Cato
Abandonamos el cadáver de Glimmer y caminamos de vuelta a la cornucopia a por nuestras provisiones.
Repaso de la situación: Glimmer ha muerto, Katniss escapado y Peeta desaparecido. Marvel llora como una magdalena y yo aún tengo leves alucinaciones por las picaduras. Además Clove cojea.
—¿Que te ha pasado? —le pregunto señalando los cortes de su pierna.
—Un lobo. Yo en tu lugar tendría cuidado, los Catos a la brasa son sus favoritos.
—Un lobo... —repito sin creer una sola palabra— no te preocupes, no creo que tenga tan mala leche como tú.
—¡Anda mira! ¡Si te estoy contagiando mi sarcasmo! —celebra con orgullo, a lo que yo río.
—No, venga, en serio. ¿He sido yo verdad? Esos cortes son de una espada.
No dice nada y baja la mirada al suelo. Interpreto su silencio como un sí.
—Pero estoy bien. De quién hay que preocuparnos es de Marvel, le veo mal. —susurra.
Los dos aceleramos el paso para alcanzar al chico. Sus ojos están rojos y su mirada perdida, casi no queda nada del chico alegre que él es.
—Hey, Marvel. ¿Estás bien tío? —digo llevando mi mano a su hombro.
Él se libera rápidamente de mi agarre y me mira con dolor.
—Ella estaría viva si no fuera por tí. Por tu culpa. ¿¡Por qué tuviste que presentarte!?
El chico me empuja sin fuerzas rompiendo otra vez a llorar. Se derrumba en mis brazos y yo trato de consolarle.
Lo que más me duele es saber que tiene razón.
Cuando parece mejorar seguimos caminando hasta llegar al claro del bosque del que nos habíamos adueñado.
No puedo describir nuestras caras de sorpresa al ver que todas nuestras provisiones habían desaparecido. Ya no existía la montaña de mochilas y armas, solo había chatarra quemada alrededor.
Nuestro aliado del 4, quien debía vigilar las provisiones para que no pasara esto, se acerca a nosotros mientras se excusa.
¿Era consciente de lo que había hecho? Tenía una tarea, una puta tarea y no la podía haber hecho peor. Ahora no teníamos nada. Ni agua, ni comida, ni ropa, ni medicinas... Así no conseguiremos ni acabar el día.
Cegado por la furia me acerco al chico que no para de hablar y llevo las manos a su cabeza. La retuerzo rápidamente hacia el lado hasta que su cuello cruje y suena un nuevo cañonazo.
Clove y Marvel no añaden nada. Los tres nos perdemos nuevamente en el bosque para buscar refugio, comida y agua.
Un par de horas después Clove aparece con un conejo despellejado, Marvel trae las botellas recargadas de agua del río y yo ya he sé de un lugar seguro donde pasar la noche.
Mis aliados me siguen hasta entrar en una pequeña cueva no muy lejos del río.
—¿Que os parece?
—Parece mi sótano —opina Clove asqueada.
—Yo la veo bien.
—Pues no se hable más. —sentencio al sentarme en el suelo de la cueva.
—¿Que haces?
Clove me mira con incredulidad.
—¿Sentarme?
—Levántate.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Tenemos que encontrar a Katniss.
—Y vengar a Glimmer —añade Marvel sediento de sangre.
—¿No puede esperar a mañana?
—¡NO! —me gritan al unísono.
Me levanto de un salto y me arrepiento al segundo. Mi cabeza se estrella contra el techo de la cueva y me quedo mirando al suelo avergonzado. Sí, lo han visto, no cabe duda. ¿En que agujero me escondo yo ahora?
Clove resopla con desprecio y Marvel ríe a todo pulmón. Cabrones, como les gusta humillarme...
Después los tres salimos del refugio y seguimos buscando por el bosque a alguien a quién dar caza.
Eternas horas más tarde sumamos dos muertes más a nuestra lista de tributos fallecidos, creemos que los chicos del 6.
Celebramos el éxito de nuestra caza brindando con la poca agua de nuestras botellas.
Cada vez quedamos menos. Cada cañonazo estamos más cerca de la victoria. Cada paso, más cerca de Katniss.
Estamos cansados, Clove cojeando, con hambre, sed y frío, por lo que decidimos parar y tumbarnos a recuperar fuerzas unos minutos.
Marvel se ofrece voluntario para hacer la guardia mientras dormimos. Se sienta en una roca alta y comienza a vigilar. Mientras tanto Clove lleva las manos a su muslo y aprieta los dientes para no gritar de dolor. Aunque se haga dura, los cortes están empeorando. Una herida sin tratar se infecta, una infección debilita mucho tu cuerpo, te da fiebre e incluso puede matarte.
—Déjame ver.
Me siento a su lado y le aparto las manos de los cortes para examinarlos yo.
Estaba poniéndose feo, muy feo. Su piel ahora era amarilla, incluso morada en algunas zonas.
—¡Joder, Clove! Hay que curarte esto.
—No te hagas el médico, no tienes ni puñetera idea de heridas.
—¿Sabes cuantas veces me he cortado con la espada? No seas burra y cúralo.
—¿¡Y con que medicinas!? —pregunta con agresividad.
—Algo se nos ocurrirá. Ahora calla y duerme.
Durante unos minutos todo se vuelve negro para nosotros. Imágenes de los tributos a los que he matado aparecen en mis sueños y me gritan cosas sin sentido alguno. Me agobio y me llevo las manos a las orejas. No dejan de perseguirme, no hay forma de escapar de ellos. Entonces aparece Glimmer. Tiene la piel grisácea y los ojos apagados, como si no tuvieran vida.
—Me has matado, Cato. Me has matado tú. —murmura con una sonrisa poco amistosa.
A la chica se le comienza a deformar la cara, al igual que con las picaduras de rastrevíspula. Casi no se le puede reconocer.
Cuando ya solo queda un cuerpo de forma indefinida frente a mí, comienza a derretirse y caer en estado líquido al suelo. Un charco color sangre pálida se extiende bajo mis zapatos.
Doy pasos atrás hasta chocar con algo, o mejor dicho, alguien.
Me giro para ver de quién se trata.
Es Marvel que permanece quieto, con la mirada perdida y una herida profunda en el pecho que empieza a sangrar y a manchar su ropa.
—Me has matado, Cato. Me has matado tú. —repite el chico.
Entonces me despierto. Me incorporo de inmediato y cojo aire con fuerza, dejando escapar un grito que despierta a Clove.
—¿Que? ¿Que pasa? ¿Estás bien? —pregunta ella con la voz acelerada agarrando mis manos.
Miro a nuestro alrededor. No hay nadie. Se escucha un nuevo cañonazo.
—¿¡Y MARVEL!? ¿¡DONDE ESTA MARVEL!? —grito con preocupación.
ESTÁS LEYENDO
HISTORIA DEL DISTRITO 2 - Cato y Clove
FanfictionTERMINADA La historia de los juegos del hambre narrada por los "villanos" Cato y Clove, quienes descubren que mantienen una relación de amor-odio que ni ellos mismos entienden. 24 tributos, 4 amigos, 2 amantes. Se verán obligados a luchar a muerte...