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Cato

Tumbados en nuestra cueva, hundo mis dedos en su pelo y mi respiración en su cuello.

La abrazo con fuerza durante eternos minutos.

Con la mirada caída y los ojos llorosos le pido que se quede otro rato. Ella con su sonrisa rota por la tristeza responde:
"tengo que irme y tu ya debes despertar."

Ahora abro los ojos. Despierto de un sueño perfecto. Sigo en la cueva, pero me falta ella.

Me doy cuenta que Clove es la forma más bonita en la que él mundo me dice que no puedo tener todo lo que quiero. Sin embargo lo que más me mata es que se fue sin escuchar todo lo que yo tenía que decirle, se fue sin saber que le amaba.

Me seco las lágrimas y me obligo a salir de la cueva. Cada árbol, cada piedra, me recuerda a ella.

¿Que coño me pasa?

Siempre me he considerado alguien fuerte, pero ahora que ella me falta no lo tengo tan claro. Quizás la fuerza me la contagiaba tenía ella. Necesito que baje aunque sean solo cinco minutos y me enseñe a ser como ella. Fuerte, valiente, decidida.

Alejo su recuerdo de mi cabeza y comienzo a andar.

Se lo que quiero, se el motivo, solo me falta encontrar a Tresh. Vi como Katniss le clavó la flecha en la espalda hace unas horas, no está muerto pero está herido.

Pasan dos días en los que no paro de andar, ni siquiera para dormir. Tampoco como ni bebo, no me quedan provisiones. Tiemblo de frío y hace tiempo que no siento las piernas. El bosque está oscuro y no consigo orientarme. 

Pienso en rendirme, quizás Katniss o la chica del 5 encuentren a Tresh antes que yo. Después recuerdo lo fuerte que fue Clove, y siento que si no le vengo yo mismo le habré fallado.

Entonces veo una nube de humo a pocos kilómetros. Tiene que ser él, las otras dos chicas no serían tan estúpidas como para encender una hoguera en mitad de la noche.

Corro esquivando piedras, arboles y arbustos. Cuando estoy a tan sólo unos metros del origen del humo, salgo de entre las plantas con la espada ya empuñada y busco a Tresh con la mirada.

Veo la hoguera, pero no parece haber nadie alrededor.

Entonces, como caído del cielo, Tresh salta sobre mí con un cuchillo en su mano derecha. Quizás le había subestimado.

Caemos al suelo y me hago a la idea de que pronto me reuniré con los chicos.

El chico alza el arma sobre mí y cierro los ojos esperando a que me ataque. Pero no tengo miedo, ya no soy capaz de sentirlo. Una vez estamos rotos somos invulnerables, ya no nos afecta algo tan elemental como lo es el dolor físico.

Entonces el chico me sorprende de nuevo.

—Escúchame. Ahora sé que la chica de las cuchillas no mató a Rue, y no sabes cuánto me arrepiento de lo que hice. No tuvo que ser fácil ver cómo poco a poco moría sobre tus brazos. La amabas ¿No?

No sé si es por qué la falta de agua me produce alucinaciones, por qué la sed de venganza no me ha permitido escuchar con detenimiento al chico, o porque me he perdido algo, pero no entiendo nada de lo que Tresh me dice. ¿¡Quién carajos era Rue!? ¿¡Y que tiene que ver ella con Clove!?

Veo una profunda brecha llena de pus cerca de su hombro, seguramente causada por la flecha de Katniss. Una debilidad.

Mientras el chico sigue hablando agarró disimuladamente la cuchilla que amarré hace unos días a la cintura de mi pantalón.

Empuñar aquella pequeña pero letal cuchilla me hace pensar en Clove.

Su recuerdo quita el aire por momentos. Luego toca seguir respirando, pero es distinto. Vuelvo a la realidad y repaso la razón por la que estoy aquí. Vengar a Clove, ese era mi único objetivo.

—VA POR TÍ, CLOVE —grito al cielo a la vez que clavo la cuchilla en el brazo del chico, justo donde estaba la herida de flecha. —HIJO DE PUTA —grito después a Tresh, que se retuerce de dolor en el suelo.

Mientras el chico pide piedad y compasión, yo recuerdo la falta de estas que él mostró mientras la mataba a ella y me enfurezco aún mas.

No dejo que siga hablando y atravieso su cuello con la hoja de mi espada.

Un charco de sangre se forma bajo su cadáver. El famoso sonido de cañón no tarda en escucharse de nuevo. Ya solo quedamos cuatro.

Una última mirada al cuerpo para verificar que no se mueve y tomo el camino de vuelta a mi cueva.

Otra noche sin poder pegar ojo. Tanto física como mentalmente me parezco más a un muerto que al ser con vida que soy. Ya no siento hambre, sed, frío ni dolor. No me quedan esperanzas, nada por lo que luchar. Me aferro a una vida sin sentido.

¿Que haría yo si ganara los juegos? En mi distrito no me queda nada, solo mis padres con los que nunca he tenido una buena relación. Tampoco tengo a nadie a las afueras. Creo que hace tiempo que tampoco me tengo a mí mismo. Ahora solo soy un cuerpo vacío de emociones que quiere irse pero no sabe a donde.

Se supone que yo era alguien con fuerte y con carisma, ¿Que me ha pasado?

Lo sé. Oh, claro que lo sé. Me faltan ellos. Me falta ella.

Y lo irónico es que tengo que encontrar la fuerza para seguir adelante sabiendo que vendrán más días en los que Clove no estará a mi lado.

No le veo el sentido a nada.

¿Que hago aquí?

Diría que quiero irme a casa pero estaría mintiendo.

Mi casa ya no existe.

HISTORIA DEL DISTRITO 2 - Cato y CloveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora