24. ¿NO ESTOY IMAGINANDO, CIERTO?

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Charles queda inmóvil al verla, pues no sabía si era su imaginación a causa de estar bebiendo tanto licor, frota con las manos sus ojos y salen muchas lágrimas al ver aquella mujer que lo había abandonado hace unos días. Él se acerca lentamente mientras que sus manos están temblando, pensando que todo lo que estaba ocurriendo era causado por su mente.

Ella solo se queda parada observando la deplorable imagen de aquel hombre que se veía que era fuerte, impecable y de carácter duro.

¿No estoy imaginando, cierto? - pregunta Charles con voz quebradiza.

Ella continúa en silencio mirando cada movimiento que él hace.

Nana, ¿eres tú?, esta vez no es mi mente - dice él, mientras toca su rostro con ambas manos acariciando suavemente.

Sí, soy yo - responde ella sollozando y en tono triste.

Ambos a empezar a acariciar sus rostros mientras están llorando por la emoción, la tristeza y muchos sentimientos encontrados, aunque ella seguía con algo guardado en su corazón por aquella última situación que vivieron, sin embargo, decidió quedarse callada y no mencionar el tema aquello.

Dime, ¿por qué estás de esta manera? - pregunta ella.

No lo sé - responder él.

Solo pensaba en todos estos días que no te volvería a ver - dice Charles.

Ella no responde nada mientras lo abraza.

Está bien, si no me dices nada lo importante es que estés aquí - dice él ya más tranquilo.

Pasaron varios minutos y tocan la puerta, era Zhaon indicándole a la señora que lo solicitado ya estaba listo.

Necesito que arreglen mi habitación, por favor, después de darme una ducha - dice Charles en un tono muy serio, pero ya no se escucha tan cortante como antes.

Me quedaré acomodando algunas cosas - dice Nana.

Zhaon responde que sí y se dirige a darle las indicaciones a las empleadas.

Sin decir nada más, Charles se retira, pero llegará la puerta voltea a ver a Nana.

No tengo nada con nadie aparte de ti, con Liz jamás pasó y ni pasará algo, tenlo siempre presente, ya a alguien en mi vida y se llama Nana - fulmina él y se va.

Ella se queda sin decir ninguna palabra y sigue organizando.

Después Nana va al otro cuarto donde tiene sus cosas como le había indicado a las empleadas y empieza a llorar, pues fue muy deplorable ver la imagen de Charles que era fuerte, rudo, pero con una presencia imponente y hermosa. En medio de aquella situación, recibió una llamada la que hizo que su ser se oscurecerá más era su suegra, una mujer que no la tolera y al estar en un contrato solamente le tocaba fingir.

¡Aló! Buenos días - saluda ella.

Eres una zorra - dice la persona que está al otro lado del teléfono.

Número equivocado - responde ella con desdén.

Número equivocado ja, no lo creo, solo eres una cualquiera que podía esperar de ti, mi pobre hijo - responde la mamá de Charles.

Señora, no entiendo de lo que me está hablando - responde ella.

Ahora resulta que no sabes nada, eres una imbécil de lo peor que le ha pasado por la vida de mi hijo - dice Victoria con mucha ira.

Señora, no estoy para aguantar sus tonterías - Nana decidida a colgar el teléfono.

Realmente, crees que el ama a una mujer cualquiera como tú - dice Victoria.

Nana cuelga el teléfono para no seguir escuchando tantas barrabasadas de la mujer sin sentimientos, que no le importaba como estuviera su hijo. Ella se sentó en la cama a pensar si había hecho lo correcto en regresar a esa casa, ese momento la casa estaba con mucho ruido porque todos se sorprendieron de que aquella chica regresó y de que su jefe por fin salió de su habitación sin estar malhumorado, además ya quería comer, aunque tenía un poco impregnado el olor a licor debido a que llevaba varios días de bebiendo.

Charles por fin enciende su celular, empiezan a llegar mensajes y llamadas perdidas de muchas personas, lo que hizo que se estresara tanto al estar escuchando el sonido de las notificaciones, así que prefirió colocarlo en silencio y se dispone a cenar, después de ese momento ingreso una llamada de un número desconocido lo que hizo extrañarse porque su número personal solo lo tenía unas personas más allegadas a él.

Resulto que era Liz y su rostro se puso tan rojo de la ira que es su primera reacción fue gritar.

Vete a la mierda, ¡maldita sea! - le cuelga, estaba tan furioso con ella que no soportaba ni oír su voz porque gracias a sus acciones él está sufriendo y la mujer que se dé cuenta de que amaba.

Unos minutos después vuelve a sonar el teléfono, pero esta vez es su madre y él decide no contestarle el teléfono porque sabía que Liz le había colocado de la queja de lo grosero que la habías ido con ella.

No vas a contestar - pregunta Nana.

Mentiroso Romance IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora