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Clove

Me visto con lo primero que pillo y corro a buscar una cabina de teléfono por las calles. Me lleva un tiempo pero doy con una, meto el dinero y marco el número.

-Glimmer, toca arriesgar. -empiezo a hablar con prisa- Cato está obligado por sus padres a presentarse como voluntario, solo puede librarse si salen más voluntarios masculinos de este distrito. Si no salen tendrá que presentarse, y como los hombres van primero me dará tiempo a presentarme yo también... Pero si hay más voluntarios y ninguno de los dos asiste a estos juegos, no podremos comunicarnos con vosotros porque os estarán convocando a los de vuestro distrito a la vez... Marvel y tú decidís. Mañana puede ser un día sin más, el día que nos cojan a los cuatro para los juegos, o el día en el que cojan a dos sí y a dos no. Sed listos.

Dicho esto cuelgo el teléfono y vuelvo a mi casa junto con mis padres, puede que este sea mi último día aquí.

Esa tarde los cuatro volvimos a reunirnos en el bosque, sería la última vez y ninguno lo sabía.

Glimmer, Cato, Marvel y yo reíamos mientras lanzábamos objetos afilados a un punto concreto.

-¿Estás loca? Baja de ahí, te vas a matar.- intenta frenarme Marvel, pero yo cada vez trepaba más alto por el tronco de aquel árbol.

Estaba cansada de oír como la gente se refería a mí mediante el adjetivo "loca", me cabreaba, ¿A caso era malo estarlo? Quizás yo lo estaba quería estarlo.

-Que la locura me mate.- digo poniéndome de pié en una de las ramas más altas.

-Pues yo me niego a morir sin antes tener una historia de amor como la de Titanic.

Todos nos reímos ante el comentario de Glimmer.

-¿Como la de Titanic por qué?- pregunta Marvel a la rubia.

-...Verlo morir, deshacerme de su cadáver en el mar y amanecer en New York con un diamante en el bolsillo y sin preguntas incómodas, sí, mi plan de vida.

Tras unas risas más, los tres chicos se prepararon para subir a un árbol.

-Preparados, listos, ¡Ya! -dice Marvel con prisa antes de comenzar a trepar.

En cuestión de segundos todos nos encontramos en una rama, pero no mucho más tarde, Cato la cae de la suya debido a que es el más alto de los cuatro y pesa demasiado para una rama tan endeble.

-Alguien debería comer menos -me burlo mirándole desde arriba.

-Que graciosa. -dice irónico.

-Está bien, bajemos, ya ha quedado claro que la que mejor trepa árboles soy yo- farda Glimmer mientras desciende por el tronco hasta poner los pies en el suelo.

-Pero yo soy el más inteligente- baja sus humos Marvel

-Carrera hasta las mochilas. Una dos y tres -grita la chica rubia echando a correr.

Los tres la seguimos y llegamos casi a la vez a la meta.

-Yo soy más rápido- intenta picar Marvel a Glimmer, quien hace oídos sordos a su comentario y guarda sus cosas en la mochila.

-Marvel y yo volvemos ya al distrito 1, espero veros mañana. -se despide Glimmer recordándonos lo importante que sería el día de mañana.

Me voy hacia ella, nos apartamos unos metros de los chicos y me acerco a su oído.

-Recuerda lo que hablamos. Decidáis lo que decidáis, no os equivoquéis.

-Puedes confiar en mí, se nos ocurrirá algo.

Glimmer y yo nos abrazamos y me doy cuenta que bajo toda la tranquilidad que ella quiere aparentar, está temblando de miedo. Ahora hasta yo dudaba sobre lo que quería y no quería que pasara mañana.

Doy un golpe en el hombro de Marvel como señal de despedida y él me lo devuelve a mí. Luego Glimmer y Marvel desaparecen entre las plantas del bosque y Cato y yo emprendemos camino de vuelta.

-¿Qué piensas tan en silencio?

-En nada, solo intento no gritar del dolor que tengo en la espalda por la caída.

Una risa con poca empatía se escapó de mí.

-No es gracioso.

-Pues a mi si me hace gracia.

-Si te hubieras caído tú no te la haría. Habrías llorado durante minutos por dañarte tu frágil y delicada piel. -se burla con voz aguda y cara dramática.

-Sabes bien que no, de delicada yo no tengo un pelo.

-¿No?

-No.

-Pues en mi opinión...

-No la he pedido- le interrumpo.

-Eres fragil, -continúa contándome- pero no frágil como una flor... Más bien frágil como una bomba.

-Oooh -exclamo irónica- es lo más bonito que me has dicho en 16 años.

-Y no te acostumbres. -dice guiñándome un ojo.

-Engreído- murmuro y acelero el paso.

Cuando llegamos a su casa no me detengo y sigo andando para llegar a la mía.

-¡Adiós a ti también! -escucho que me grita desde su puerta.

No me giro y no paro de andar, solo me río con malicia sin responderle.

Llego a mi casa y es más de lo mismo, mis padres me intentan convencer que me presente estos juegos como les ha contado el padre de Cato que su hijo hará mañana. Ahora que contemplo la posibilidad de presentarme voluntaria, dudo un momento si contárselo o no. Finalmente decido mantenerlo en secreto hasta que mañana lo descubran, no quiero tener que explicar nada, ya que aún nada es seguro.

A veces me preguntó porque mis padres se empeñan en esto. ¿Por tradición? ¿Miedo? ¿Deber? ¿Quizás para honrar a nuestro distrito? ¿O solo quieren librarse de mí? Sea por lo que sea yo había accedido a esto, y ya formaba parte de mí.

Ya no tengo miedo ni piedad, lo que me hace más fuerte. ¿Sentimientos? Hace tiempo que no tengo de eso. Me alimento del caos y únicamente me preocupo por mí misma, nunca esperes nada de mí. Me describen como loca pero no saben hasta donde soy capaz de llegar, solo me hace falta libertad, y la mía se encuentra en los juegos. Soy avaricia, soy egoísmo, pero no cobardía, y es eso lo que me convierte en la candidata perfecta para vencer en estos juegos del hambre, aunque para ello tenga que luchar contra Glimmer, Marvel y Cato si hace falta.

HISTORIA DEL DISTRITO 2 - Cato y CloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora