¿Mi Vida no es color de Rosa?...

Capitulo XV

La primavera se acercaba, se podría decir que ya casi estaba a la vuelta de la esquina. Era mi época favorita del año por las mariposas y los girasoles que crecían en los jardines de todas las casas que quedaban de camino al colegio. Además, amaba los disfraces que nos dejaban usar ese día para acompañar al corso, que era liderado por los reyes de la primavera. De niña, había soñado con ser la Reina y pasear en el carro que lideraba el corso, el cual iba adornado de globos y flores, llevando un vestido vaporoso. Pero ahora eso me tenía sin ninguna ilusión.
Entonces recordé que de niños, yo y Jhon nos habíamos disfrazado de novios. Y lo más gracioso era que no nos habíamos puesto de acuerdo. Recordaba claramente que mi madre había improvisado mi disfraz con lo que tenía a la mano, que era un vestido blanco y una tela de tul del mismo color. Por eso me sorprendí al ver a Jhon vestido impecablemente de novio aquella mañana al llegar a clase. Y como ambos fuimos con aquel disfraz nos emparejaron, haciendonos ir tomados de la mano durante todo el recorrido. Al recordar esto, no pude evitar sonrojarme y querer volver a revivir aquella experiencia.
En el colegio, todas las chicas hablaban de sus disfraces para el corso y del baile que habría en la noche. Ya que no solo se celebraba el día de la primavera, también el de la juventud. Todos decían que para rey de la primavera estaban votando por Jhon, pero en cuanto a la elección de la reina, algunos decían que votaban por Marilyn o Giovanna. Yo deseaba con todo mi corazón que ganara Giovanna. Imaginar a Jhon y Marilyn de rey y reina me producían arcadas de náuseas más que celos. Y me parecía que Jhon compartía ese sentimiento conmigo.
Mientras pensaba en todas estas cosas, Silvia me sacó de mi nube y dijo: "¿De qué te disfrazarás?". Yo me quedé pensando un rato y dije: "De girasol". Se rió de mi respuesta. La miré seria y le dije: "¿Qué tiene de gracioso?". Luego abrió mucho los ojos y dijo: "¿Es en serio?". "Sí", le respondí. "No le veo nada de gracioso". Luego pareció avergonzarse de su risa inicial y me dijo: 'Lo siento mucho, Mel'. Y creo que te verás preciosa de girasol, "gracias", le respondí. Entonces llegó Giovanna y dijo: "El viernes anunciarán a los ganadores para ser el rey y la reina de la primavera. "Ojalá ganes tú", dijimos al unísono Silvia y yo. Giovanna nos dio las gracias, se veía nerviosa y emocionada. Entonces me di cuenta que de verdad deseaba ser la reina de la primavera. Al llegar a casa, me puse a trabajar en mi disfraz con la ayuda de Vero. Claro que esto lo hacíamos luego de terminar las tareas. Había conseguido un viejo vestido amarillo en la casa de mi abuela, era grande pero estaba perfecto para hacer un vestido voluminoso. Y con la tela restante, podía hacer pequeños girasoles de tela que iría cosiendo al vestido. Para el cabello, me haría una tiara que también llevaría girasoles. Vero me dijo: "Amo ayudarte, me gustaría ser tan creativa como tú, pero todo lo manual me aburre". "Pero de qué hablas", le dije, "sí siempre me ayudas con mis proyectos". Entonces dijo: "Ayudarte es una cosa, idear y hacer todo el trabajo yo es otra". Y así, aquella semana me la pasé estudiando y cosiendo hasta bien entrada la noche.
Mi disfraz, estaba ya casi listo, y aquel día mientras cosía y cosía no, note el paso del tiempo, cuando ví en el reloj que eran las doce y media de la madrugada, ya era viernes. Entonces recordé que sería hoy que dirían el nombre de los reyes de la primavera y sentí nuevamente las arcadas. Guardé todo y me fui a acostar. Las horas de clase fueron lentas y todos esperaban con emoción que se colocaran los nombres del rey y la reina. Fue a la salida que vimos a todos correr hacia la pizarra de los anuncios. Los nombres ya estaban puestos. "Vamos rápido, Melanie, Giovanna" nos dijo. Silvia sentí mis pies de plomo mientras rogaba que la reina no fuera Marilyn. Cuando de entré, la multitud salió, ella y con una mirada triunfal me dijo: "Saluda a tu reina".