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-¿Estás bien?- preguntó Louis.
Ambos se encontraban en la casa de Harry, en la cama. Él la rodeaba con sus brazos con cuidado y ella tenía la cabeza recostada en su pecho.
-Si.-murmuró ella.
-¿En qué estás pensando?- preguntó él. Llevaba cerca de cuarenta minutos en silencio y eso no era algo característico de ella.
-No quiero seguir poniéndolos en peligro.-susurró ella.-Los dos sabemos que me buscan a mi. No podría soportar que algo les pasara.
-Vamos a tener mas cuidado.-dijo él. -Vamos a cerrar mejor todo y no vamos a dejar que vuelva a pasar.
-No.-dijo ella y un sollozo escapó contra su voluntad. -Creo que tengo que irme.
-No.- susurró Louis y se sentó haciéndo que ella cayera en la cama y lo mirara. Colocó ambos brazos a sus costados y la miró fijamente.- No voy a dejar que te vayas. No puedo permitir que te encuentren y te lastimen. Te amo y no voy a dejar que te condenes cuando nosotros podemos salvarte.
-Louis...-suplicó ella.-No es justo para ustedes.
-Ninguno de nosotros quiere que te vayas.
-Tengo miedo.-lloriqueo ella.
-No lo tengas, estoy acá con vos y no voy a irme nunca.
No importó cuantas fueron las razones que ella puso, Louis las descartó una por una durante toda la noche. No permitiría que cometiera una locura. No otra vez.

Al despertar, la chica no estaba a su lado. Bajó las escaleras en silencio y la encontró parada en puntitas de pie intentando agarrar las galletitas que estaban arriba de la heladera. Sonrió y alargó su mano, ayudándola.
-Ya casi llegaba.-se defendió ella y él rió tomandola por la cintura.
Danna volteó en sus brazos y él deposito un beso sobre sus labios.
-Te creo.
-Dicen que puedo seguir creciendo.
-Eso es verdad. Mañana, por ejemplo, vas a ser un año mas vieja.
Ella lo miró mal. Le dio la espalda y comenzó a preparar los desayunos.
-Vos sos mas viejo que yo.
Louis soltó un exclamación de pura ofensa y ella sonrió.
-¿Qué haces conmigo si soy tan viejo?
Danna dejó el café delante de él y subió a sus piernas. Besó su cuello con suavidad y se recostó en su hombro.
-Sos irresistible, viejo y todo.- susurró. -Ademas, es su culpa señor Tomlinson.
-¿Mi culpa?- preguntó divertido rodeandola con sus brazos para evitar que cayera.
-Si.-dijo ella.-Si usted no fuera tan... usted, yo no me habría enamorado.
-¿Está usted diciendome, señorita Malik, que se enamoró de mi?
Ella se incorporó en sus piernas y lo miró fijamente.
-Estoy completamente enamorada de usted.
La seriedad con la cual salieron sus palabras y lo reales que sonaron a oídos de Louis hizo de ese pequeño juego, su favorito. La besó conmovido por el amor que los unía y ese deseo de tenerla para siempre con él. Porque eso quería, ser suyo por y para siempre.

Permiteme quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora