Oɴᴇ Sʜᴏᴛs [ Jᴊʙᴀ x Rᴇᴀᴅᴇʀ ] ¡Pedidos Cerrados!

3 | Bruno Bucciarati

★ N/A: ♡ ★

★ ¡Advertencia! ¡Ninguna!★

Fem Reader User Stand

[ Coffee and Love ♡ ]

Bucciarati y tú se habían conocido unos meses antes de que Giorno entrara a Passione. Eran muy buenos amigos a pesar de tu corta edad, 15 años. Cuando los problemas internos de Passione estallaron, no dudaste en ayudarlo; nunca retrocediste ni titubeaste en protegerlo. Al principio, él te veía hasta como una hija, pero después de casi verte sacrificarte para salvarlo a él y a tus amigos, sintió que si te perdía, algo en él se iría contigo. Gracias a ti, lograste que ningún integrante de la Bucci-Gang saliera herido de gravedad.

Y la vida siguió. Giorno Giovanna se convirtió en el nuevo jefe de Passione, a quienes ustedes juraron lealtad. Trabajaste para él un tiempo, hasta que cuando juntaste el dinero suficiente, le informaste a todos que dejarías de trabajar tan activamente en Passione. Querías cumplir tu sueño: tener tu propia cafetería. Giorno lo entendió por completo.

Abriste tu nuevo café, que pronto obtuvo mucha popularidad e ingresos gracias a tus exquisitos pasteles, cupcakes, cookies, chocolates, bebidas, batidos, macarons, etc. Casi siempre tus amigos iban a visitarte, pero el que más frecuentaba el lugar sin duda era Bucciarati.

— Buenos días, ángel —estabas detrás del mostrador; como siempre, Bucciarati era tu primer cliente del día. Traía su mismo traje de siempre, pero esta vez, unas flores. Te extrañaste por esto, pero no dijiste nada.

— Hola, Bucciarati. ¿Cómo estás? —notaste que estaba nervioso. Poniendo un poco de contexto, luego de tres años de conocerse, él aún no te había confesado la verdad, y hoy, en el día de los enamorados, tenía planeado intentarlo. —¡Oh, casi lo olvido! —agarraste una canasta que tenías cerca y se la entregaste—. ¡Feliz día de los enamorados y de la amistad! —sonreíste amablemente y le entregaste la canasta—. Son regalos para los chicos y para ti. —Tenías un leve rubor en tus mejillas. Bucciarati estaba sin palabras.

— C-Claro —olfateó las flores y suspiró encantado por el olor.

— Muchas gracias por las flores, Bucciarati. ¿Qué te gustaría tomar? —le preguntaste mientras ponías las flores en un jarro con agua—. ¿Sabes? Hice un menú especial para este día. Hay muchas cosas tiernas. Tal vez podrías probar algo nuevo, más que tu típico Café Latte doble. —Reíste cerrando los ojos, dándole una tierna escena a los ojos de Bucciarati.

— No lo sé. Nada supera realmente el Latte —habló con seriedad pero sonriendo.

Él no tenía idea de tus sentimientos hacia él. De hecho, guardaba ciertas inseguridades al respecto. Agarró el menú especial del día, el cual era una carta de un rosa chillón llena de corazones y cupidos. Iba a pedir lo de siempre hasta que vio un Bubble Tea de fresa para compartir. En su descripción decía: "Si no te atreves a declararte directamente con la persona que te gusta... ¡Invítalo a compartir esta bebida! Seguro captará la indirecta". Su cara se ruborizó un poco al pensar en la mera posibilidad de que algo así ocurriera entre ustedes dos. Observó a su alrededor; aún faltaban unos minutos para que llegara más gente.

— Quiero un Bubble Tea de fresa para compartir —tú lo miraste seria. Miraste detrás de él. No había nadie. ¿Acaso Bruno había invitado a alguien para una cita? Frunciste el ceño y los celos te invadieron. Miraste para otro lado y recordaste que estabas delante de Bucciarati. Forzaste una sonrisa y Bucciarati se dio cuenta de eso.

— ¿Quién es la o el afortunado? —Bucciarati miró a otro lado, nervioso. Tú miraste al piso; era obvio que tu crush desde hacía tres años estaría con alguien. Te diste vuelta para terminar de limpiar, intentando retener las inevitables lágrimas.

— Tú —susurró Bucciarati después de pensarlo. Te diste vuelta sorprendida, señalándote a ti misma, sin poder creerlo. Recordaste la descripción de aquella bebida. Te sonrojaste como nunca.

— Bucciarati, yo, ehh... —balbuceaste nerviosa y confundida—. ¿Sabes que es un postre para enamorados, verdad? —Bucciarati te miró a los ojos. Sus corazones latían con fuerza y sincronizados.

— Sí... Al menos uno de nosotros está enamorado del otro, ¿no? —su confesión fue tan directa que no pudiste saber cómo reaccionar. Te fuiste sin decir una palabra. Al principio, Bruno no sabía qué pensar. Sin duda, la había cagado. ¿Lo estabas rechazando? Las cosas se arruinarían para siempre. Tal vez podría retractarse de sus sentimientos.

Sus dudas se disiparon cuando te vio sin tu uniforme del café, con el pelo algo desordenado y muy sonrojada. En tu mano llevabas un bubble tea de fresa. El vaso estaba adornado con muchos corazones, dentro tenía dos sorbetes negros y llevaba escrito con un fieltro: "Per me e la mia cotta". Sus ojos se agrandaron mucho al leer esto. Evitaste mirarlo y lo pusiste enfrente suyo.

Sonrió y te miró con ternura. Tocó tu mejilla, lo cual te obligó a mirarlo a los ojos. Acarició tu piel, disfrutando la suavidad y el tacto. Sin darse cuenta, poco a poco sus rostros se acercaron hasta que sus labios se tocaron, fundiéndolos en un lento y tierno beso.

— Il mio bellissimo angelo —miraste las pupilas dilatadas de Bucciarati. Lo besaste de vuelta, dando inicio a una relación que, desde el punto de vista de todos a su alrededor, debió haber empezado hace mucho tiempo. Pero como se dice, el amor no tiene reglas.

TO BE CONTINUED? -