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La noche del Karaoke.
Casa de Seungmin.

Cuando ya todos estaban dormidos en sus respectivos colchones, Seungmin sintió una sed increíble. No sabía si era porque había notado como Changbin había salido del cuarto hace un rato o porque había comido muchas papas, pero necesita un vaso de agua.

Ya.

Rodeó a sus amigos y bajó las escaleras lentamente, notando como la luz de la cocina estaba encendida. Changbin estaba sentado sobre la encimera, comiendo Froot Loops con la mirada perdida.

—Te atrapé, con las manos en el cereal. —Changbin se detuvo y volteó lentamente, haciendo reír a Seungmin.

—No le digas a Jisung. —Advirtió señalandolo.

—¡El quería desayunar eso mañana! —Con una mirada juzgante se acercó hasta él. —Mi mamá te mata si te ve ahí sentado. —Sonrió, también sentandose a su lado.

—Ahora eres mi complice. —Susurró como si alguien fuera a escucharlos, la respuesta de Seungmin fue tomar la bolsa y también comer cereal.

—Ahora sí. —Ambos se carcajearon tratando de no despertar a nadie.

Comieron un rato sin decir nada, pero Changbin completamente nervioso y Seungmin sin saber que era esa tensión en el aire se complementaban de una manera en que solo ellos se podían dar cuenta.

—¿Pasa algo? —Seungmin se animó a preguntar, limpiando sus manos sudorosas en su pantalón.

—Yo... solo... —Changbin decidió arriesgarlo todo, mandar todo a la mierda, tomando a Seungmin de las mejillas y plantandole un beso en los labios.

Y claro que se moría por hacerlo hace rato, desde que se dió a la tarea de conocer quien era ese chico callado amante de la astrología y los animales, entre esas tenía muchas otras cosas en común con Changbin, lo que lo hacía mucho mejor. Podían pasar horas y horas conversando sin aburrirse, lo que los hizo conocerse muy bien en muy poco tiempo, creando un lazo de confianza profunda.

Las bromas entre sus amigos eran divertidas al principio, cuando insinuaban que ellos se gustaban tan solo todos reían y Seungmin negaba con la cabeza, mientras que el corazón de Changbin dolía un poco al saber que tal vez eso estaba empezando a ser cierto.

Podían molestarse entre sí, bromear todo el tiempo con burlarse del otro, pero cuando terminaban las risas y llegaba el momento de verse a los ojos con picardia, los sentimientos florecian velozmente.

Seungmin se paralizó por un momento, no se esperaba de ninguna manera que eso fuera a pasar. Changbin no era predecible, era amargado y burlón, le gustaba lo picante y el rock, era algo que había aprendido de él.

Seungmin nunca se había detenido a pensar si le gustaba Changbin, porque siempre era muy fácil confundirse en una amistad como esa. Porque era de amigos pasar las tardes juntos, ir al parque a comer helado, andar de la mano cuando caminaban por las calles, hablar por teléfono hasta tarde, regalarse libros que les gustaban a ambos para después leerlos mientras comían pastel que hacía la señora Eunji en casa de Seungmin.

Muy de amigos, ¿verdad?

Pues para Seungmin si lo era, porque el jamás quiso más de la amistad que le podría brindar Changbin.

¿O sí?

Cuando por fin se dió cuenta de que carajo estaba pasando, empujó el pecho de Changbin con las dos manos, haciéndolo bajar de la encimera, asustado y con las mejillas rojas.

—¿¡Qué estás haciendo?! ¿¡Qué te pasa?! —Lo arrinconó contra la cocina, empuñando la mano para golpearlo.

—¡Cálmate! —Changbin logró agarrar la mano antes de que impactara en su cara. Estaba muy asustado con la reacción de Seungmin, por querer demostrar lo que sentía lo había arruinado todo. —¡Discúlpame! ¡Por favor discúlpame!

Let's Not Fall In Love [Terminada] | Minsung AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora