Había pasado muchísimo tiempo ya desde que dejé encerrado en el baño a las chicas a Jhon en el baile por el día de la juventud y la primavera. Todas creían que Marilyn era la culpable, mientras yo evitaba por todos los medios la mirada inquisidora de Jhon, el cual no parecía tan convencido de esto. Como ya casi sería el fin del año escolar, los profesores habían organizado un paseo a las afueras de la ciudad a un campo recreativo. Todos se inscribieron muy contentos. Yo fui una de las últimas en hacerlo, no me sentía con ánimos para nada. Pero cuando Jhon y las demás me dijeron que eso me ayudaría a despejarme y sentirme mejor, acepté. Entonces, todos comenzaron a hacer planes de la comida que llevaríamos y de los juegos que haríamos para disfrutar al máximo el paseo. Entre las risas y bromas, parecía olvidar lo sucedido, pero luego veía las manos de Jhon y Melanie entrelazadas, volviendo a sentir lo mismo que aquel día.
Mariana, Silvia y Vero me cuidaban y acompañaban a casa. Pensaban que el cambio en mi estado de ánimo era por mi salud y me decían: "Ánimo, Giovanna, seguro no tienes nada grave". Yo les seguía la conversación y nunca las contradecía. Decirles la verdad no era una opción para mí.
Cuando al fin llegó el día del paseo, me sentía como un globo sin aire y sin ganas de nada. Silvia pasó por mí y al verme con la cara pálida, me dijo: "Giovanna, dame tu mochila, yo te la llevo. Verás que un día de campo, sol y piscina te ayudan a sentirte mejor". Le di las gracias mientras me abrazaba. Al llegar al colegio, vi que los buses para llevarnos al campo ya nos esperaban. Fuimos subiendo poco a poco y me senté al fondo con Silvia y Melanie. En el trayecto, las oía hablar alegremente de todo lo que harían. Me puse mis audífonos para no escuchar más los planes que Jhon y Melanie tenían para aquel día, mientras intentaba por todos los medios que mis lágrimas no se notaran.
Al llegar al campo recreativo, fuimos bajando poco a poco y recordé que habíamos acordado almorzar todos juntos, pero no tenía ganas de nada. Así que les dije que iría al baño y luego los buscaría, pero caminé sin rumbo hasta encontrar un lugar alejado donde me sintiera en paz. Coloqué la manta que llevé y la puse debajo de un árbol para sentarme. No sé cómo sucedió, pero me quedé dormida y al abrir los ojos, mi sorpresa fue grande al ver a Jhon inclinado frente a mí. 'Siento mucho despertarte', me dijo. 'Sé por las otras que estás mal y al ver que no regresabas, nos preocupamos y salimos a buscarte'. Al ver que mis ojos se llenaban de lágrimas, Jhon tiernamente acercó sus manos para secármelas y me dijo: 'Tranquila, todo va a estar bien y no estás sola. Me tienes a mí y a las demás para apoyarte en lo que necesites'. No pude contenerme más y lo abracé mientras lloraba. Me sentía tan miserable, no merecía esas palabras ni la amistad sincera de Jhon ni de las chicas. Él correspondió el abrazo y me dijo: 'Tranquila, llorar también alivia'. Cuando de repente mi cuerpo sintió su cuerpo tan junto al mío y el olor a manzanilla de sus cabellos rubios fue algo instintivo que no pude controlar, giré mi rostro buscando sus labios y los sentí tibios, tan dulces como los había imaginado. Fue un instante que se me hizo eterno, pero al abrir mis ojos vi el asombro y el rechazo reflejado en su mirada, y nos separamos. Cuando al voltear vi que Melanie estaba detrás de nosotros, las lágrimas corrían por sus mejillas. Jhon se paró de inmediato, quiso acercarse a ella para explicar lo sucedido, pero Melanie no escuchó. Se alejó corriendo a toda prisa. Jhon fue tras de ella mientras yo no podía dejar de llorar.
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¿Mi Vida no es color de Rosa?...
Teen Fiction"Melanie se siente atrapada en la monotonía y aburrimiento de una vida escolar donde no encaja en ningún grupo. A pesar de tener cerca a sus dos mejores amigas de la infancia en la misma escuela, la falta de emoción la sumerge en una profunda insati...