Capítulo XXIV

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El tiempo pasó tan rápido, me parecía que había sido solo ayer cuando tenía muchísimo miedo del inicio de otro año escolar por vivir nuevamente el aislamiento al que fui sometida el año anterior. Aquella noche en vela con miles de pensamientos angustiantes se veía tan lejana, al oír al locutor de la radio decir la hora. Terminé de peinarme mientras me miraba al espejo, no deseaba llegar tarde al último día de clases. Todos sabíamos que este último día de clases era más que un día de clases normal, era un día lleno de juegos, risas y despedidas por parte de los chicos que cursan el último año de secundaria. Desayuné lo más rápido que pude antes de que sonara el timbre anunciando la llegada de Vero, Mariana y Silvia. Habíamos quedado en que este último día llegaríamos juntas al colegio. El timbre sonó al mismo tiempo que terminé mi desayuno y mi madre decía: " Melanie el timbre seguro son tus amigas", corrí a abrir la puerta mientras me despedía de ella a toda prisa y tomaba mi mochila. Cuando abrí la puerta, vi que Giovanna también se encontraba con ellas. No pude evitar lanzar un grito de emoción y corrí a abrazarla. Ella me devolvió el abrazo y todas juntas fuimos a despedir este año escolar.
Al llegar, vimos a todos haciendo cálculos con sus notas para saber cuál sería su promedio final y así evitar el tan temido curso vacacional. Yo, casi todos los años, me veía en la obligación de tomarlo en matemáticas, pero este año, gracias a Silvia y a Jhon, no tendría necesidad de hacerlo. Incluso había pasado educación física con las justas, pero había aprobado.
Mientras tanto, Silvia, Giovanna y yo hablábamos sobre nuestros planes en estas vacaciones. Silvia, que además de ser buena en matemáticas, dibujaba muy bien, tomaría clases de dibujo y pintura. Giovanna dijo que se iría de viaje al pueblo de su abuelo que está en el interior del país, y toda la temporada de verano la pasaría allá. Mientras yo, lo más seguro, pasaría las vacaciones en casa, mirando televisión o ayudando a mi madre con los quehaceres, o quizá visitando a mi abuela. Vero y Mariana también se irían de viaje, así que estas vacaciones las pasaría con Silvia y Jhon, o al menos eso creía ya que él también podría ir de viaje a alguna parte. Cuando sonó el timbre del recreo, me separé de ellas, pues había quedado en estar con Jhon.
Jhon como siempre me esperaba en la cancha de básquet donde nos dimos nuestro primer beso, me acerque lentamente y vi que tenía una bolsa de chizitos en las manos. "Hola, señorita de mis sueños", me dijo al verme. Al oír esto, me ruboricé y le dije que exagerado. Él replicó: "No exagero", estaba feliz, pues no volvería a cambiarse de colegio. Su abuela había conseguido convencer a su padre, así que tendríamos muchísimo tiempo para estar juntos en aquella cancha. Entonces le pregunté qué haría en el verano y me dijo que su padre le había conseguido un empleo de medio tiempo con un conocido suyo en una tienda, pero que se daría tiempo para pasar a verme. Y además, cómo ganaría su propio dinero, podría invitarme a salir más seguido. Aquel último recreo terminó más rápido que los otros, era como si el tiempo siguiera corriendo a una velocidad inalcanzable. Al entrar al salón, pensaba en lo que Jhon me había dicho y llegué a la conclusión de que también buscaría algún trabajo, así sentiría que hacía algo útil. El tiempo siguió pasando mientras algunos profesores pasaban a dictar notas. Faltando ya unos minutos para la salida, todos nos despedimos entre risitas nerviosas, deseándonos unas felices vacaciones. Cuando el timbre sonó, todos gritaron y salieron corriendo, mientras una lluvia de hojas de cuaderno caían de los pisos superiores y veía cómo los alumnos de último año salían con sus camisas blancas llenas de dibujos y firmas de sus compañeros.
Algunos tenían los ojos rojos. Era el fin de su etapa escolar. En eso, Jhon tomó mi mano y me dijo: "No tengas miedo, nos falta mucho para terminar el colegio. Y cuando ese momento llegué, no estarás sola. Yo estaré contigo". "Y nosotras también" dijeron al unísono Vero, Silvia, Mariana y Giovanna. Y todos juntos tomamos el camino de regreso a nuestras casas.

¡Fin!

¿Mi Vida no es color de Rosa?...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora