59 | Jotaro Kujo

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★ Pedido de @Julecka12316  

★ N/A: <3 ♡ Nose si es como asi lo querias pero espero que te guste. 

★ ¡Advertencia! +18 y drama a morir★

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[ Vampira ]

Tu, eres Eyeless Julecka Brando, tienes unos 23 años, cabello largo azul marino y negro difuminado, siempre usas una coleta alta, tus ojos y labial son de un azul cobalto fuerte, muy alta, tez blanca y orejas de zorro. Eres una vampira, beneficios de que Dio fuera tu hermano. 

Estabas en el baño, tus rodillas estaban contra tu pecho, tus ojos estaban llorosos ante la impotencia de la situacion. No podias creer lo que acababas de ver, nunca te lo hubieras esperado, no escuchabas los golpes fuertes en la puerta, ni los gritos de Jotaro. 

¿Como habias llegado a esa situacion?

[ Un mes antes ]

Si tu hermano Dio supiera en donde estabas en esos momentos probablemente se estaria revolcando en su tumba, casada con Jotaro Kujo y en la cama.

¿Podrías imaginarte montando a Jotaro después de que él se corriera dentro de ti? El estaba tan sensible... increíblemente que ni siquiera sonaba como él mismo.

Estaba recostado contra la cama, jadeando mientras lo montas, con los ojos entrecerrados moviéndose hacia tu cintura, la forma en que tus caderas giraban y se movían contra él. Él gruñe por la pura estimulación mientras tú te quejas; está tan profundo, enterró las pelotas profundamente mientras subías y bajabas contra su regazo.

Te volviste más y más tonta por su punta, mordiéndote el labio mientras tus manos se aferraban a sus muslos antes de que Jotaro gruñera. 

— M-mierda... voy a c- — Y antes de que pudiera terminar sus palabras, lo sientes dispararse dentro, descargando una carga espesa y aterciopelada dentro de ti, bajas un poco la velocidad para mirar a Jotaro, se ve tan bonito. Jadeando, gotas de sudor corriendo por su frente antes de acercarte para besarte.

Le devuelves el beso, con una sonrisa en tus labios, escuchándolo gruñir en voz baja en tu boca antes de que muevas tus caderas nuevamente, arqueando ligeramente la espalda y estás cabalgándolo nuevamente después de que se corrió.Un gemido abrupto sale de la boca de Jotaro mientras todavía lo estás besando antes de que se aleje, su voz ya no es tan profunda. 

— Ah-o-oh joder- jo-joder...—

Miras fijamente a Jotaro mientras mueves las caderas y su cabeza está echada hacia atrás. Es involuntariamente atractivo, especialmente por la forma en que su mano izquierda agarra firmemente tu muñeca. su muslo derecho rebotó mientras estaba sobreestimulado por el simple hecho de soltarlo; otro pequeño gemido sale de su boca.

— No... pensé que seguirías montándome...— Resopla en voz baja, y su rostro está tan nervioso que trata de ocultar una buena parte de su rostro con su mano y, sinceramente, es lindo. —mierda-—

—¿Debería parar?— Murmuraste con una pequeña sonrisa engreída formándose, inclinándote para besar a Jotaro en el lado derecho de su boca.

—No.— -gruñe, y tú te reíste. Cuanto más lo mirabas, más avergonzado se volvía...

fue como si su estado de ánimo cambiara por completo. Tal vez esta era la razón por la que odiaba cada vez que lo montabas. Jotaro prefería follarte a ti y no al revés. No le gustaba que estuvieras en la cima, porque cosas como ésta sucederían.

Soltaba un gemido después de ser increíblemente sensible, y apenas lo superó la última vez, pero ahora estaba aún más avergonzado.

— Está bien, Jotaro —, tarareaste, inclinándote para darle un beso. Jotaro cerró brevemente los ojos y te devolvió el beso: su lengua rozó suavemente la tuya, una mano presionó tu muslo antes de volver a gemir en tu boca una vez que comienzas a acelerar un poco el ritmo.

— Mierda. Que perra. Estoy jodidamente sensible todavía...— Jadea, separándose por un momento, su voz baja se eleva un poco.

Mientras estás enterrado con su polla empujada profundamente entre tus apretadas paredes, sonríes, viendo a Jotaro gritar, frotando su mano contra su muslo; sus ojos están bajos y comienzan a girar hacia atrás un poco .

—Maldito infierno. Me hace sentir muy bien, perra — Gruñe, su voz suena quejosa y excitada a lo largo de cada palabra entrecortada que sale de sus labios. —Nunca... dejaré que me montes nunca más después de esto. M-mierda...—

ACTUALIDAD 

Y la realidad es que si, Dio estaba muy enojado, por razones desconocidas estaba vivo, muy débil pero vivo, sintió en la conexión familiar tu sorpresa y tu miedo. Estaba al tanto de que tu estabas casada con Jotaro, cosa que lo hizo enfurecer, pero guardo la esperanza de que te hubieras casado con él para finalmente, en el momento más inesperado, acabar con todo el linaje Joestar. 

Obviamente esa esperanza se fue de inmediato al ver que tus sentimientos por Jotaro eran reales, ya no podía aguantar más sus ansias de asesinarlo ¿Como era posible? ¡Jotaro Kujo casado con su hermana! Su mismísimo archienemigo casado con una Brando. 

Al sentir tu dolor se hartó, iba a matarlo, el habia lastimado a su hermana, a quien habia pasado tanto tiempo protegiéndola, incluso la habia convertido en uno de los vampiros mas poderosos. Ahora tenia a sus cuatro hijos, el linaje Brando, Giorno, Ungalo, Rikiel y Donatello. Si bien Dio aun estaba debil, su linaje iba a matar a Jotaro o eso planeaban al menos. 


Los golpes en la puerta te despertaron de tu trance, Star Platinum estaba rompiendo la puerta. Escuchaste golpe tras golpe, hasta que Jotaro entro al baño y te observo preocupado. De inmediato te abrazo, tu mirada estaba perdida, aun no lo procesabas, pero era logico. 

— Dio ha vuelto — Tu voz sono muy bajita, casi inaudible. Sentiste el cuerpo de Jotaro tensarse.

— ¿Por eso estas asi? — Respiraste hondo y negaste. — ¿Entonces? — Jotaro se separó de ti y te miro a los ojos. Su mirada era seria, pero sabias que en el fondo estaba asustado. Habían pasado seis años desde los sucesos en Egipto, sucesos que habian dejado heridas profundas. 

— Estoy embarazada — Los ojos de Jotaro se agrandaron, intento decir algo, pero su boca solo logro soltar un... 

— Mierda — Jotaro cerró los ojos y suspiro, intentando mantener la calma. Le habías tirado dos bombas muy rapido, primero el retorno de Dio y segundo tu embarazo. No sabía cómo sentirse ¿Asustado?¿Emocionado?¿Feliz? 

— ¿Que haremos Jotaro? — Lo miraste con ojos preocupantes. Jotaro sonrió levemente. 

— Vamos a matar al hijo de puta de Dio, otra vez...Y tendremos al bebe...— Sonreíste y besaste los labios de Jotaro. 

— Gracias — Susurraste. Lo abrazaste y reposaste tu cabeza en su pecho, cerraste los ojos, relajándote, escuchando con los latidos de corazón de Jotaro. 

Deseaste ser humana, para que tu corazón lata como el de tu marido, para poder sentir los rayos del sol sobre tu cara sin que sea una tortura, ser normal...Como hace mucho tiempo lo eras. 






Oɴᴇ Sʜᴏᴛs [ Jᴊʙᴀ x Rᴇᴀᴅᴇʀ ] ¡Pedidos Cerrados!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora