otro por todo el salón sin apartar su mirada de mí.

—Eres gay, pero ¿Has tenido experiencias sexuales con chicas?

—No —contesté de inmediato. Me parecía que había trampa en sus preguntas, así que negaría todo.

—¿Has mirado el trasero de una chica y has fantaseado con tocarlo?

—No

—¿Y los senos?

—No.

—¿Ni siquiera para saber si son naturales? Eso da curiosidad.

La forma en la que hizo esa última pregunta me hizo dudar de mi respuesta. Nos miramos a los ojos por unos segundos.

—No... Creo.

—Muy bien. Muy bien mi amigo, Derek.

Cerró la agenda, la dejó donde se encontraba antes y rodeó la mesita para llegar hasta mi. Se sentó a mi lado.

—Ya te había visto con Natalia, y sí que me pareció que eras gay —abrí la boca, pero la cerré antes de decir nada ¿Qué había notado qué? Yo no era gay en realidad. Estaba loca esta chica —. Lo que no sabía es que eras tan anti-mujeres.

—No se me nota tanto —espeté y luego moderé la voz —. No se me nota tanto, amiga. No digas eso.

—Traes tu almuerzo de casa, te peinas hasta mientras comes, siempre vas muy limpio —enumeró con los dedos —. Mira tus uñas ¡Están limadas! No eres un asco, y los chicos hetero son un asco.

Todo es sobre tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora