VIII

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Capitulo dedicado a: KarlaEnriquez088 AmiRey15

Disfruten el capítulo 💗🤨

⚠️Contenido sensible (+18)⚠️

Pueden saltarse el capítulo si no les gusta leer esta clase de cosas ✨💕

Jeremy:

La manera en la que Mateo había pronunciado mi nombre me obligó a ignorar por completo mis propias peticiones internas. No me iba a contener un segundo más. Ya lo había hecho por un buen rato tratando de ignorar al hermoso rubio que estaba frente a él. Ahora tenía la oportunidad de volverlo a sentir, y no iba a desperdiciar lo que tenía.

Tome su cintura con más fuerza y estampé mis labios en contra de los de él. Movía mis labios al compás de los suyos buscando saciar mi necesidad y urgencia de ese momento.

Sus manos acunaron mi cara, empujándome más cerca de él, si aún existía la posibilidad de estar más cerca. Sus labios empezaron a demostrar mando sobre los míos, atacandolos y tratando de llevar el control.

Apreté su cintura con mis manos y fruncí el ceño al escuchar su gemido ahogado. Podía sentir como el calor empezaba a llegar a mi abdomen.

«Abajo, bájate.»

Mateo subió sus manos hasta mi nuca y enredó con fuerza sus dedos entre mi cabello. La sensación logro sacarme de juicio.

Caminé torpemente hacia delante, haciéndolo retroceder a la vez que yo caminaba, nuestros labios no tenían intenciones de separarse. Nuestros movimientos eran torpes y el sonido húmedo del beso resonaba en la habitación junto a los jadeos compartidos del otro.

—Tienes un pequeño problema... —masculla contra mis labios.

El pequeño espacio que había tomado para hablar vuelve a romperse y sus labios se unen nuevamente con los míos.

—¿Qué esperabas? Te estás restregando encima mío —sonrío, rompiendo con el beso de hace poco.

—¿Tengo la culpa de que eso esté reaccionando? —pregunta irónico dejando algunos besos en mis labios—, yo creo que solo eres un pervertido.

Suelto una pequeña risa y vuelvo a tomar sus labios con los míos. Está vez bajo mis manos de su cintura hasta sus nalgas y lo levanto en el aire, sintiendo como sus piernas se enredan en mi espalda. Aprieto descaradamente y siento una sonrisita de su parte formarse.

—Tu estás igual o peor que yo, ¿pero yo soy el pervertido? Se me hace injusto —mascullo sin despegar del todo mis labios de los suyos.

—¿Yo soy el pervertido? —suelta una pequeña risa—, tu estás manoseándome.

Mi sonrisa se ensancha y me encojo de hombros.

—Me declaro culpable; pero tu no eres un santo —clavo mis ojos en los suyos.

Puedo sentir como su respiración agitada choca contra la mía y veo su pupila dilatada temblar ante mi tacto.

—Te odio —masculla con una sonrisa

—El sentimiento es mutuo.

Ninguno esperó más para volver a unirse con el otro. Los sentimientos que tenía parecían explotar. Una ola de calor mezclada con nostalgia y las mariposas en mi estómago revoloteaban en medio del fuego. Estoy seguro que está es una pizca nula de felicidad mezclada con placer, pero es más pura que cualquier cosa que haya sentido estos últimos casi dos años fuera de su alcance.

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