XIX

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Esto iba a acabar hoy, pero obviamente me daba pereza escribir un capítulo tan largo y tengo que hacer mis deberes 😮‍💨

En fin, este es el penúltimo capitulo! Disfruten el capítulo que venga y pronto el epílogo le dará un final definitivo... ,🫣✨

Jeremy:

Han pasado un par de meses desde que entré a terapia, así mismo también llevo “saliendo” con Mateo. Unas dos semanas atrás mi psicóloga se enteró de mis ideas para una propuesta de noviazgo y justo me dio la increíble noticia de que ya puedo arriesgarme a ir allá. Mi corazón no pudo alegrarse más al escucharla decir que he mejorado, y luego escucharla decir: “Cuéntame como harás la magia a detalle. Será increíble escucharte”.

Sus palabras me animaron a ser valiente y por primera vez me sentí listo para formalizar algo con él. Por fin me siento listo para enfrentarme a amarlo. Por fin me siento listo para dejar de tener miedo de hacerle daño. Por fin… por fin podré estar con él.

Claro… Si no cambia de opinión de la nada y me dice: “No, te odio, vete la verga”.

Seamos sinceros, ni en mis peores pesadillas podría pasar, pero no hace daño poner el peor escenario y luego recibir el mejor que te eleve las expectativas y haga quedar a tus dudas como idiotas.

—¿Jeremy?

La voz de mi madre me hace girar hacia la puerta. Le sonrío y me volteo a verla.

—¿Ya está todo listo? —me pregunta con una sonrisa mientras se acerca a mi.

Asiento con la cabeza y dejo que ella “acomode” mi ropa.

He decidido llevar algo cómodo pero elegante ya que no quiero un grito por los hermanitos amantes de la moda. Más que todo lo digo por Logan, Dios mío, la última vez me vio con mi ropa normal y por poco y me tira un ladrillo a la cabeza. Bajo su defensa dijo que estaba cometiendo un crimen al vestirme tan mal.

Me sentí ofendido, pero es que tiene razón, me visto como vagabundo pide limosna.

—Yo ya estoy listo, solo… Necesito saber si Logan al final si acabó de ayudarme con lo que me faltaba de la decoración —le digo con tranquilidad.

Ella toma mi teléfono de la mesita y me lo coloca en la mano.

—Pues llámalo antes de que te agarre la tarde y todo se te arruine, cielo —coloca su dedo índice sobre el celular en mi mano y sonríe.

Suspiro, pero le hago caso.

Hola, ya sé para que llamas. Solo ven y no me hagas perder más el tiempo excepto que sea para algo que Mark me pida —responde al instante en que la llamada inicia.

Si se nota que no te caigo bien ¿No? Al menos disimula —ironizo.

Disimular no es lo mío, créeme —se ríe.

Está bien, ya voy para allá —ruedo los ojos.

Más te vale que te salga bien y que te digan que sí porque si no voy y te cuelgo un cartel que diga “lo rechazaron por pendejo” —dice.

Si te veo capaz —admito.

Lo soy. Pero bueno, ya mejor vente —le resta importancia.

Me río.

Voy, voy. Te veo en un momento —me despido.

El cuelga la llamada y yo guardo el teléfono.

—Bien mamita hermosa, vámonos a hacer el ridículo en la casa de mi futuro marido —la jalo del brazo.

Un verdadero nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora