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Cuando Louis llegó por la mañana se encontró con todos alborotados en el lugar.
-¿Está con vos?- preguntó Zayn.
Él no comprendía de que le hablaban hasta que se dio cuenta que la única que faltaba ahí era Danna. Corrió a la habitación. Ella no estaba ahí.
-Chicos.- dijo Harry sentado en la cama. Todos se volvieron hacia él.- Esto es lo único que encontré.
Un pequeño filo y un cuaderno fueron depositados sobre la cama.
-Se fue porque siente que arruinó todas nuestras vidas. Porque ustedes dos dejaron el gimnasio y la empresa, porque Zayn dejó los graffitis, por lo que pasó entre Zayn y Niall... piensa que lo mejor para nosotros hubiera sido no conocerla.
Louis palideció al instante. Había malinterpretado sus palabras. Había pensado que ella no quería estar con él. Se había ido. La había dejado.
-Tengo que encontrarla.-susurró y caminó fuera con las llaves del auto en su mano.

Los siguientes tres días fueron un auténtico delirio. Un diluvio caía sobre la ciudad y ellos no hacían mas que buscarla pero la chica no aparecía. Louis parecía un lunático. Había ojeras bajo sus ojos y no se detenía. No pararía hasta encotrarla.
Liam recorría las calles pero la poca visibilidad complicaba las cosas. Se había metido en un callejón sin salida. Maldijo para sus adentros y dio marcha atrás. En ese momento, las luces delanteras alumbraron un pequeño tumulto en la esquina del callejón. El cabello castaño caía sobre las rodillas. Los dedos blancos se clavaban en la ropa mojada.
Sin perder un segundo, bajó del auto y corrió hasta el lugar. Tomó a la joven en brazos y, al hacerlo, se encontró con su rostro pálido y sus labios morados. Era Danna. Era su chiquitita. La presionó contra su cuerpo y corrió al auto.
-Ya está. -susurró. -Ya está, linda.
Debía manejar pero no quería soltarla. No ahora que al fin lograba volver a verla. No quería dejarla ir nunca más. Su hermanita de mentiritas, con quien tanto había vivido.
La depositó en el asiento del acompañante y arrancó. Danna seguía sin abrir sus ojos y temblaba como jamás lo había hecho.
-La encontré. -dijo al teléfono. -Preparen una ducha caliente que ya estoy yendo para allá.

Permiteme quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora