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Clove

-Fue listo al agarrarme la muñeca antes de hablar. Juro que le habría cortado los huevos allí mismo. -le cuento a Glimmer cabreada mientras nos sentamos en el banco, contando los minutos para que termine el entrenamiento- Estúpido.

-¿Entonces vais a seguir sin hablaros?

-Glimmer, no has entendido nada. Hemos acordado olvidar la semana al completo, incluido lo que pasó el primer día, así que, por lo que a mí respecta, él solo es un aliado.

-¿Y estás segura de que lo has hecho solo por qué te conviene para todo el lío de mañana?

-Cien por cien.

-Entonces genial. Te será más fácil verle morir.

Se me forma un nudo en la garganta al oírle. Solo imaginar la escena me provocaba pequeños escalofríos.

-Joder. Debería ir y hablarle.

-¿Y lo de que solo es tu aliado?

-A la mierda. No sé cuánto tiempo más podré estar con él.

-Anda, ve. -rie Glimmer -Lo vuestro no tiene arreglo.

Me levanto del banco y le busco con la mirada mientras camino.

Está hablando con Marvel junto al puesto de lanzas. Cato me da la espalda, cosa que me viene genial ya que no quiero que me vea llegar.

Acelero más el paso obligándome a no pensar en nada mientras me acerco, y solo dejarme llevar por la situación.

Cegada por mil emociones opuestas, me coloco rápidamente entre los dos chicos interrumpiendo su conversación.

En milésimas de segundo salto sobre Cato rodeando con mis piernas su cintura y agarro con fuerza el cuello del chico para atraerlo hacia mí.

Busco con desesperación su boca y la fundo con la mía en un beso que tarda en ser correspondido.

Cato reacciona y casi instintivamente me sujeta colocando una mano en mi espalda y otra en mi cadera para que no me caiga.

Me sigue el beso y le suma intensidad. Baja las manos hasta mi culo y da un par de pasos para apoyar mi espalda en la pared que teníamos cerca. Yo desenlazo mis piernas de su cadera y pongo los pies en el suelo.

Ahora que Cato no me cargaba se notaba la diferencia de altura, así que encorva un poco su espalda sin separar nuestras lenguas.

Mientras más se prolonga más apasionado se hace el beso. Siento sus manos recorrer mi piel sin timidez ni escrúpulos y empieza a sobrar ropa.

Segundos después separamos nuestros labios para juntar nuestras frentes.

Cato me roba un último y rápido beso mientras nuestras respiraciones aceleradas intentan volver a su ritmo habitual.

-¿Y esto por qué? -pregunta con los labios hinchados en una pequeña sonrisa a escasos milímetros de mi boca.

-Por que no sabemos cuántos besos más podremos darnos. Ahora quita tus manos de mi culo y vamos a almorzar.

Me obedece y volvemos a la planta 2 para comer con Charles, quién ya nos espera con los platos llenos de carne en la mesa.

Al acabar nuestro mentor nos obliga a bajar y seguir entrenando. Quedan 24 horas para el gran día y no podemos permitirnos descansar.

Esta vez decido salir de mi zona de confort y practicar escalada, espada y hacha, después pruebo con arco y finalizo con el taller sobre cómo fabricar trampas. Algunos tributos me observan desde lejos, intimidados por mi actitud y mis dotes de asesina.

Sembrar miedo, ese es mi objetivo y creo que lo he conseguido. Mientras tanto, Glimmer se hace desear por los patrocinadores, Marvel se hace querer por el público y Cato se hace admirar por algunos tributos. Era estrategia, utilizar nuestras personalidades y beneficiarnos, causando buena o mala impresión según nos conviene.

Al anochecer los cuatro entramos al ascensor y subimos. Glimmer y Marvel salen en la primera planta, Cato y yo en la segunda.

Caminamos por el pasillo.

-Mañana es el gran día, ¿Nerviosa? -rompe el silencio sin dejar de andar.

-Me asusta lo tranquila que estoy.

-Eso es bueno.

-Son años de preparación para esto, es normal.

-Pues yo si estoy algo nervioso.

-¿Cato Hadley nervioso?

-¿Por qué te sorprendes?

-No, por nada. Es que creo que es el primer indicio de emocion que percibo en tí.

-Mira quién fue a hablar, Clove Kentwell la chica de piedra. -rie -Sigo esperando a que confieses que me amas.

-Pues espera un poco más.

-No te hagas la difícil.

-Si eres tan valiente admítelo tú primero. -le animo con una sonrisa arrogante mientras meto la llave en la cerradura de la puerta.

Entramos al salón oscuro y enciendo la luz.

-¿Y Charles? -pregunto mientras avanzo lentamente por el pasillo.

Cato agarra mi cintura velozmente y me hace girar hasta encontrarme con su cuerpo.

-Clove, te amo. -dice con su habitual sonrisa engreída.

Me quedo paralizada unos segundos para después pasar mis brazos sobre sus hombros.

-No te lo crees ni tú.

Me separo y entro a mi habitación para quitarme la ropa de deporte y vestirme con mi pijama.

-No es mentira -grita tras la puerta.

-Tendrá que serlo. Vas a morir. Yo te mataré.

-Pero eso será en el futuro. Ahora dime qué tú también me amas.

Abro la puerta y me encuentro cara a cara con él, que tiene su brazo apoyado en el marco de madera.

-Cato -comienzo.

-¿Dime? -me sigue el juego.

-No te soporto.

Rodeo su cuerpo con mis brazos y hago que apoye la espalda en la pared. Me pongo de puntillas y le beso de nuevo, esta vez con algo más de calma y sentimiento que más anteriores. Él no se niega y enreda sus dedos en mi pelo.

Junto más nuestros cuerpos mientras acaricio su abdomen con curiosidad.

Lo disfruto, juro que lo disfruto, hasta que Cato agarra mis hombros y nos separa.

Le miro confundida.

-Se lo que quieres. No eres bienvenida en mi cama hasta que no te escuche decirlo.

-Estás de coña.

-No. Son dos palabras, Clove. Cuando las escuche seré todo tuyo.

-No me lo puedo creer -murmuro.

-¿Cómo dices? -pregunta con diversión.

Avergonzada, bajo la mirada para evitar el contacto visual.

-Cato...

-¿Sí?

-Te amo. Aunque mi amor es caótico, loco y complicado, te amo, Cato.

El chico amplió su sonrisa antes de cargarme en brazos y llevarme a su habitación.

Nos deja caer en su cama y se coloca encima de mí. Comienza a dejarme suaves besos por el cuello que me hacen elevar la cabeza y poner los ojos en blanco mientras suspiro. Después sube con sus besos hasta mi mandíbula para terminar atrapando mi labio inferior entre sus dientes y mantenernos así unos segundos.

Le ayudo a sacarse la camiseta y él hace lo mismo conmigo.

-Ahora intenta no hacer mucho ruido.


















HISTORIA DEL DISTRITO 2 - Cato y CloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora